Título
original: The Incredible Melting Man
Director: William Sachs
Libreto: William
Sachs
Elenco: Alex
Rebar, Burr DeBenning, Ann Sweeny
Cinematógrafo: Willy Curtis
País: Estados Unidos
Año: 1977
Subgénero: Gore, Ciencia
Ficción
Tagline: ¡Es una bomba
de tiempo viviente!
Review por: Drax;
La
primera vez que supe de The Incredible
Melting Man fue en una página dedicada a películas oscuras y de culto, y la
describían como “quizá la peor película alguna vez grabada”, un absurdo con
apenas trama, como si el director un día descubrió a un muy buen efecto
especial, y decidió presumir de él durante 90 minutos.
Esa
crítica no es disparatada, pero aunque Melting
Man tiene sus fallas, está muy lejos de ser lo peor que he visto. De hecho,
me gusta.
Empecemos
por lo básico: Steve West, astronauta de regreso a la tierra, recibe una ducha
de radiación bien maldita que se mete con su ADN y ahora el pana se está,
literalmente, derritiendo. La única forma en que puede prevenirlo es a través
de un gimmick que a lo mejor sirvió de inspiración para Clive Barker y su Hellraiser:
West debe consumir a otras personas. No tengo claro de si se las come o las
derrite y se las bebe, pero el punto es que llega a la tierra, despierta de su
coma y escapa del hospital al pueblito cercano, sembrando el terror.
Podría
hablarte de los esfuerzos de su amigo Ted para salvarlo, pero es medio
inconsecuente: Melting Man es una
película que sufre de ritmo y de tono.
Ritmo:
Hay una película que ya es de serie Z, famosa por lo mala que es, Zaat. La trama es virtualmente la misma
que esta, un científico odia a un poco de gente en su pueblo y consigue la
forma de convertirse en un híbrido reptiliano, con el peor traje de goma que vas a ver en tu vida (de hecho hay una
escena donde el monstruo está destruyendo una farmacia y al actor se le olvidó
quitarse los zapatos deportivos). Bueno, mucho de lo que hace Zaat, que es
vagar por el bosque y meterse en casas a atacar a la gente, es la misma vaina
que hace el coronel West aquí, con una respiración a lo Darth Vader. El
problema es que no hay suspenso y creo que los primeros cuarenta minutos son
innecesarios, los puedes resumir en diez. I swear to fucking god, the first half of the movie
drags on forever. Un sabio
dijo una vez que “la brevedad es el alma del ingenio”, así que no nos hagas
perder el tiempo con una película que empieza, se interrumpe y arranca otra vez
media hora más tarde.
Tono:
Entiendo que cuando William Sachs, el director, inició la producción, lo hizo
inspirándose en las películas de serie B de los 50’ (el título referencia a una
de las mejores obras de la época, The
Incredible Shrinking Man, de Richard Matheson), y se nota tanto que esa
puede ser la mejor forma en que podemos describirla: una peli de serie B
cincuentera, con efectos y sensibilidades de los 80, topless incluido (en este
aspecto, la peli es avant-garde, this was still the 70s). Científicos del
gobierno caminan por el bosque con contadores géiger y el mero corazón de la
historia (el monstruo radioactivo del espacio exterior) parece fusilado de una
peli Hammer, The Quatermass Xperiment
(1955). El problema es que Sachs quiso hacer comedia. Terminó el rodaje, lo
entregó a la distribuidora (AIP, cuna de serie B) y los productores concluyeron
que esto tenía que ser de terror, rodando nuevas escenas sin decirle a nadie.
Esa disparidad se nota en el resultado final. A veces la pantalla se divide en
una conversa telefónica, a veces entran unos viejitos torpes que fingen miedo y
a veces hay una fucking masacre y vemos a un cuerpo mutilado en primer plano.
Y
qué efectos. El punch principal aquí es la obra de Rick Baker y un traje que
debió ser una pesadilla llevar encima durante el rodaje. Cuando arranca la
historia, West está un poquito deforme, pero con el pasar de los días el tipo
se va viendo despellejado, supura, muestra los dientes y los últimos segmentos
son de esos en que quieres voltear la cara de asco, pero el morbo no te deja.
Las fotos que veas no le hacen justicia, tienes que ver la vaina en movimiento.
Como
dice Versuit, “¿Ahora qué? ¿Qué nos queda?” The
Incredible Melting Man no es una joya subestimada, ni está competentemente
hecha, pero es una creature feature decente, una curiosidad en la que tienes
que excavar para conseguir un buen film, que sí está ahí… pero ten paciencia. Me
gusta y lo que ofrece, lo da (en términos generales). ¿La peor película alguna
vez hecha? Prefiero esta cinta mil veces antes que un bodrio de Transformers.
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