martes, 2 de octubre de 2018

SYMPATHY FOR THE CREATURE 4: Basket Case


Título original: Basket Case

Director: Frank Henenlotter

Libreto: Frank Henenlotter

Elenco: Kevin Van Hentenryck, Terri Susan Smith

Cinematógrafo: Bruce Torbet

País: Estados Unidos

Año: 1982

Subgénero: Gore? De verdad no sé, esta película es fieramente original.

Tagline: El inquilino de la habitación 7 es muy pequeño, muy perverso y muy rabioso.

Review por: Lore;

Las pelis de engendros monstruosos, llámense híbridos alienígenas o demoníacos, mutantes de probeta, neonatos asesinos más parecidos a teratomas con ojos y dientes, embriones y fetos a medio gestar, gemelos deformes que castigan a sus hermanos de aspecto funcional, y pare usted de contar, son un caso singular en el cine en general, pero sobre todo en el terror. Aunque en su mayoría son festines chapuceros de sangre con historias simplonas, el cinéfilo amante de serie B te va a nombrar al menos una de culto, como It’s Alive (Larry Cohen, 1974), Progeny (Brian Yuzna, 1999)… y Basket Case (Frank Henenlotter, 1982).

Esta última sigue a una pareja de hermanos que llegan a la Gran Manzana para vengarse de los médicos responsables por su situación actual. Suena como la sinopsis de algún film genérico de drama o de crimen, ¿verdad? No en Basket Case: Duane Bradley se acaba de alojar en un hotel de mala muerte en la calle 42, llevando tan solo un fajo de billetes y una canasta de mimbre con un candado. Todo el mundo le pregunta qué hay dentro, pero la respuesta es más complicada de lo que parece. Belial Bradley fue separado de su hermano gemelo poco después de nacer, algo que lo dejó incapacitado y resentido de por vida. Aunque se criaron juntos, no es suficiente para Belial que su hermano lo lleve a todas partes; los doctores culpables de su estado, y todos los que se interpongan entre Duane y él, deben sufrir.

Quizás lo más resaltante de Basket Case, más allá del propio Belial (un cruce entre tumor derretido y pez borrón con dientes matando personas), es que se trata de un ejemplo del guerrilla filmmaking popularizado por eminencias de serie B como Ed Wood y Troma Films. Con un presupuesto ínfimo (35 grand sounds like a lot of money, but it isn’t squat when making a movie), un equipo mínimo, filmando escenas a lo ninja to avoid the police, Henenlotter creó una cinta de 16mm con una historia competente y un monstruo que no solo se queda en la cabeza del espectador, sino que resulta más efectivo que la abominación promedio creada en CGI.

Word: Belial fue representado con una marioneta de goma creada a partir de un molde del rostro del protagonista (Kevin Van Henterdyck), quien además proveyó los efectos de sonido del monstruo, en tanto que sus movimientos se hacían con un guante que manejaba el director o con un títere de cuerpo entero. As for the rampage scenes? Stop-motion mis amores, uno de los procesos de animación más largos y onerosos que existen, pero que de algún modo pudo entrar en el ya apretado presupuesto. Lo que hace el ingenio humano.

A pesar de que Basket Case sirve como una historia autoconclusiva, Henenlotter dirigió dos secuelas, Basket Case 2 (1990) y Basket Case 3: The Progeny (1991), en las que Belial era el protagonista absoluto. Aunque ambas contaron con más billete para la producción, el resultado final no tuvo el mismo gustico que la primera cinta que, ya se dijo antes, tiene su merecido puesto como obra de culto, con un creador que ha servido como paladín del exploitation y del rescate de obras de este lado del cine.

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