viernes, 19 de octubre de 2018

SYMPATHY FOR THE CREATURE 4: La Última Casa a la Izquierda


Título original: The Last House on the Left

Director: Wes Craven

Libreto: Wes Craven

Elenco: David A. Hess, Sandra Peabody, Lucy Grantham

Cinematógrafo: Victor Hurwitz

País: Estados Unidos

Año: 1972

Subgénero: Torture porn, rape and revenge

Tagline: Para no desmayarte, repite “¡Es sólo una película!”.

Review por: Drax;

Advertencia: los peligrosos maniáticos de Krug Stillo se escaparon de la cárcel y podrían permanecer bajo perfil, de no ser por su poderosa sed de sangre. Denuncia a la policía todo movimiento extraño en tu urbanización, cuidado con las caras nuevas y nunca, pero nunca, nunca, nunca aceptes invitaciones de desconocidos a meterte droga en un cuarto de hotel.

¿Qué es lo peor que puede pasar? Lo que le cae a las inocentes Mari y Phyllis, víctimas de un verdadero torture-porn salido treinta años antes de que tal cosa existiera. Lo que Krug y sus amigos no saben es que al malvado siempre le espera la justicia… en la última casa a la izquierda.

Durante mucho tiempo, The Last House on the Left ha sido promovida como “la película más salvaje de la historia”, y, mira, probablemente tienen razón.

Inspirada por una peli de Ingmar Bergman (!!!!), pocas pelis personifican lo que es el grindhouse mejor que el debut de Wes Craven, un profesor universitario que pasó a hacer porno y de ahí a películas de terror, en su vertiente más maldita. Mientras Hollywood estaba sacando El Padrino, La Aventura del Poseidón y The Getaway, un grupito se reúne a hacer una película casi que con la mesada que te daba tu mamá, y deciden que para que la película pegue, tiene que ser lo más impactante alguna vez retratado en celuloide. Voy de nuevo: la meta de la producción era mostrar violencia como nunca el cine se había atrevido a mostrar. Wes y su productor, Sean Cunningham, entendían que tú puedes rodar una película por un presupuesto ínfimo, explotar el contenido para atraer al público, y recuperar la inversión con creces. Cunningham (Steve Miner también está por aquí) perfeccionaría la técnica cuando parió la serie de Jason Voorhees, Viernes 13.

Las reglas tiradas por la ventana, el resultado de siete días de rodaje es una película a ratos inepta y a ratos brillante, con un impacto innegable. Para las desprevenidas audiencias, fue como Mike Tyson empericao’ y bajo seis años de esteroides dándote en el coco: la película abre diciendo que lo que estás a punto de ver es real, y los nombres se cambiaron para proteger a las víctimas.

Abrimos con nuestra virginal muchachita en la ducha, y ves el 70% de su humanidad, así que ahí de entradita ya la peli te está diciendo lo que es. Entre pedacitos de comedia que no cuajan y la presentación de la good American family de la que Mari emana, vemos a Krug y compañía en la feliz vida de fugitivos. Casi todos los actores aquí son amateurs, pero chamo, David Hess en el papel de Krug es one of the scariest motherfuckers you will ever see in any media. Salta entre simpatico a psicópata, a ultra-maldito. Cuando tienen a las chicas en el bosque, lo vemos como motor de las atrocidades, muchas de las cuales se tuvieron que cortar (hay una escena eliminada donde ponen a las dos chicas a follar entre lágrimas, really gruesome shit).  Cuenta la leyenda que cuando Last House llegó a los cines, los mismos proyeccionistas cortaban escenas de la película —queridos millenials: las películas se llaman así porque quedaban impresas en películas y cualquiera podía cortarlas, literalmente, con una tijera. El chiste en la calle 42 de Manhattan era los proyeccionistas conversando, “Ah, estás pasando Last House on the Left”.
“Sí, ya le corté escenas”.
“¿Muchas?”
“No tantas como en otros cines”.

La tortura se intercala con escenas del mundo real girando y poco a poco dándose cuenta de que las dos jovencitas han desaparecido, lo que de por sí es una declaración honesta sobre cómo funciona la violencia. Krug le ordena a una que se haga pipí encima y la actriz, pues, se hace pipí de verdad. Más adelante, tenemos la peor pesadilla de un hombre durante una felación, pero si bien esa escena no es explícita, créeme que no la vas a olvidar.

Por supuesto, la película fue súper censurada en Estados Unidos, en el Reino Unido quedó prohibida hasta el 2002, treinta años después, y Australia ni siquiera la compró para distribución. Last House on the Left (un remake salió en el 2009, más competente, pero mucho menos impactante) aún conserva su impacto. Wes Craven sería visto como un malnacido capaz de lo peor, sin visión y sin talento. Su siguiente apuesta, The Hills Have Eyes, concretaría esa percepción. Debieron pasar años para que se consagrara como amo del terror, sacando una de las mejores películas de cualquier género en la historia. Años después, lo volvería a hacer.

Esta, sin embargo, no es para todo el mundo, y si tienes un estómago débil con la violencia, particularmente de índole sexual, stay away. Después de ver la peli, estuve tentado a borrarla de mi archivo porque, goddamn it, pero decidí conservarla porque si quieres cine de terror, this is really what you came for. Una aberrada curiosidad, una pesadilla salvaje, como muchas otras en esta edición de Creature, no existe otra película que sea como esta.

Y muchos, a eso, dirán “gracias a Dios”.

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