Título
original: The Texas
Chainsaw Massacre
Director:
Tobe Hooper
Guion:
Tobe Hooper, Kim Henkel
Elenco:
Marilyn Burns, Ed Neal, Gunnar Hansen, Jim Siedow, Paul Partain
Cinematógrafo: Daniel Pearl
País: Estados Unidos
Año: 1974
Tópicos: Canibalismo, asesinos, terror rural
Tema sugerido: Dulces sueños.
“La película que están por ver es un recuento de la
tragedia que le ocurrió a un grupo de cinco jóvenes, en particular a Sally
Hardesty y su hermano inválido Franklin. Es mucho más trágico porque eran
jóvenes, pero aunque hubiesen vivido largas vidas, no habrían esperado ni
deseado ver tanta locura y muerte como la que vieron ese día. Para ellos, una idílica
tarde de verano se volvió una pesadilla. Los eventos de ese día llevaron al
descubrimiento de uno de los crímenes más bizarros en los anales de la historia
norteamericana: la Masacre de Texas”.
En la historia del
cine de terror existen pocas piezas capaces de alcanzar la fulminante efectividad
de la que nos toca hoy. Cuando la vi por primera vez, la conseguí por
casualidad en un club de video (¿te acuerdas de esos?) en el interior del país
y la renté con uno de mis primos, buscando una tarde de películas de terror.
Tendría yo como 13 años. Estaba esperando una vaina tipo Jason, susticos
inofensivos. Llevábamos, sin saberlo,
una de las historias más enfermas alguna vez grabadas. Fue la primera vez que me sentí asqueado, repelido y perturbado por
tanto tiempo que estaba seguro de que la película era mala (y fui incapaz
de recordar grandes fragmentos de ella), cosa que no me ha pasado hasta que vi
la australiana Wolf Creek.
Creo que fue Stephen
King el que dijo que “La fantasía es un escenario en el que las cosas resultan
y todo sale bien; el terror es lo contrario”. Esta es la propia película en que las cosas dan un giro para mal y no
hacen sino empeorar.
Algo raro está pasado
en Texas. Alguien se ha dedicado a vandalizar tumbas en distintos cementerios.
Usualmente se lleva piezas de los cadáveres, pero en alguna ocasión macabras
esculturas son expuestas, quizá como advertencia, quizá como el síntoma de una
horrenda enfermedad.
Cinco chicos con cruzan
el estado para que dos de ellos, Sally y
Franklin, comprueben que la tumba de su abuelo está bien. Cumplida la
misión, aprovechan de visitar el hogar de la infancia, pero el viejo que
atiende la gasolinera local les advierte: No se paseen mucho. Las cosas están
raras por aquí.
Nuestros cinco
inocentes, por supuesto, ignoran al viejo y se cruzan con la sucursal del
infierno, una casa en medio de la nada donde la locura se crece bajo el sol.
No tengo palabras
suficientes para alabar a esta película. Las actuaciones de todos los actores
(amateurs) son súper, súper convincentes y no puedo hablar de eso sin ser
franco contigo: En esta película vamos a
conseguir a una familia de enfermos mentales que cazan a la gente como
carniceros al ganado. Las víctimas hacen bien su papel, pero los miembros
de esta casa, desde el joven descarriado (interpretado con perfecto sadismo por
Ed Neal; fíjate cómo habla, tintes esquizofrénicos) al cocinero (que se pasa la
película entre una esquizofrénica línea de moralidad y perversión) son lo que
te traen el punch, son monstruos mucho más aterrador que tanto de lo que hemos
visto, precisamente porque son humanos.
Por mucho que el
famoso Leatherface (sólo ve la película) es horroroso y el jovenzuelo es
aberrado, el peor del grupo, para mí, es
el cocinero. Está tan bien actuado que me cuesta creer que el actor real
(Siedow) no era un sádico. Y es increíble el cambio de ánimo, pasa de paternal
señor respetable a abusador asqueroso (es una de las cosas que más da miedo de
él, porque no actúa racionalmente, está fuera de control). “Estudié a Ed Gein”
dijo el escritor, Kim Henkel, “Pero también hubo una serie de asesinatos en
Houston por esos años, quizá lo recuerdas, el caso de Elmer Wayne Henley. Era
un joven que le buscaba víctimas a un viejo homosexual. Vi en las noticias y
Elmer Wayne decía ‘cometí estos crímenes y ahora voy a asumir mi
responsabilidad’. Eso me pareció interesante, que a pesar de todo tenía una
moralidad convencional. Quería que se supiera que hizo algo malo y, ahora que
estaba preso, haría lo correcto. Esa
clase de esquizofrenia traté de metérsela a los personajes”.
It worked, Kim. Holy fuck, you sick freak.
El inicio de la película es una advertencia.
Tobe Hooper fue tan
efectivo dirigiendo el largometraje que ha sido incapaz de recrearlo (al hacer
la secuela ni siquiera lo intentó). Aquí,
el hogar de la bestia parece existir en un campo que se estira y encoge en
medida en que lo necesita la maldad. La tensión se crece y nutre de
persecuciones desesperantes; grabada en 16mm, un tipo de rollo ya anticuado
para la época, pero que más barato (era una película 100% independiente) y el
efecto en la pantalla es un desafortunado accidente, una imagen granosa, oscura
y sucia que le añade personalidad a la historia -si la buscas en blu-ray, es
fundamental que consigas una versión que respete ese aspecto; Ahora las
películas se graban en digital, pero ¿te has dado cuenta de cuántas tratan de
recrear una estética propia de film? Así como la mayoría de las películas
necesitan de la noche para exaltar el temor a lo desconocido, Texas
Chainsaw necesita del día. Los colores transmiten calor, sofocación. Y
para una película con la palabra “Masacre” en el título, en ningún momento
vemos una laguna de sangre (un excelente
manejo de lo implícito y lo explícito)
Tres citas sobre la grabación del film:
“Las luces comenzaron
a derretir los huesos y la carne sobre los platos se pudrió. Todo el equipo se
mareó y se pusieron a vomitar fuera del set. Nosotros teníamos que seguir ahí, rodando”.
-Jim Siedow;
“Grabar la escena de
la cena ha sido lo peor que me ha pasado en la vida. Y he estado en Vietnam,
donde había gente tratando de matarme, así que imagínate”.
-Ed Neal;
“(El rodaje) fue
horrible, horrible. Humedad, sol abrasador, bichos, mosquitos, hormigas, un
baño para todo el mundo, una docena de personas haciendo el trabajo de
cincuenta, una jornada de veintidós horas con una sola comida…”
-Dottie Pearl.
Toda la utilería que vas a ver es real -el esqueleto
humano es real porque es más barato que adquirir uno falso. Las esculturas de huesos fueron hechas con los restos de
una clínica veterinaria y una carnicería industrial. Cuando Marilyn Burns (Sally)
corrió por el bosque, se cortó tanto con las ramas que mucha de la sangre que
le ves encima es real. Cuando le cortan el dedo para que fluya la sangre, la
cortaron de verdad (los gritos que pega en ese momento, dios mío, la primera scream queen). Cuenta la leyenda que,
terminada la grabación, se expuso para los inversores, que estuvieron
profundamente decepcionados. Al entrar al lobby del cine, convencidos de que
perdieron esos riales, se consiguieron al proyeccionista, que bajó de la cabina.
“Hay un montón de gente enferma en el
mundo y todos van a ir a ver esta película” profetizó. “Van a hacer un montón
de dinero, muchachos”.
Porque la película,
dada la forma en que fue creada, se exhibió en cines independientes (eso es
clásico del cine de terror, muy difícilmente conseguirás a cine de terror bueno
salido de los grandes estudios; son los
independientes los que se atreven e irrespetan las barreras). Para la
época, existía el cine grindhouse,
mostrando un tipo de película que hemos mencionado, las “explotativas”. Una
peli explotativa (exploitation movie)
es una cuyo mérito principal no se basa en el talento o la calidad artística,
sino en un elemento que puede ser “explotado” para atraer audiencia (como el
sexo o la violencia). Como amante del grindhouse te digo que necesitas una
mentalidad particular para acercártele. En su mayoría, es cine basura, pero vas
a conseguir, de tanto en tanto, verdaderas obras maestras que, por no
pertenecer al sistema, pasaron por debajo de la mesa. La más grande de ellas es
The Texas Chainsaw Massacre. La
película está hecha con medios precarios y con una ejecución que raya en lo
amateur.
La crítica la detestó.
Escribió Estephen Koch: “Masacre en Texas es un trozo de basura enferma (…). Es
una película que no tiene literalmente nada que se pueda recomendar, sólo un
ritmo histéricamente descuidado, imbéciles connotaciones de canibalismo, vudú,
astrología y cultos hippies, y una sádica recreación de la violencia tan
extrema como grotesca, hecha con la mayor falta de imaginación posible”.
Y aquí tengo que hacer
una pausa, porque ¿quieres que te diga algo? Hay algo en lo que la crítica
contemporánea tiene razón (la moderna la reconoce como una obra maestra; El
crítico Robin Wood afirmó que es “una de
las pocas películas con la auténtica calidad de las pesadillas”), y es uno
de los elementos que no deja de impresionarme. When you put it on paper, la
premisa de esta película no debería funcionar. Es una historia, a mi juicio,
vagamente esbozada, o sea que no pasan muchas cosas que tú puedas decir que
desarrollan la trama, la historia existe en términos minimalistas (algo que
nunca es explicado, por ejemplo, es qué es lo que quiere la familia de
degenerados). Sin embargo, está manejada con tanta efectividad que tienes que
concluir que esta película no se trata de una trama floreciente. En el corazón de The Texas Chainsaw Massacre existe un evento, una situación ya
establecida. Nosotros simplemente la vamos descubriendo junto a los personajes.
Puedo hablar por horas
de esta película, la he visto hasta memorizarla. Basta con decir que los
últimos veinte minutos son una verdadera prueba de resistencia a la cordura, la
sensibilidad y la fortaleza estomacal. La escena más fuerte, para mí, es el
final (esa risa). No tiene nada que
envidiarle a The Exorcist, está al mismo nivel, un asalto inmisericorde al
fondo de tu humanidad. Un indiscutible
canto a la aberración.
Genial! Gracias, he aprendido mucho con esta y las anteriores.
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