jueves, 6 de enero de 2022

Madonna Wayne Gacy Tiene Un Chamo


 

Y anda loco. Graba ochenta videos con él, lo pone que si a tocar las ollas de la casa como si fueran tambores, le toma fotos durmiendo, cargándolo, con animalitos y abrazándolo, él con aquella sonrisa de carajo embobado feliz. Por lo que se ve en las redes, se casó al fin y aunque tiene una vida mucho menos rápida que la que tenía hace cosa de veinte años atrás, se ve mucho más contento y satisfecho, como nunca antes lo hemos visto los que lo seguimos en el social media.

 

“Madonna Wayne Gacy” es el nombre artístico de Stephen Bier Jr. (también conocido como “Pogo”), ex-tecladista de la banda apocalíptica Marilyn Manson, cuando era en verdad apocalíptica y no el marco de presentación de un gordo alcohólico violador en serie. En una época en la que el rock estaba entre el grunge y la abominación del rap metal, la banda de Brian Warner eran verdaderos salvajes en comportamiento y filosofía. El caso de Pogo es muy particular porque él era uno de los principales ideólogos del proyecto; el típico pana que necesita explicar por qué la religión es una mentira, por qué el nihilismo es the way to go, y por qué la senda de la vida normal es una trampa para los muertos en vida. Todos conocimos a un peluche así en algún momento, el que lleva una remera de The Satanic Army y se sabe frases de Nietzsche de memoria, la famita de medio mamagüevo inmamable siempre persiguiéndolo justamente por tomarse a sí mismo demasiado en serio.

 

A lo mejor eras el peluche. El intensito.

 

La mayoría de nosotros no vivimos esa vida de rockstar que esa gente vivió, ni acabó los trapos en la misma escala en que ellos lo hicieron. Nuestros vicios y derrapes were completely within our means; a lo mejor hacías tríos regularmente, o tenías un romance con el perico, o te vacilabas la fantasía del artista underground medio alcohólico. O algo tan sencillo como irte sin pensarlo mucho a la playa todos los fines de semana con quien estuviera disponible, a que pasara lo que tuviese que pasar. It was fun, right on that age when you’re Wolverine and everything that massacres your body today is fully healed tomorrow. En aquellos años te habrás dicho “No necesito casarme nunca. No quiero tener hijos. Eso es para la gente simple, y yo estoy por encima de eso”. Y un día te levantas y ves a tu pana con novia estable y futuro a la vista y te dices “Huh. Sería bonito tener eso también”.

 

No cuento esto porque vaya a tener a un hijo. Lo que sí tengo es una pareja estable, seria y maravillosa con la que estoy haciendo vida y hogar, y estamos en un momento where things are about to be legal. And it’s pretty fucking dope. Aunque estamos esquivando a lo de tener chamos como Neo esquivaba las balas, ya no es tanto una cosa de “si pasa, el mundo se va a acabar” y es más tipo “Si pasa, menos mal que pasa ahora”.

 

Se siente súper bien. Ese bienestar proviene, en parte, de haber ido a terapia (y aún ir de vez en cuando). También proviene de haber visto cómo vive la otra mitad; vengo de una experiencia gratificante pero un tanto destructiva en lo que pasa por escena musical underground en Caracas, y te digo que es un medio en el que gente de 50 años vive como si tuvieran 24, porque es un ambiente que recompensa y motiva ese estilo de vida, esa fantasía de rockstar. Uno de los momentos claves fue haber ido a un concierto en un club de renombre como parte del grupo de amigos de una banda famosa que tocaba esa noche y que no voy a decir cuál es porque se dice el pecado pero nunca al pecador. Y esa noche, el vocalista estaba de aquí pa’ allá, sin pararse a conversar mucho con nadie. Yo atribuí la vaina a los nervios pre-concierto, pero resulta que no, el carajo estaba escondiéndose de las dos novias que tenía. Él fue con una a la vaina y la otra se llegó por sus propios medios. Y el carajo había dicho expresamente, “Si fulana pregunta por mí, le dicen que estoy full”.

 

Y eso me hizo pensar. Verga, este carajo es leyenda musical nacional, tiene más de cincuenta años, es un tipo que no tiene por qué estar escondiéndose de las novias como un carajito. ¿Es ese el estilo de vida que quiero para mis 50?

 

Porque, make no mistake, la gente que quiere vivir su fantasía, no necesita ni cobres ni fama. Mucho menos en esta era del internet-famous… y estos últimos tres años me han demostrado que si no tienes paz, no tienes nada. Que justamente lo más grande que una pareja te puede dar es el poder dormir bien.

 

Los mismos panas de uno han cambiado. Gente que en algún momento de sus vidas eran alcohólicos funcionales, ahora son señores hechos y derechos con familia. Ex novias de uno que eran medio loquitas (como uno también era medio loco) ahora son esposas felices con hij@s hermos@s. Gente que uno pensaba que se iba a morir de alguna manera estúpida en una aventura narcótica nocturna está ahora contenta, con trabajo de oficina.

 

Y no es poca cosa, porque no todo el mundo tiene esa “transformación”. Conozco a alguien que dedicó su carrera universitaria a estudiar (un degenerado, muchachos) y tuvo una sola pareja, con la que se casó. Hoy anda loqueando por ahí, invitándolo a uno a acabar unos trapos que quedaron atrás hace mucho. Conozco a alguien que deja a la mujer en la casa con los niños mientras él se va a hacer de socialite bohemio, porque es algo que nunca hizo al haber tenido chamos muy joven y haberse dedicado, en su juventud, a eso. Y bueno, todos conocemos a alguien que vive en rebeldía eterna y es anti-sistema y tiene 40 años y sigue quejándose de las burbujas psicológicas que crea Hollywood con los Iluminati.

 

And this is the thing: Creo que todos aquí somos artistas pujantes, con nuestras penas y nuestras glorias, y tratamos de ganarnos la vida de la mejor forma en que podemos. And you don’t need to sacrifice any of your goals or dreams to also have a stable life.  

 

Ahí está Brian (Manson), con todos los billetes del mundo, con fama, con farándula, y dando vergüenza ajena, escondiéndose de la ley y haciendo lo que sea para que alguien le tome una foto.

 

Y ahí está Pogo, feliz con su chamo.

 

Marico el que lo lea.