Título
original: Rosemary’s Baby
Director: Roman Polanski
Guion: Roman Polanski
Elenco: Mia Farrow, John Cassavetes, Ruth Gordon, Ralph
Bellamy
Cinematógrafo: William A. Fraker
País: Estados Unidos
Año: 1968
Tópicos: Satanismo, brujas, paranoia
Canción
recomendada: Canción de cuna para el anticristo.
Cuando hablamos de The
Thing comentamos cómo era una historia de paranoia perfecta y uno puede
pensar que eso se da por el entorno aislado de los personajes. ¿Puede darse
semejante escenario rodeado de personas? Polanski, un amo del terror, nos
muestra que sí.
Rosemary y Guy
Woodhouse se han mudado a Nueva York y
la vida está como complicada. Pronto son recibidos por los vecinos, incluyendo
la gentil pareja anciana de Minnie y
Roman Castevet. Al principio Rose está maravillada, los Castevet la bañan
de regalos inocuos… y amuletos. Una noche Minnie trae una torta de chocolate
con un saborcito como a ceniza por debajo y la pesadilla de la chica esa noche es
ella en la cama con su marido. Hacen el amor, normal hasta aquí, pero Guy
cambia de formas y están rodeados de gente desnuda cantando.
Efectivamente, Rose queda embarazada. ¿Pero es
realmente de su marido, al que todo empieza a salirle bien de repente, o el
padre es un ente infernal?
Nada más esa premisa es acojonante: ¿Qué harías si descubres que el bebé en tus
entrañas es probablemente la semilla del diablo?
Dicen que hay películas que si uno ve, no necesitas
leer el libro y viceversa. Eso nunca es del todo cierto, pero si hay una que se acerca a ese axioma es la que muchos consideran
la obra maestra de Polanski –Ira Levin, autor del libro, cuenta que el
director lo llamaba tipo “Hey. Mira, en la cena de la tercera noche, ¿de qué
color es la corbata de Guy?” El libro, una
de las novelas fundamentales de terror del siglo XX, está más que adaptado,
calcado aquí. Si lo has leído, podrías pasarle por encima a la película… de no
ser por las excelentes actuaciones.
Mia Farrow, el ancla principal del film, va más allá
de retratar a Rosemary: Se gana tu simpatía y entre las cosas descienden de
mal, a peor, a pesadilla, nuestro terror nace de que queremos que todo le salga
bien. Su contraparte directa es Minnie y el doctor Sapirstein, recomendado por
los ancianos como obstetra. Descubrir lo que pasa en la trama es como tener una
imagen perfecta en la que algo no cuadra. Toqueteas ese algo y descubres otra
cosa. Y así vas quitándole capas a la
cebolla en un misterio en el que todo el fucking mundo podría estar implicado
en esta conspiración para robarse al bebé de Rose.
Polanski ya tenía tremendas obras (incluyendo una de las pelis más aterradoras que he visto en la vida,
Repulsion), pero este, su primer esfuerzo en Hollywood, fue uno de los pocos films de terror que ha
ganado un Oscar (Ruth Gordon como Minnie) y cuenta con talento que, en la
época, era bastante anormal en el género (nada más y nada menos que la esposa
de Frank Sinatra protagonizando). Es una película que va más allá del satanismo
y la paranoia y le pega particularmente a las mujeres, con las ansiedades de
maternidad en una atmósfera progresivamente maléfica. La primera vez que vi
esta película, te juro que pensé que vi al bebé, un error frecuente pues la
criatura es sugerida, pero no sale nunca. Eso
no lo logra un director sino un maestro.
Cargada de tensión religiosa, Dios no existe ni en la obra de Polanski ni en su vida personal.
Wanna know what’s fucked up? En 1969, Charlie Manson, un tipo que decía ser
dios y el diablo, ordenó la muerte de Sharon Tate, la esposa embarazada de
Polanski por unas vainas que leía en un disco de los Beatles y en 1980 Mark
David Chapman, un tipo obsesionado con el diablo, mató a John Lennon, que vivía
en el edificio Dakota, donde se grabó esta película.
Dicen que lo
peor de vivir en la ciudad es el anonimato y Rosemary lo descubre encerrada en
la soledad de la multitud. “Muchos
católicos me atacaron cuando hice El Bebé de Rosemary” cuenta Polanski, “Pero los satanistas me trataron bien. Todos
los satánicos que se me acercaban lo hacían para decirme cuánto les gustó”.
Otra
por el estilo:
Más terror satánico con talento hollywoodense: El Exorcista.
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