Título
original: 28 Days Later
Director: Danny Boyle
Guion: Alex Garland
Elenco: Cillian Murphy, Naomie Harris, Brendan Gleeson,
Christopher Eccleston
Cinematógrafo: Anthony
Dod Mantle
País: Reino
Unido
Año: 2002
Tópicos: Zombis,
post-apocalipsis, virus
Canción recomendada: Todo
el soundtrack es tremendo, pero esta
es tan popular que la secuela la metió en todo lo que pudo.
Jim,
un joven repartidor inglés, ha tenido un accidente de tránsito, dejándolo en
coma y el momento que la vida le ha dado para despertar es, cuando menos,
bizarro; Londres está desierta. Señales de una catástrofe abundan, pero las
explicaciones lo evaden. Perdido, consigue a los nuevos habitantes de la
ciudad: Con ojos llorosos y enrojecidos, parece que todos los londinenses se
han vuelto salvajes homicidas. Tras un encuentro demasiado cercano, Jim es
rescatado por Selena, otra
superviviente. Unidos a Frank y su
hija Hannah, emprenden un viaje por
una tierra muerta a una esperanza de salvación.
28 Days Later
es un título extraño para Danny Boyle. Recuerda, este es el director que
alcanzó la fama tras sacar Trainspotting, uno de los films icónicos de los 90’,
basado en la novela de Irvine Welsh. Y es que incluso hoy, es un director que
no asociamos con el terror. Ganó el oscar al mejor director por Slumdog Millonaire y 127 Hours se parece mucho más a lo que
esperamos de él, que una epopeya post-apocalíptica que replica, confesamente, muchos puntos argumentales levantados por George
Romero (“Si vas a robarle a alguien, róbale al mejor” dijo Boyle entre
risas).
Pero sí, la película que nos vendieron como
“Exterminio” camina la delgada línea
entre el terror y la ciencia ficción y enfoca a los famosos zombis desde una
perspectiva más realista. ¿Sabes que hace unos días hablamos de los puntos
clave en el cine de zombis? Este es el último, el que nos dio a los “zombis
corredores”, que se explica porque “no son zombis, sino infectados”. Justificación
suficiente, al menos hasta que llegó el remake de Dawn of the Dead con muertos vivientes maratonistas.
Eran los tiempos de Resident
Evil, que se apropió de estos monstruos en un momento en que las películas
ya los habían agotado. La perspectiva que toma Boyle no es demasiado diferente
(de hecho, Resident fue una
inspiración); las hordas no son resucitados de un maleficio o alguna radiación.
Un virus en la sangre, devenido de los monos (referencia obvia al VIH) se
apodera del sistema nervioso central de los humanos y borra todo lo que son,
para volverlos víctimas de “rabia”. Los
peligros de la ciencia dándonos un pretexto plausible para el fin del mundo.
Explorar ese Londres después del fin es uno de los
grandes atractivos de la película, pero el otro son los propios personajes y
cómo se desenvuelven en eventos que vemos y admitimos que “por supuesto que eso
pasaría”. Cualquier fan de George Romero va a reconocer una fuertísima
influencia (sobre todo de Day of the Dead),
pero 28
Days Later es lo suficientemente original como para clamar independencia y,
más allá, dejarnos con ganas de más. Este es un universo al que me provoca
volver, de todo corazón. La fotografía de cine europeo, la banda sonora, todo
lo hace parecer familiar y a la vez foráneo.
El único defecto de esta película es que se acaba; hay
varias novelas gráficas que expanden el universo (dos, en realidad) y una
secuela que tiene la voz, pero no el intelecto. Tal y como está, esta es una de las mejores películas de
zombis que hay –debatiblemente resucitó al subgénero- y una de las mejores de
los 2000.
Otra
por el estilo:
No hay pele con Dawn of the Dead.
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