Título
original: Henry: Portrait of a Serial
Killer
Director: John McNaughton
Guion: Richard Fire, John McNaughton
Elenco: Michael Rooker, Tom Towles, Tracy Arnold
Cinematógrafo: Charlie
Lieberman
País: Estados
Unidos
Año: 1986
Tópicos: Asesinos
en serie, gore, shock
Canción recomendada: Como
no tiene una rola particular, toma un excelente tema relacionado, de los Talking Heads.
El año pasado discutimos dos películas necesarias sobre
asesinos en serie, El Silencio de los
Inocentes y Maniac. En aquella
ocasión, señalé que lo que más se aproxima a la realidad es la segunda y que,
en todo caso, los homicidas seriales no son como Hannibal Lecter sino como
Buffalo Bill. Gente aparentemente funcional en la que puedes notar que algo no
está del todo bien. Si Hannibal Lecter
te ofreciera la cola hasta tu casa, probablemente huirías a esos ojos de
tiburón, pero si es el inofensivo querubín de Frank Zito, capaz aceptas.
¿Qué es lo peor que podría pasar?
Una película central de este subgénero es la que nos
ocupa, vagamente basada en hechos de la
vida real. Desde mediados de los 70’, Henry
Lee Lucas emprendió una prolifica carrera homicida, al principio en
solitario y luego con su compañero de aventuras (y dicen que amante), Otis Toole. Lo que hacían es algo que
puedes imaginar, y eso es lo que hace la obra fundamental de McNaughton. Al ser capturado (en la vida
real), Lucas admitió unos 600 asesinatos, demostrándose después que no estaba
involucrado en muchos. ¿Qué pasó de verdad? Esta película nos da un vistazo.
Es pertinente entonces prevenirte de que esto es una salvajada y no te deja nada
edificante o constructivo cuando se acaba; Es lo que pasa cuando miras al
vacío y el vacío te mira a ti. Con poderosísimas actuaciones de un cast
demasiado amateur, nos creemos lo que está pasando en pantalla y el perverso
disfrute que el dúo Lucas-Toole extrae de ello. Pivotal es nuestro protagonista, Michael Rooker. Hoy lo puedes ver
pintado de azul en Guardians of the
Galaxy (y de Merle Dixon en The
Walking Dead), pero este, su primer rol, mostró su insospechada facultad
como actor de método. Cuentan que
durante el rodaje, permaneció todo el tiempo en personaje, que a veces ibas a
almorzar con él y el carajo estaba callado y brooding, hasta que comentaba
sobre su pasado y sus padres y lo que había sido su vida. Tan fuerte fue
que su esposa supo que estaba embarazada en ese período. Se lo ocultó al actor
e incluso lo mandó a vivir a otra casa, hasta que el trabajo estuviese listo. “Quería contárselo a mi esposo, no al
hombre que volvía a la casa”. Tom Towles, de culto en el terror, es su
perfecto compinche, un sádico devorador sexual… como el Otis real.
Con tantos logros, parece mentira que la película fue
producto no tanto de un detallado plan, sino de las circunstancias. Henry… salió en un momento en que el
cine de terror se saturaba con eternas secuelas de Freddy y Jason y una de las
conquistas principales del director (que no lograría recrearlo en futuros
trabajos) fue el retrato sobre la violencia as
is. Nada estilizado, ocurre y las
consecuencias son categóricas.
La primera vez que la vi, la borré a pesar de que me
gustó. Eso es todo lo que necesitas saber sobre su potencia.
Otra
por el estilo:
Una de Creature
2, Citizen X.
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