Título
original: It Follows
Director: David Robert Mitchell
Guion: David Robert Mitchell
Elenco: Maika Monroe, Keir Gilchrist, Olivia Luccardi, Lili
Sepe, Daniel Zovatto
Cinematógrafo: Mike
Gioulakis
País: Estados
Unidos
Año: 2014
Tópicos: Paranoia,
demonios, doppelgangers
Canción recomendada: Excelente soundtrack,
recordándonos a Goblin (así de bueno es).
Una de las peculiaridades del cine de terror es que
puedes tener a dos fanáticos sentados en un sillón y lo que aterra a uno, le da
igual al otro. Lo que nos asusta es subjetivo y eso conduce a controversias sobre
si tal o cuál película “asusta de verdad” (hay gente a la que El Exorcista no le hace ni cosquillas).
Pocas opiniones están más polarizadas que las referentes a la que, a mi juicio,
es la mejor película de terror del 2014.
Una historia de perfecta paranoia en una
interminable pesadilla.
Siempre lo digo, pero antes de detallar a It Follows, vela. Vela sin leer nada de ella, sin saber lo que te espera. Ahora sí:
Jay
está muy encantada con su novio nuevo, Hugh.
Hacen las cosas típicas de una pareja nueva, jugueteando, bromeando, yendo al
teatro. La escena perfecta que Hugh le planta a Jay apenas se ve empañada, la
impresión de que algo no está bien. Una noche, la primera en que tienen sexo,
se confirma lo peor: Hugh la duerme con una droga y la ata. Resulta que hay
algo que lo está persiguiendo. Siempre va caminando y siempre toma una forma
distinta. Jay tiene que huir, no hay forma de detener a la criatura, sólo ella
podrá verla y el único modo de librarse es teniendo relaciones sexuales con
alguien más, condenándole a la muerte. “Y si esa persona muere, volverá a
seguirte a ti”.
Lo
que prosigue son 85 minutos que vas a pasar con las uñas hundidas en las palmas,
viendo todas las esquinas por si alguien sospechoso se acerca;
el andar de la cosa es tan raro que es perturbador, deliberado, paciente. El
mismo terror que siente Jay y sus amigos ante la certeza de que puede morir
pero no sabe cuándo, se transmite a nosotros, que no sabemos cuándo o por donde
va a entrar el terror. “Es por un sueño recurrente en que alguien me persigue”
dice el joven director. “Es el feeling que intenté recrear, una pesadilla
vinculada a la ansiedad”.
Yo pienso que muchas veces, Eso aparece sin estar caminando, con el mero propósito de aterrar,
y cuando veas la película tú también vas a tener tus teorías sobre cómo
funciona la entidad. Una crítica recurrente cuando salió la película es que las
reglas que Hugh establece son demasiado flexibles, “Esta es una película en que
nos dicen cómo funciona el monstruo y luego no siguen lo que dijeron”. Esa crítica es inválida, a mi juicio, por
el mismo empaque. Cuando nos explican esas reglas, tienes la clara impresión
de que son teóricas, devenidas de chamos que follaron con la persona equivocada
y que esto está lejos del método científico. Si eso te molesta, recuerda que durante casi diez años, nadie
sabía nada sobre el contexto del Alien en la película homónima, nadie sabe al
sol de hoy cómo funciona La Cosa en el clásico de Carpenter y no fue sino hasta
bien adentrada la saga de la Calle Elm, que se estableció que Freddy, en la
cima de su poder, es capaz de afectar la realidad de los despiertos. Esta
no es una película que te va a dar todas las respuestas, porque no se trata de
eso. Y está bien; rara vez la vida real nos da respuestas.
Una lectura del film es ese funeral que le tendemos a
nuestra inocencia cuando iniciamos la actividad sexual. Si te fijas, mucho de lo que los personajes hacen para
hallar sosiego son actividades infantiles (columpios o sentarse en círculo en
el parque), y hay una toma súper melancólica que me gusta mucho, con Jay
mirando por la ventana del carro con los ojos llorosos, viendo al mundo pasar. We’re no longer kids and that innocence will never
return.
La otra lectura es, por supuesto, la enfermedad venérea. Para muchos, It Follows es una gran alegoría sobre el HIV (interesante que la
plaga del SIDA ocurrió en los 70’ y 80’ y esta película no tiene espacio
temporal definido), un “Demonio de Transmisión Sexual”. Claro que esa es la
lectura más directa y más sencilla, una enfermedad que no sabemos cómo funciona
y que, eventualmente, va a alcanzarte. Pero
es que eso no es exclusivo del SIDA; It
Follows, para mí, es un emblema sobre la mortalidad, sobre el día en que
descubres que tienes algo que no se va a ir y desarrollas una profunda
conciencia sobre tu existencia terrenal. Y por este detalle siento que la
película funciona tan bien, porque cualquiera de nosotros puede ponerse en los
zapatos de Jay y especular sobre lo que haríamos. ¿Se lo pasarías a alguien
más? ¿Lucharías? ¿Lo aceptarías con corazón cálido?
No hay respuestas simples. Desde que nacemos, empezamos
a morir e It Follows toca ese tema como
una aguja en los nervios. Una vez leí que siempre que repetimos una cosa,
estamos buscando la emoción que sentimos la primera vez. En este caso es
cierto, porque he visto muchas veces esta película buscando la espeluznante
emoción original, la primera película que me dio pesadillas en años, la primera
película que me dominó bajo su narrativa etérea. Seguramente perderá potencia
la segunda y la tercera vez que la veas. Pero
de esa primera te vas a acordar siempre.
Otra
por el estilo:
Estilísticamente, Halloween.
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