sábado, 17 de octubre de 2015

SYMPATHY FOR THE CREATURE: El Exorcista (1973)




Título original: The Exorcist
 

Director: William Friedkin
 

Guion: William Peter Blatty
 

Elenco: Jason Miller, Ellen Burstyn, Linda Blair, Max von Sydow
 

Cinematógrafo: Owen Roizman
 

País: Estados Unidos
 

Año: 1973
 

Tópicos: Demonios, exorcismo, drama
 

Tema sugerido: Icónico y creepy



Ningún estudio retrospectivo puede estar completo sin una visión a “la película más aterradora de todos los tiempos”, un film que si ves hoy, todavía es recontra acojonante y, sin embargo, posee una hermosa humanidad y esperanza. Partiendo de la novela de William Peter Blatty (de lo más aterrador que he leído, a veces más que la película), Friedkin, director de The French Connection, se acercó a esta película con guantes de cirujano e intelecto. The Exorcist hizo para el cine terror lo que 2001: A Space Odyssey hizo por el de ciencia ficción: Embolsillando galardones, le dio credibilidad y legitimidad al género ante la crítica y la audiencia mainstream.
 

Vamos a dejar una cosa en claro: el epónimo “exorcista” no es el demonio, es el sacerdote que realiza el exorcismo. En esta película hay dos y, específicamente, nos referimos al padre Damien Karras.
 

Karras ha vuelto a Georgetown, Washington, para hacerse cargo de su anciana madre. La señora vive en la pobreza y nos da feeling de inmigrante que no se ha adaptado bien y vive en una burbuja. Damien se siente horrorosamente culpable porque, conforme la enfermedad avanza, se ve forzado a meterla en un hospital mediocre. Si hubiese estudiado psicología, habría tenido un título con el qué montar un consultorio y tendría dinero hoy. Pero se fue por el sacerdocio, siguió su fe y ahora siente que Dios lo ha abandonado.

Mientras esto ocurre, la actriz Chris MacNeil atraviesa dificultades con una película importante, un cruento divorcio y la extraña enfermedad que afecta a su hija. Manifestándose con ruidos y extraños olores, la niña ha tenido espasmos y catatonia. Los doctores no saben qué hacer y los psicólogos están confundidos. Entre más tiempo pasa, peor es la enfermedad y lo imposible empieza a suceder. A la agnóstica madre le queda una opción: exorcismo. Y el único sacerdote disponible es el menos indicado, Damien Karras.

¿Será Karras capaz de superar su crisis y descifrar los misterios de la fe para salvar al perfecto símbolo de la inocencia?
 

Es de eso de lo que nos habla la película, más que de cualquier otra cosa: La fe tiene razones que la razón no entiende. Algo que amo sobre esta película es que no es preachy en su acercamiento al exorcismo o al catolicismo, no está tratando de evangelizarte. La primera reacción de Karras ante la situación es “Bueno, señora. Yo le voy a explicar una cosa a usted sobre el exorcismo. Todo eso es pensamiento mágico. No existe realmente un ‘demonio’ dentro de su hija, pero ella cree que sí. Lo que yo voy a hacer es actuar en la misma onda y sugerirle que la exorcizo”. Un acercamiento perfectamente científico y racional. Cuando Regan, la niña, empieza a hablar en otro idioma y a mover vainas con la mente, la racionalidad da paso al terror. “Esto no puede estar pasando y sin embargo ahí está”.
 

TODO EL MUNDO ACTÚA PERFECTO EN ESTA PELÍCULA. Cuando tú contratas a Ellen Burstyn para tu film, le estás imprimiendo un sello de calidad al producto final. Una de las mejores actrices de la historia y acá te muestra una desesperación bastante real, una madre con una hija y su enfermedad incurable. Max von Sydow es otro titán como el sacerdote Lankester Merrin, el hombre de sotana y arqueólogo. Cuando se nos presenta, sabemos que el tipo está aceptando un sacrificio porque verle la cara a la oscuridad es lo último que quiere hacer.

Y está Linda Blair, en el papel de Regan MacNeil. La demostración de que los Oscar se equivocan (ese año lo ganó otra chama).
 
Quería comentar aparte a Jason Miller, que retrata perfectamente a Karras -descrito en el libro con “Llegó a Georgetown y cargaba su maleta llena de miserias”. The Exorcist son tres historias (la de Karras, la de Chris MacNeil y la de Merrin), pero si hubiese un actor más débil en este papel, toda la película se cae. Es el corazón del cuento, nuestro aliado como audiencia. Es por él (y en menor medida Chris) que experimentamos estos eventos. 
 

Mucho se puede hablar de esta película y cómo fue grabada. Antes de que el demonio haga su aparición, ya el escenario está puesto entre crisis personales y un mundo caótico, milimétricamente medido por Friedkin, con efectos especiales revolucionarios y una escena climática en que dos incapaces luchan por la salvación de un alma. El director logró lo que parecía imposible: incorporó efectos especiales propios del cine fantástico a una película seria. Ya Polanski había utilizado a la esposa de Frank Sinatra para su Rosemary’s Baby y Hitchcok rompió el molde usando a la gente más pop del momento en Psycho. Pero acá, Friedkin juntó a lo mejor de los mejor en todos los campos y se lo plantó a Hollywood de frente. Un tema rara vez explorado en el cine (incluso el de terror): el inocente volviéndose el monstruo, en vez de los monstruos alrededor del inocente. “Estamos en un mundo de pecadores” nos dice la película, “¿qué hacemos con eso?”
 
Pendiente de la simbología. Date cuenta de todas las veces en que Karras desciende y asciende, una imágen recurrente como concepto para el personaje. ¿Viste cuándo es el último ascenso? 
 
Cuando la película salió, la crítica no supo cómo aceptarla. Algunos la reconocieron por la joya que es, otros la desmeritaron (“¿Tiene monstruos, elfos o naves espaciales? Es basura”). Pero así como, si te gusta el terror, te la recomiendo en alma, cuerpo y corazón, te digo: Si eres sensible o no te gusta mucho el terror, no veas esta vaina. Ni siquiera leas el libro (medio-SPOILERS: ¿Sabes la famosa escena de la araña en las escaleras? En el libro es mucho peor). Repito, si esto no es lo tuyo, corre sin mirar atrás. Citando de nuevo a Roger Ebert, “Lo que vemos aquí no son los deliciosos susticos de Vincent Price, esta es una experiencia cruda y dolorosa”. Amén.
 

2 comentarios:

  1. La vi hace pocos meses, en parte por miedos de infancia que aún no había superado. No entiendo cómo pueden criticarla, en serio. Es una joya.

    ResponderEliminar