jueves, 29 de octubre de 2015

SYMPATHY FOR THE CREATURE: Scream (1996)



Director: Wes Craven

Guion: Kevin Williamson

Elenco: Neve Campbell, Skeet Ulrich, Courtney Cox, Matthew Lillard, Drew Barrymore

Cinematógrafo: Mark Irwin

País: Estados Unidos

Año: 1996

Tópicos: Asesinos, películas de terror, slasher




Los 90’ fue una década terrible para el cine de terror. Se explotó tanto al splatter y el slasher que quedó el hastío. Los acercamientos eran o incomprendidos (Mary Shelley’s Frankenstein, Bram Stoker’s Dracula) o refritos de Freddy, Jason o Chucky. Para mí, el cine de terror estaba firmemente basado en la imagen del asesino enmascarado cazando a adolescentes en el bosque y esa era la idea popular.  El terror entró en los 90’ como el rock: Cansado, todo se hizo y todo aburre… hasta 1996, cuando Wes Craven sacó Scream y el género re-emergió de la tumba.

Scream nunca me ha asustado, lo que me atrae es la inteligencia del libreto (de la pluma de Kevin Williamson, fanático desesperado de Halloween). ¿Sabes cómo uno ve películas de zombis y ningún personaje sabe lo del tiro en la cabeza? Ese es el giro más grande: los personajes son fans del cine de terror y saben que están en una película. Varios adolescentes reciben llamadas de un anónimo preguntándoles por películas de terror. ¿Quieres que te deje de acosar? Dime cuántas secuelas tiene la serie de Freddy Krueger. Te conviene saberlo, tu vida depende de ello.

Así, donde antes los personajes se metían en una cabaña, tenían sexo fumando marihuana y van a investigar el ruido raro en el bosque, acá los chamos reconocen los clichés cuando los ven. Randy Meeks se para, en medio de una fiesta mientras Halloween está en pantalla, y dice “Hay reglas específicas para sobrevivir en una película de terror. No tengas sexo, el sexo es equivalente a morirse. Nunca, nunca, nunca digas ‘I’ll be right back’, porque no vas a volver, te van a matar’”.

Stu se levanta del sofá “Ok, viejo. Voy a la cocina, ¿quieres otra cerveza?”

“Sí, por favor”.

I’LL BE RIGHT BAAACK dice Stu, pelando los ojos en burla. 

“Ajá, ahí está. Lo van a matar” sentencia Randy, como cosa normal.

Es un momento genial, muy simbólico de la película y su mensaje.

El título original era “Scary Movie” (todos los personajes pronuncian la frase al menos una vez y es de ahí de donde salió el título de la parodia) y, así como se nos presenta en la forma de un análisis y tributo al terror en general y el slasher en particular, tiene esa clase de escritura que eleva al producto (incluyendo muertes creativas, porque ¿qué es una slasher sin las tripas?): “La vida es una película en la que no puedes elegir el género”.

Otra de las cosas que funciona, ¿cuántas veces has visto una película y dicho “Por dios, ¿quién haría eso?”? Los adolescentes acá son creíbles, son panas como tus amigos (es muy simbólica de los 90), están felices de beber, de tener sexo y de sentirse a salvo porque vieron todas las Friday the 13th. Todos los actores del elenco saltaron a la fama y hay que hablar de dos actrices que ya eran famosas: Neve Campbell y Drew Barrymore. Drew provenía de una rica carrera en 80’ y Neve estaba en la serie más popular del momento, Party of Five. Si tú agarras Tourist Trap o Sleepaway Camp, buena suerte consiguiendo una cara conocida. Todos son actores novatos que cobran poco –de acuerdo a los presupuestos. Lo normal es que un actor novato (como Kevin Bacon en Friday the 13th) hiciera esa película, ganaba currículum y progresaba al “cine serio”. The Burning es notable porque tiene a Jason Alexander, Holly Hunter y Fisher Stevens. Las películas que se hacen antes de volverte famoso.

Acá agarraron caras conocidas que eran, además, súper guapas. Son creíbles en actitud, porque lucen como modelos de Calvin Klein. Si tenías conciencia en los 90’ y no te gustaba Neve Campbell, es porque no te gustan las mujeres (y si te gustan los hombres, ahí está Skeet Ulrich). Como sabemos, Scream fue un exitazo y los actores de Hollywood vieron que era rentable hacer películas de terror. Hoy podemos ver a Elijah Wood en Maniac. La tendencia empezó aquí.

Pendiente con Matthew Lillard, que con esta película le pasó como a Stiffler, uno de los actores símbolo de los 90’.

Todo se caería en las manos de un director menos diestro. El guión fue como anillo al dedo, porque ya en New Nightmare Wes Craven exploró con inteligencia la relación entre el cine de terror y su audiencia. Acá, va más allá espolvoreando el material base con su propia creatividad y alternando la normalidad con mucha violencia.  “Soy un director capaz de hacer algo muy bien, pero no me dejan mostrarlo en pantalla. La censura te agarra por donde sea cuando no les gusta una película. En esta me dijeron ‘Es muy intensa. No es una escena en específico, es muy intensa’. ¿Cómo corriges eso?” No te lo pierdas en su cameo, disfrazado de Freddy Krueger (y por ahí está Linda Blair).

Wes era un director de películas que te dejaban pensando y Scream es un comentario reflexivo sobre el cine y cómo influye en el público de un modo que creo que no hemos visto desde entonces. Su deceso este año fue muy sentido, pero vino tras una buena vida. Gracias por todo, Maestro.

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