martes, 18 de octubre de 2016

SYMPATHY FOR THE CREATURE 2: La Noche de los Muertos Vivientes 1990




Título original: Night of the Living Dead

Director: Tom Savini

Guion: George Romero

Elenco: Patricia Tallman, Tony Todd, Tom Towles, William Butler

Cinematógrafo: Frank Prinzi

País: Estados Unidos

Año: 1990

Tópicos: Zombis, gore, remake

Canción recomendada: Extraño, inquietante soundtrack.

En el cine de terror (y creo que en general), pocas historias son más infames que lo que le pasó al copyright de Night of the Living Dead. Parece que a finales de los 60’, todo lo que tenías que hacer para registrar una propiedad intelectual era ponerle la “R” al final del título. Bueno, mandaron las cintas a los cines y a la persona encargada se le olvidó la r. Así como así, la película fundamental de zombis, la que inauguró al terror moderno (junto a Psycho), pasó al dominio público.

Lo que esto quiere decir es que cualquiera puede sacar su propia versión de la película –y muchos lo hicieron así, para la profunda irritación de George Romero y John Russo, que apenas obtuvieron beneficios de aquella gesta. Russo se desquitó, poniéndose al mando de su propia obra, Return of the Living Dead, y Romero pasó a la leyenda con Dawn of the Dead. Difícilmente la han pasado mal.

Pero a finales de los 80’, el rumor del remake cobró fuerza. Antes que otro lo haga, lo hacemos nosotros: Romero, revisando su libreto original, entregó la silla de director al maestro de los efectos especiales en su debut, Tom Savini. El resultado es una película mucho, mucho, pero mucho más efectiva que la original.

Antes de que me linchen, permítanme explicarme: La Noche de los Muertos Vivientes es una película cuyo valor cinematográfico no puede subestimarse. Pero si tú le enseñas esa película a alguien nacido después de 1997, los vas a ver llorando de aburrimiento y tuiteando de cómo están llorando de aburrimiento. Stupid bastard millenials harían eso con cualquier otra película, pero el punto es que es una peli que ha envejecido. La mano de pintura y esmalte que le echa Savini rejuvenece a la historia, no del todo, pero sí lo suficiente como para hacerla memorable.

La trama es fundamentalmente la misma: Siete extraños se ven asediados en una granja en medio de la nada por una plaga de inexplicable origen. Todos los recién muertos del mundo están reviviendo para comerse a los vivos y el terror que se cierne afuera del cuartel sólo rivaliza con la tensión entre ellos.

“Siempre que le mostraba mi película a una muchacha que me gustaba, me decía ‘Wow, me gustó mucho… ¿pero por qué la protagonista es tan simplona?’” dijo Romero, y esa es la primera actualización de peso en esta segunda edición. Barbara, encarnada por una doble profesional, Patricia Tallman, ya no es la catatónica insulsa de la original, sino una mujer que, asediada por el shock, pone todas sus fuerzas en sobrevivir hasta el amanecer (su retrato de pánico en los minutos iniciales parecen demasiado legítimos como para ser actuados). El papel de Duane Jones, Ben, estuvo ferozmente aspirado por todos los actores negros del momento (incluyendo Ving Rhames, que aparecería con acierto en el remake de Dawn of the Dead), recayendo en Tony Todd, que lo volvió suyo. Aquí, Ben es ferocidad, el personaje que le grita al rostro de la muerte… aunque en privado solloza. Súmale a Bill Moseley, Billy Butler y Tom Towles, actores de culto en el terror, y tienes una obra de amor de fans, para fans.

Pero el aspecto más resaltante, lo que la convirtió en mi película favorita para toda la vida (y me traumatizó a tal nivel que todavía tengo pesadillas de zombis) es el maquillaje de los muertos vivientes, cortesía de Optic Nerve. Recuerdo que a principios de los 2000, participaba en un foro de zombis y una vez sacamos el tema de cuál era nuestro zombi favorito. Cuando mencioné uno de esta peli (el zombi que trastabilla y cae en las escaleras del porche), la respuesta unánime fue “How about ANY zombie from that movie?

En efecto, investigando para esta película, Optic Nerve se dio cuenta de que cuando mueres, no te vuelves verde o azul, sino amarillo, y que la carne decae, resaltando al cartílago. Una de esas cosas que sólo parecen obvias después de que te las explican. Así, los zombis fueron diseñados como lo que parecen: Gente muerta. Tienen la piel pergaminosa, son pálidos, sus ojos ocultos bajo una lechosa cortina reseca. Esta también fue la primera peli que tuvo un “entrenador de zombis”, algo común hoy. Cuando Romero hacía sus películas, les daba una noción general a los extra sobre cómo actuar (en todo caso fue Bill Hinzman, el primer zombi que vemos en Night, el que codificó al zombie-walk), pero acá, el retrato potencia al maquillaje. Los zombis no gruñen ni ponen caras feas: Van por ahí, apenas animados, muchos cabizbajos, muchos con ojos cerrados, no reaccionan como un ser humano, ni siquiera como un animal, sino… como otra cosa, algo que no hemos visto. Por eso cuando Ben nos cuenta que “salían como insectos” en la calle para atacarlo, la escena que nuestra imaginación pinta es tan intensa. Estos son, así de sencillo y duélale a quien le duela, los mejores zombis alguna vez retratados en video.

La película ha perdido mucho de su gancho en un escenario moderno, donde el zombi hizo ebullición hasta la sobreexposición. De nuevo, el contexto lo es todo. La experiencia de Savini fue tan amarga (la censura le quitó casi quince minutos de metraje), que más nunca volvió a dirigir, pero de cierto modo ya no hace falta. Con esta película, nos entregó la versión definitiva de una legendaria pesadilla.

ADVERTENCIA:
Si buscas esta película, vete por el DVD, nunca el bluray; algún imbécil pensó que sería buena idea ponerle un tinte azul al bluray, oscureciéndola artificialmente (lo mismo hicieron con Aliens vs Predator 2, ya oscura, volviéndola incomprensible) y arruinando los primeros veinte minutos, que son uno de los mejores ejemplos de “terror a la luz del día”. Insisto, evita la versión de bluray.


Otra por el estilo:

La original, Night of the Living Dead.


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