jueves, 11 de octubre de 2018

SYMPATHY FOR THE CREATURE 4: Pieces


Título original: Pieces

Director: J. Piquer Simón

Libreto: Dick Randall, Roberto Loyola

Elenco: Linda Day, Edmund Purdom, Paul L. Smith, Christopher George

Cinematógrafo: Juan Mariné

País: Italia, España

Año: 1982

Subgénero: Eurohorror, slasher

Tagline: Pieces… es exactamente lo que crees que es!

Review por: Drax;

¿Recuerdas el año pasado, cuando hablamos del cine slasher en la tercera edición de Sympathy for the Creature? Claro que sí, porque eres lector habitual de este blog, you sexy motherfucker. Bueno, en aquella ocasión nos centramos en películas slashers obligatorias, y examinamos las sagas de Pesadilla en la Calle del Infierno (Freddy Krueger), Viernes 13 (Jason Voorhees) y Halloween (The Shape). Esa fue una manera que tuve de hacer trampa y llenar los 31 días, porque realmente no hay tantas películas de asesinos misteriosos dignas de reseña.

Una ausencia notable fue Pieces.


¿Sabes ese pánico moral que hubo en los ochenta cuando las madres cristianas y los críticos de cine dijeron que este subgénero debía desaparecer por asqueroso, misógino y salvaje? Una prueba de peso era la obra por la que el español Juan Piquer Simón es conocido.

También conocida como “Mil Gritos Tiene La Noche”, Pieces podría ser una giallo italiana, de no ser por lo francamente agresiva que es. Ve: un niñito enfermo está obsesionado con el rompecabezas de una mujer desnuda. La mamá lo ve y trata de darle una paliza, pero el niñito, Timmy, guarda menudo contra-ataque y le clava un hachazo en la cara. Esto es en los primeros cinco minutos de película y todo pasa en cámara. La policía descubre la escena y se llevan a Timmy pensando que es otra víctima.

Pasan los años, estamos en los 80’ y hay un maniático de negro (su pinta recuerda a la del asesino en la joya giallo, Blood and Black Lace, subgénero al que esta peli parece llamar) descuartizando a mujeres con una motosierra. Queda en las manos del detective Bracken y el sargento Holden el descubrir quién es el sanguinario que mata y se lleva partes de los cadáveres.

El giro de trama es lo que te esperas y créeme que el spoiler no te va a dañar la película: el asesino está haciendo un rompecabezas real con las piezas de las mujeres que va matando. Los asesinatos son súper gráficos, de ese tipo que un grupo de censores hollywoodenses se sientan ante la pantalla y saben rapidísimo que esto no se va a estrenar ni de vaina en pantallas comerciales normales.

Es por eso, por su contenido y su origen independiente (la película es prácticamente española), que Pieces es grindhouse por todo el cañón: la única oportunidad de recuperar la inversión es pasándola en cines independientes que hacen dinero mostrando, literalmente, lo que sea.


¿Notaste que mi descripción del argumento es muy “bare-bones”? Es que el argumento no da para mucho; un personaje que parece que es el asesino pero es tan obvio que sabes que no es él, y poco a poco tus sospechas van con el verdadero responsable. Esto es así con casi todas las slasher, y Pieces destaca en el mismo terreno de Viernes 13, The Burning y The Prowler: los efectos especiales.

La escena que todo el mundo ha visto es la de la chica que es cortada por la mitad, una vaina que ocurre con pocos cortes de edición y tú ves la sierra entrando en el torso de la chama. La secuencia (pocos momentos antes hay otra similar en una cama de agua) ejemplifica el tipo de contenido que te espera: ella está en los vestidores tras entrenamiento de tennis. Se ducha y empieza a cambiarse, con una escena de desnudo femenino completo. Sólo se ha puesto un mono deportivo cuando el hombre de negro arranca la sierra y ella echa a correr topless. A él sólo le vemos las manos y los pies, siguiendo su avance por tomas en primera persona. La chica, bonita, entra en un baño y él corta la puerta. Está encerrada, grita y nadie que acude. El pana la mata, el baño es un fucking sangrero y, tras un corte, ves cómo quedó la cosa.

Soy un carajo de 32 años al que le gusta el cine basura y, viendo la escena, es muy difícil defender a Pieces de las denuncias de misoginia. Estoy seguro que ni Juan Piquer Simón ni los productores odiaban realmente a las mujeres, y de ninguna forma estoy de acuerdo con censurar la película (en todo caso, cáiganle primero a Cannibal Holocaust), pero la ejecución de esta escena es sádica.

Bueno, Pieces dura una hora y media y está plagada de escenas así.

Si la hicieran hoy en día, tendrías protestas con pancartas afuera de los cines, aunque algo me hace pensar que el mercado sería la piscina del grindhouse moderno, el direct to video. Velo de esta forma: el prespuesto de esta peli fueron $300.000 (creo que ni Roger Corman hace una película por tan poco dinero) y recaudó, solamente en Estados Unidos, $2.000.000.

El cine slasher es, por lo general, la clase de cosas que pones para ver con los amigos comiendo pizza y cerveza. En los casos donde hay un verdadero misterio, un libreto bien tramado, tienes oro e incluso antes de la llegada de los efectos especiales, puedes hacer cosas de calidad —que lo diga Dario Argento.


Pieces no es uno de esos casos. Fotografía barata, malas actuaciones, una trama predecible y un foco en tetas, nalgas y tripas, con énfasis en las tripas. Suena como algo que no le recomendarías a nadie, pero si te atreves a ver cine de terror despiadado, o cine grindhouse, o te gusta el cine de verdad, más allá de lo que todo el fucking mundo recomienda, de verdad te recomiendo Mil Gritos Tiene La Noche, y de todo corazón. I’ve seen a lot of trash and there’s really no other movie quite like it.

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