sábado, 28 de octubre de 2017

SYMPATHY FOR THE CREATURE 3: Sleepaway Camp

  
Título original: Sleepaway Camp
Director: Robert Hiltzik
Guion: Robert Hiltzik
Elenco: Felissa Rose, Jonathan Tiersten, Paul DeAngelo
Cinematógrafo: Benjamin Davies
País: Estados Unidos
Año: 1983
Víctimas del Asesino: 10

Mucho se habla de la “final girl” en las slasher, la última jovencita que queda para enfrentar al maligno enmascarado. Las tienes en Halloween, Friday the 13th, A Nightmare on Elm Street, Scream, The Prowler, My Bloody Valentine, I Know What You Did Last Summer, Prom Night, Terror Train, Slumberparty Massacre y et céteras, dando paso a la noción de que el slasher es un subgénero misógino, cuyos fans acuden a las salas para ver a atractivas jovencitas torturadas.

Ignoran los críticos y los necios que lo que identifica a la final girl no es que quedó de última, sino que sobrevive precisamente por su fortaleza, su aguante, perseverancia y determinación, su astucia e inteligencia a la hora de preservar la vida. Y si has visto Sleepaway Camp, sabes por qué abrí este review así. Uno de los casos más particulares de final girls en el terror.

La joven Angela, traumatizada por una horrenda carnicería presenciada en la infancia, se va con su primo Ricky al campamento Arawak, que pronto es escena de terribles homicidios. Alguien está cazando a todo el que se mete con Angela y los esfuerzos del dueño del campamento en hacerlo ver accidental no resisten análisis conforme se acumulan los cadáveres. ¿Quién está protegiendo a la chica y por qué?

Si has visto la película, sabes que la respuesta esconde una de las escenas más impresionantes del cine de terror, y si no la has visto, aléjate y no leas nada, no te lo arruines.

Esta película forza la barra no tanto con sangre y violencia, sino con convenciones que se consideraban grabadas en piedra. Hablándote sinceramente, aunque las actuaciones son funcionales y la película es competente, no sería digna de mención salvo por el tono que va adquiriendo pasando la mitad de metraje, tomando notas directo de Hitchcock. Como final girl, Angela encaja ciertos moldes: es muy recatada (cuando el chico que le gusta la besa, se cohíbe burda) y aunque todo el mundo se mete con ella, permanece inocente sin procurar venganza. El asesino también es un matón slasher de librito, si bien más creativo que los del montón (¿habías visto a un asesinato a punta de abejas?).

Pero nada es lo que parece, y conforme nos acercamos a la revelación final, percibimos el triunfo de la dirección y el libreto.


Hay películas cuyo final las dañan, y el final de Sleepaway Camp la redime y la vuelve obligatoria, si bien no para comprarla, por lo menos para verla en serio, sin los panas, a solas y con las luces apagadas. Una de las más originales, considerando el año en que salió.

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