Director: Michael Powell
Guion: Leo Marks
Elenco:
Carl Boehm, Anna Massey, Maxine Audley
Cinematógrafo: Otto Heller
País: Reino Unido
Año: 1960
Tópico: Asesinos, voyerismo, terror psicológico
ESCOPTOFILIA: sustantivo femenino;
Práctica en la que un individuo experimenta placer sexual al ver y ser visto,
por lo general en situaciones sexuales o íntimas; voyerismo.
O, en términos llanos,
un mirón, lo que los ingleses llaman
un “peeping tom”, desviación
retratada en la obra maestra de Michael Powell, el mejor film que Alfred Hitchcock nunca dirigió.
¿Sabes cómo The Artist es un homenaje al cine mudo y
Birdman a los actores y los
sufrimientos artísticos? Esta película
es una carta de amor a la dirección, la afición de Mark Lewis, nuestro solitario protagonista. El problema está en que
Mark tuvo una infancia jodida. Ahora sus días pasan entre ser camarógrafo a
fotógrafo pornográfico; Va para todas partes con su camarita, no pela una para
grabar sus películas amateurs. Y qué películas: Con engaños, se procura el
acceso a mujeres a quienes filma (y vemos las grabaciones conforme ocurren),
aterra y asesina. Tiene un cuarto oscuro de revelado en su apartamento y es ahí
donde admira su obra con fascinación. ¿Cómo hace semejante homicida para
mantener la máscara de cordura ante un mundo normal cada vez más intrusivo?
La película es un éxito del lenguaje simbólico. Tenemos las víctimas de Mark (mini-spoiler a continuación), una prostituta, una actriz y una
modelo, tres profesiones que derivan su
sustento de ser vistas y ser hermosas. La madre de la puritana novia de
Mark es ciega; aunque tiene sospechas de él, no puede demostrar lo que no ha visto (de nuevo, la importancia
del ver). Y en las grabaciones, una de las patas del trípode en que reposa la
cámara se levanta (tiene una navaja oculta), una imagen fálica como sustituto de la intimidad, quizá el único acercamiento a las
mujeres que el morboso director es capaz de ejecutar.
Pero la principal jugada nos la hace Powell a nosotros. Nos dice que, sí, el tema de Mark es voyerista, ¿pero
has pensado en qué consiste una película de terror? Gente que va a morir y nosotros, repelidos y fascinados, mantenemos
enfocada la atención. La astucia del cineasta va más allá de contratar a
una mala actriz (que interpreta a una mala actriz): nos usa de experimento como Mark utiliza a sus víctimas -y como su
padre lo utilizó a él.
Y después hablan de Inception.
Como hemos visto, un
estudio de personaje se puede caer si no tiene un ancla fuerte y Carl Böhm pasa del tímido y antisocial
Mark, al determinado y apasionado homicida sin que nos demos cuenta. Hay
muchos momentos en que queremos gritarle a Anna Massey, que hace de la novia,
que “¡Mija! ¿No estás viendo que este es tremendo anormal?” Pero te
interrumpes: claro que la chica es inocente, todo su trasfondo lo sugiere y su
conducta lo afirma -la amo en esta película, una chica hermosa que, estoy
seguro, fue preparada con toda la
intención por Massey, una actriz que utilizaba cinco marcadores diferentes
para tachar los guiones y marcar la entonación, actitud y pausas. Más que una
actriz, Massey era una artesana y una maestra.
De cierta forma, nos
dice Powell, no puedes ser cinéfilo sin
tener tu grado de voyerista. Martin Escorsese asegura que esta película,
junto a 8 ½, de Federico Fellini, es una clase sobre la dirección de cine:
“Dicen todo lo que hay que saber sobre film-making y el proceso de manipular un
film, la objetividad y la subjetividad y la confusión entre las dos. 8 ½ captura el glamur y la alegría de
grabar una película y Peeping Tom nos
muestra la agresión, cómo la cámara es capaz de violar (…). De estudiarlas puedes descubrir todo sobre
la gente que hace películas o, al menos, la gente que se expresa por medio de
películas”. Y, dicho eso, esta película te va a encantar si estás
interesado en la historia del cine. Ahorita el negocio es digital (criticado
por muchos cineastas, con interesantes alegatos), pero cuando esta película
salió, el proceso de grabar en una película real estaba vigente. Ves los
químicos, las distintas cámaras, la puesta en escena y detalles que uno da por
sentado, como el cuadre perfecto de la distancia entre los actores y los lentes.
Todas las alabanzas
son modernas, porque cuando la película salió ocurrió la historia de siempre. En los Estados Unidos no encontró audiencia
que la entendiera y en Inglaterra la reacción fue más violenta. “La única
forma satisfactoria de acercarse a Peeping
Tom” dijo una review contemporánea, “es agarrarla en un amasijo, meterla en
el retrete y bajar la palanca. E incluso la peste se quedará”; “La película es
más nauseabunda y deprimente que una colonia de leprosos” dijo The Tribune (si
haces algo artístico, que dios te salve de caer en las manos de los críticos
ingleses).
La negatividad fue tal
que Michael Powell quedó fuera del
negocio (como le pasó a Tod Browning). “Hice una película que nadie quería
ver” dijo Powell después, “y treinta años después todo el mundo la ha visto o
la busca”. C’est de l’art.
Peeping Tom ha envejecido y las audiencias modernas han visto tantas cosas que, salvo
por una secuencia específica, difícilmente se aterrará. Sin embargo, si te acercas por la historia, la forma en que
está hecha y la ves en el contexto de su época (que es la manera correcta de acercarte históricamente al cine), descubrirás
una película que nos acusa de mirones con inteligencia, buen gusto y amor al
cine.
Bien !!!
ResponderEliminarGracias!
Eliminar"...si te acercas por la historia, la forma en que está hecha y la ves en el contexto de su época (que es la manera correcta de acercarte históricamente al cine)" <- SÍ, Y MIL VECES SÍ. No puedes ver una película, y menos evaluarla, con un lente distinto al de su época. Varios conocidos criticaron películas de los 70 u 80, sin tomar en cuenta que para esos tiempos lo que se proyectaba como terror es algo completamente distinto. Este me gustó mucho, al igual que los otros. Well done, Vic!
ResponderEliminarEs un error frecuente en muchas audiencias. Por eso hay que mostrarle a los más jóvenes películas como Terminator cuando ya tengan edad para apreciarlas. Alguien que ha visto The Matrix o Pacific Rim ve Robocop y hasta se echa a reir. Pero la historia de Robocop es una de las mejores que tiene la ciencia ficción. Si le das la espalda, sales perdiendo como audiencia.
EliminarEs como ver una de Jason hoy y quejarte, "Baaah, el asesino que nunca muere, el inmortal, aburriiiido". Eso se ha repetido hoy al cansancio, pero cuando salió por primera vez, con Halloween, la gente gritaba en el cine (hay grabaciones).
Hay que ver las cosas en contexto para obtener mayor apreciación.