Título original: Dracula
Director:
Tod Browning
Guión:
Garrett
Fort
Elenco:
Bela Lugosi, Helen Chandler, David Manners, Dwight Frye, Edward van Sloan
Cinematógrafo: Karl Freund
País:
Estados Unidos
Año: 1931
Tópicos:
Vampiros, gótico, Universal Monsters
La razón de por qué Bela Lugosi es leyenda. Mal puedes
llamarte fan del cine de vampiros sin haber visto la obra maestra de Tod Browning, una obra tan poderosa e influyente
que dictó lo que un vampiro debía ser (y
lo ves hasta en marcas de cereal). La
película que volvió al personaje de Stoker un ícono de la cultura pop.
Renfield, un
agente inmobiliario, viaja a la lejana tierra de Transilvania para
entrevistarse con su cliente, el Conde
Drácula, interesado en emigrar a Londres. La gente del pueblo le advierte
que no vaya, que es un lugar en el que la gente desaparece y que “los muertos
viajan aprisa”. Ignorando las advertencias, el hombre llega al decadente
castillo y, la próxima vez que lo vemos, es a bordo de un barco maldito que
llega a Londres. Renfield, lunático y obsesionado con “consumir a los vivos” no
es sino el heraldo del Conde y su beso fatal.
Esta peli iba a ser protagonizada por Lon Chaney –era amiguísimo de Browning. Trágicamente, Lon contrajo
cáncer de garganta y falleció durante el amanecer el cine “parlante”
(simbólico, ¿eh?), así que la Universal, sin una estrella a quien otorgarle el
rol, decidió irse con el actor de la popular obra de teatro, basada en la
novela victoriana.
Aquí es cuando
hablamos de la estrella y, de nuevo, el dueño de la atención durante todo el
metraje. Bela Dezso Blasko era un
actor húngaro venido a hacer suerte en los Estados Unidos. El tipo no hablaba
inglés y cuando logró el papel en “Drácula”, para el teatro, aprendió sus
líneas fonéticamente. A la hora de grabar lo que era una versión fílmica no
tanto del libro, sino de la obra, parece un tiro al piso contratar a Blasko,
que iba por el nombre artístico del lugar en el que nació, Lugoj. Poseedor de una impresionante y siniestra
presencia, las mujeres no sabían si gritar o derretirse ante él, tal y como
el propio Conde (nunca un actor semejante había sido visto en el cine). Pilla:
Cuando empieza la producción, Lugosi ya hablaba más inglés, pero tenía un
marcado acento húngaro… que le daba autenticidad al rol.
Bela Lugosi era húngaro, como Drácula, emigró a un país
industrializado, como Drácula, angloparlante, como Drácula, y Lugoj queda
bastante cerca de Transilvania. ¿Qué
más quieres?
Bueno, resulta que costó un poquito para que Universal firmara con él. Nadie
creía que los atributos que lo habían vuelto una estrella en el teatro, se
traducirían al cine, pero fue tan efectivo su performance que, cuenta la
leyenda, el público contenía la respiración durante la primera aparición del
vampiro.
De las demás actuaciones, hay que resaltar la participación de Dwight Frye como Renfield. La escena que la que habla de "Rats! Hundreds of them!" lo hace con tal histeria que es imposible no maravillarse -en especial al compararlo con el caballero que era al inicio del largometraje. También pasaría a ser un actor de terror y, al igual que el amo al que sirve en nuestra entrega de hoy, le sería difícil ser visto para otra clase de roles. Eso es lo que pasa cuando te la comes con un papel, supongo.
Hay varias versiones
de este film (incluyendo una muda para los cines que no contaran con el equipo
necesario para las “nuevas películas”). No
podemos hablar de esta peli sin hablar de su versión mexicana. Ve: El
doblaje no existía. Lo que se hacía era que un equipo grababa en el día, dejaba
el set tal y como lo encontró y en la noche entraba otro equipo con otro
elenco, a grabar la versión italiana, o francesa o whatever.
Aunque la original de
Browning cuenta con Lugosi y el beneficio de ser pionera, es la mexicana la que está por encima a nivel técnico. Es como si,
durante la grabación de la original, el director de la otra se quedaba viendo,
estudiando cómo mejorarlo todo cuando le tocara. Y… lo logró. Viendo esa
versión, uno no puede sino fantasear cómo habría sido si el Conde ahí fuese
Lugosi y no Carlos Villarías (que se desempeña bastante bien, sinceramente).
Si no la has visto, se
te ha hecho tarde. Mucho de lo que vas a
conseguir son clichés hoy, como los murciélagos de plástico, el castillo
embrujado y el vampiro con la capa, pero si ves la película en contexto, considerando cómo salió y cuál era el
mundo en el que salió, entenderás la maravilla. Lugosi pasó a ser una
estrella del cine de terror (etiqueta que le costaría desprenderse) y Browning
progresó a otra obra maestra de la que hablaremos pronto, cuando comentemos
cómo hacer otra joya lo arruinó.
Este clásico está en la lista del 31 de octubre, sin duda. Drácula es mi libro favorito y vale la pena ver sus orígenes en pantalla. Sigo leyéndote, Víc. Nice work!
ResponderEliminarWhat, es tu libro favorito? Yo los colecciono! Tengo que mostrarte mi colección, es muy geek pero me da nota, pues :D
EliminarVela, Bela Lugosi es calidad. Referente obligado.