Director:
Wes Craven
Guion:
Kevin Williamson
Elenco:
Neve Campbell, Skeet Ulrich, Courtney Cox, Matthew Lillard, Drew Barrymore
Cinematógrafo: Mark Irwin
País: Estados Unidos
Año: 1996
Tópicos: Asesinos, películas de terror, slasher
Los 90’ fue una década
terrible para el cine de terror. Se
explotó tanto al splatter y el slasher que quedó el hastío. Los
acercamientos eran o incomprendidos (Mary
Shelley’s Frankenstein, Bram Stoker’s Dracula) o refritos de Freddy, Jason
o Chucky. Para mí, el cine de terror estaba firmemente basado en la imagen del
asesino enmascarado cazando a adolescentes en el bosque y esa era la idea
popular. El terror entró en los 90’ como el rock: Cansado, todo se hizo y todo
aburre… hasta 1996, cuando Wes Craven sacó Scream y el género re-emergió de la tumba.
Así, donde antes los
personajes se metían en una cabaña, tenían sexo fumando marihuana y van a
investigar el ruido raro en el bosque, acá
los chamos reconocen los clichés cuando los ven. Randy Meeks se para, en medio de una fiesta mientras Halloween
está en pantalla, y dice “Hay reglas específicas para sobrevivir en una
película de terror. No tengas sexo, el sexo es equivalente a morirse. Nunca,
nunca, nunca digas ‘I’ll be right back’, porque no vas a volver, te van a
matar’”.
Stu se
levanta del sofá “Ok, viejo. Voy a la cocina, ¿quieres otra cerveza?”
“Sí, por favor”.
“I’LL BE RIGHT BAAACK” dice Stu, pelando los ojos en burla.
“Ajá, ahí está. Lo van
a matar” sentencia Randy, como cosa normal.
Es un momento genial, muy simbólico de la película y su mensaje.
El título original era
“Scary Movie” (todos los personajes
pronuncian la frase al menos una vez y es de ahí de donde salió el título de la
parodia) y, así como se nos presenta en la forma de un análisis y tributo al
terror en general y el slasher en particular, tiene esa clase de escritura que eleva al producto (incluyendo
muertes creativas, porque ¿qué es una slasher sin las tripas?): “La vida es una
película en la que no puedes elegir el género”.
Otra de las cosas que
funciona, ¿cuántas veces has visto una película y dicho “Por dios, ¿quién haría
eso?”? Los adolescentes acá son creíbles, son panas como tus amigos (es muy
simbólica de los 90), están felices de beber, de tener sexo y de sentirse a
salvo porque vieron todas las Friday the
13th. Todos los actores del elenco saltaron a la fama y hay que hablar de dos actrices que ya eran famosas: Neve
Campbell y Drew Barrymore. Drew provenía de una rica carrera en 80’ y Neve
estaba en la serie más popular del momento, Party
of Five. Si tú agarras Tourist Trap
o Sleepaway Camp, buena suerte consiguiendo
una cara conocida. Todos son actores novatos que cobran poco –de acuerdo a los
presupuestos. Lo normal es que un actor novato (como Kevin Bacon en Friday the 13th) hiciera esa película,
ganaba currículum y progresaba al “cine serio”. The
Burning es notable porque tiene a Jason Alexander, Holly Hunter
y Fisher Stevens. Las películas que
se hacen antes de volverte famoso.
Acá agarraron caras
conocidas que eran, además, súper guapas. Son creíbles en actitud, porque lucen
como modelos de Calvin Klein. Si tenías conciencia en los 90’ y no te gustaba
Neve Campbell, es porque no te gustan las mujeres (y si te gustan los hombres,
ahí está Skeet Ulrich). Como sabemos, Scream
fue un exitazo y los actores de
Hollywood vieron que era rentable hacer películas de terror. Hoy podemos
ver a Elijah Wood en Maniac. La
tendencia empezó aquí.
Pendiente con Matthew
Lillard, que con esta película le pasó como a Stiffler, uno de los actores
símbolo de los 90’.
Todo se caería en las
manos de un director menos diestro. El guión fue como anillo al dedo, porque ya
en New Nightmare Wes Craven exploró con inteligencia la relación entre el cine de terror
y su audiencia. Acá, va más allá espolvoreando el material base con su
propia creatividad y alternando la
normalidad con mucha violencia. “Soy
un director capaz de hacer algo muy bien, pero no me dejan mostrarlo en
pantalla. La censura te agarra por donde sea cuando no les gusta una película.
En esta me dijeron ‘Es muy intensa. No es una escena en específico, es muy
intensa’. ¿Cómo corriges eso?” No te lo pierdas en su cameo, disfrazado de
Freddy Krueger (y por ahí está Linda Blair).
Wes era un director de
películas que te dejaban pensando y Scream
es un comentario reflexivo sobre el cine y cómo influye en el público de un
modo que creo que no hemos visto desde entonces. Su deceso este año fue muy
sentido, pero vino tras una buena vida. Gracias
por todo, Maestro.
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