domingo, 30 de octubre de 2016

SYMPATHY FOR THE CREATURE 2: El Bebé de Rosemary




Título original: Rosemary’s Baby

Director: Roman Polanski

Guion: Roman Polanski

Elenco: Mia Farrow, John Cassavetes, Ruth Gordon, Ralph Bellamy

Cinematógrafo: William A. Fraker

País: Estados Unidos

Año: 1968

Tópicos: Satanismo, brujas, paranoia


Cuando hablamos de The Thing comentamos cómo era una historia de paranoia perfecta y uno puede pensar que eso se da por el entorno aislado de los personajes. ¿Puede darse semejante escenario rodeado de personas? Polanski, un amo del terror, nos muestra que sí.

Rosemary y Guy Woodhouse se han mudado a Nueva York y la vida está como complicada. Pronto son recibidos por los vecinos, incluyendo la gentil pareja anciana de Minnie y Roman Castevet. Al principio Rose está maravillada, los Castevet la bañan de regalos inocuos… y amuletos. Una noche Minnie trae una torta de chocolate con un saborcito como a ceniza por debajo y la pesadilla de la chica esa noche es ella en la cama con su marido. Hacen el amor, normal hasta aquí, pero Guy cambia de formas y están rodeados de gente desnuda cantando.

Efectivamente, Rose queda embarazada. ¿Pero es realmente de su marido, al que todo empieza a salirle bien de repente, o el padre es un ente infernal?

Nada más esa premisa es acojonante: ¿Qué harías si descubres que el bebé en tus entrañas es probablemente la semilla del diablo?

Dicen que hay películas que si uno ve, no necesitas leer el libro y viceversa. Eso nunca es del todo cierto, pero si hay una que se acerca a ese axioma es la que muchos consideran la obra maestra de Polanski –Ira Levin, autor del libro, cuenta que el director lo llamaba tipo “Hey. Mira, en la cena de la tercera noche, ¿de qué color es la corbata de Guy?” El libro, una de las novelas fundamentales de terror del siglo XX, está más que adaptado, calcado aquí. Si lo has leído, podrías pasarle por encima a la película… de no ser por las excelentes actuaciones.

Mia Farrow, el ancla principal del film, va más allá de retratar a Rosemary: Se gana tu simpatía y entre las cosas descienden de mal, a peor, a pesadilla, nuestro terror nace de que queremos que todo le salga bien. Su contraparte directa es Minnie y el doctor Sapirstein, recomendado por los ancianos como obstetra. Descubrir lo que pasa en la trama es como tener una imagen perfecta en la que algo no cuadra. Toqueteas ese algo y descubres otra cosa. Y así vas quitándole capas a la cebolla en un misterio en el que todo el fucking mundo podría estar implicado en esta conspiración para robarse al bebé de Rose.

Polanski ya tenía tremendas obras (incluyendo una de las pelis más aterradoras que he visto en la vida, Repulsion), pero este, su primer esfuerzo en Hollywood, fue uno de los pocos films de terror que ha ganado un Oscar (Ruth Gordon como Minnie) y cuenta con talento que, en la época, era bastante anormal en el género (nada más y nada menos que la esposa de Frank Sinatra protagonizando). Es una película que va más allá del satanismo y la paranoia y le pega particularmente a las mujeres, con las ansiedades de maternidad en una atmósfera progresivamente maléfica. La primera vez que vi esta película, te juro que pensé que vi al bebé, un error frecuente pues la criatura es sugerida, pero no sale nunca. Eso no lo logra un director sino un maestro.

Cargada de tensión religiosa, Dios no existe ni en la obra de Polanski ni en su vida personal. Wanna know what’s fucked up? En 1969, Charlie Manson, un tipo que decía ser dios y el diablo, ordenó la muerte de Sharon Tate, la esposa embarazada de Polanski por unas vainas que leía en un disco de los Beatles y en 1980 Mark David Chapman, un tipo obsesionado con el diablo, mató a John Lennon, que vivía en el edificio Dakota, donde se grabó esta película.

Dicen que lo peor de vivir en la ciudad es el anonimato y Rosemary lo descubre encerrada en la soledad de la multitud. “Muchos católicos me atacaron cuando hice El Bebé de Rosemary” cuenta Polanski, “Pero los satanistas me trataron bien. Todos los satánicos que se me acercaban lo hacían para decirme cuánto les gustó”.



Otra por el estilo:

Más terror satánico con talento hollywoodense: El Exorcista.

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