domingo, 11 de octubre de 2015

SYMPATHY FOR THE CREATURE: Peeping Tom (1960)





Director: Michael Powell

Guion: Leo Marks

Elenco: Carl Boehm, Anna Massey, Maxine Audley

Cinematógrafo: Otto Heller

País: Reino Unido

Año: 1960

Tópico: Asesinos, voyerismo, terror psicológico


ESCOPTOFILIA: sustantivo femenino; Práctica en la que un individuo experimenta placer sexual al ver y ser visto, por lo general en situaciones sexuales o íntimas; voyerismo.

O, en términos llanos, un mirón, lo que los ingleses llaman un “peeping tom”, desviación retratada en la obra maestra de Michael Powell, el mejor film que Alfred Hitchcock nunca dirigió.

¿Sabes cómo The Artist es un homenaje al cine mudo y Birdman a los actores y los sufrimientos artísticos? Esta película es una carta de amor a la dirección, la afición de Mark Lewis, nuestro solitario protagonista. El problema está en que Mark tuvo una infancia jodida. Ahora sus días pasan entre ser camarógrafo a fotógrafo pornográfico; Va para todas partes con su camarita, no pela una para grabar sus películas amateurs. Y qué películas: Con engaños, se procura el acceso a mujeres a quienes filma (y vemos las grabaciones conforme ocurren), aterra y asesina. Tiene un cuarto oscuro de revelado en su apartamento y es ahí donde admira su obra con fascinación. ¿Cómo hace semejante homicida para mantener la máscara de cordura ante un mundo normal cada vez más intrusivo?

La película es un éxito del lenguaje simbólico. Tenemos las víctimas de Mark (mini-spoiler a continuación), una prostituta, una actriz y una modelo, tres profesiones que derivan su sustento de ser vistas y ser hermosas. La madre de la puritana novia de Mark es ciega; aunque tiene sospechas de él, no puede demostrar lo que no ha visto (de nuevo, la importancia del ver). Y en las grabaciones, una de las patas del trípode en que reposa la cámara se levanta (tiene una navaja oculta), una imagen fálica como sustituto de la intimidad, quizá el único acercamiento a las mujeres que el morboso director es capaz de ejecutar.

Pero la principal jugada nos la hace Powell a nosotros. Nos dice que, sí, el tema de Mark es voyerista, ¿pero has pensado en qué consiste una película de terror? Gente que va a morir y nosotros, repelidos y fascinados, mantenemos enfocada la atención. La astucia del cineasta va más allá de contratar a una mala actriz (que interpreta a una mala actriz): nos usa de experimento como Mark utiliza a sus víctimas -y como su padre lo utilizó a él.

Y después hablan de Inception.

Como hemos visto, un estudio de personaje se puede caer si no tiene un ancla fuerte y Carl Böhm pasa del tímido y antisocial Mark, al determinado y apasionado homicida sin que nos demos cuenta. Hay muchos momentos en que queremos gritarle a Anna Massey, que hace de la novia, que “¡Mija! ¿No estás viendo que este es tremendo anormal?” Pero te interrumpes: claro que la chica es inocente, todo su trasfondo lo sugiere y su conducta lo afirma -la amo en esta película, una chica hermosa que, estoy seguro, fue preparada con toda la intención por Massey, una actriz que utilizaba cinco marcadores diferentes para tachar los guiones y marcar la entonación, actitud y pausas. Más que una actriz, Massey era una artesana y una maestra.

De cierta forma, nos dice Powell, no puedes ser cinéfilo sin tener tu grado de voyerista. Martin Escorsese asegura que esta película, junto a 8 ½, de Federico Fellini, es una clase sobre la dirección de cine: “Dicen todo lo que hay que saber sobre film-making y el proceso de manipular un film, la objetividad y la subjetividad y la confusión entre las dos. 8 ½ captura el glamur y la alegría de grabar una película y Peeping Tom nos muestra la agresión, cómo la cámara es capaz de violar (…). De estudiarlas puedes descubrir todo sobre la gente que hace películas o, al menos, la gente que se expresa por medio de películas”. Y, dicho eso, esta película te va a encantar si estás interesado en la historia del cine. Ahorita el negocio es digital (criticado por muchos cineastas, con interesantes alegatos), pero cuando esta película salió, el proceso de grabar en una película real estaba vigente. Ves los químicos, las distintas cámaras, la puesta en escena y detalles que uno da por sentado, como el cuadre perfecto de la distancia entre los actores y los lentes.

Todas las alabanzas son modernas, porque cuando la película salió ocurrió la historia de siempre. En los Estados Unidos no encontró audiencia que la entendiera y en Inglaterra la reacción fue más violenta. “La única forma satisfactoria de acercarse a Peeping Tom” dijo una review contemporánea, “es agarrarla en un amasijo, meterla en el retrete y bajar la palanca. E incluso la peste se quedará”; “La película es más nauseabunda y deprimente que una colonia de leprosos” dijo The Tribune (si haces algo artístico, que dios te salve de caer en las manos de los críticos ingleses).
La negatividad fue tal que Michael Powell quedó fuera del negocio (como le pasó a Tod Browning). “Hice una película que nadie quería ver” dijo Powell después, “y treinta años después todo el mundo la ha visto o la busca”. C’est de l’art.

Peeping Tom ha envejecido y las audiencias modernas han visto tantas cosas que, salvo por una secuencia específica, difícilmente se aterrará. Sin embargo, si te acercas por la historia, la forma en que está hecha y la ves en el contexto de su época (que es la manera correcta de acercarte históricamente al cine), descubrirás una película que nos acusa de mirones con inteligencia, buen gusto y amor al cine.


4 comentarios:

  1. "...si te acercas por la historia, la forma en que está hecha y la ves en el contexto de su época (que es la manera correcta de acercarte históricamente al cine)" <- SÍ, Y MIL VECES SÍ. No puedes ver una película, y menos evaluarla, con un lente distinto al de su época. Varios conocidos criticaron películas de los 70 u 80, sin tomar en cuenta que para esos tiempos lo que se proyectaba como terror es algo completamente distinto. Este me gustó mucho, al igual que los otros. Well done, Vic!

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    1. Es un error frecuente en muchas audiencias. Por eso hay que mostrarle a los más jóvenes películas como Terminator cuando ya tengan edad para apreciarlas. Alguien que ha visto The Matrix o Pacific Rim ve Robocop y hasta se echa a reir. Pero la historia de Robocop es una de las mejores que tiene la ciencia ficción. Si le das la espalda, sales perdiendo como audiencia.
      Es como ver una de Jason hoy y quejarte, "Baaah, el asesino que nunca muere, el inmortal, aburriiiido". Eso se ha repetido hoy al cansancio, pero cuando salió por primera vez, con Halloween, la gente gritaba en el cine (hay grabaciones).

      Hay que ver las cosas en contexto para obtener mayor apreciación.

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