lunes, 15 de octubre de 2018

SYMPATHY FOR THE CREATURE 4: Antropophagus


Título original: Antropophagus

Director: Joe D’Amato

Libreto: George Eastman

Elenco: George Eastman, Tisa Farrow, Saverio Vallone

Cinematógrafo: Enrico Biribicchi

País: Italia

Año: 1980

Subgénero: Eurohorror, gore

Tagline: No es el miedo lo que te despedaza… ¡es él!

Review por: Pupo;

Hola, Soy Mauro “Pupo” Salmaso, hago cómics, y mis influencias no son otros dibujantes ni otros cómics, sino una sobredosis de películas gore italianas como Antropophagus.

Cuando te digan que no bebas agua del mar, haz caso, o terminarás como Mikos Karamanlis, el antropófago del mar egeo.

Aristide Massaccesi, mejor conocido como Joe D’Amato, fue un inagotable director porno en plenos 80’, hasta su muerte. Innumerables películas filmó con Rocco Siffredi, películas con historia, guión y escenografía, porque el buen Joe consiguió cómo sacarle provecho a su carrera porno cuando decidió alejarse del cine convencional. Giallos, spaghetti westerns,  conanxploitation, madmaxploitation,  películas de clase S —creando su propia Emmanuelle, la Emanuelle Nera (interpretada por la bellísima Laura Gemser), es también de los primeros que combinó cine de horror con porno (Porno Holocausto y La Erotica Noche de los Muertos Vivientes, ambos clásicos, son la evidencia).


Pero a D’Amato se le reconoce, sobre todas las cosas, por dos películas: Buio Omega y Antropophagus, el nuevo símbolo del Gore italiano.

Hablar de Antropophagus es como hablar de A Serbian Film de los 80’. Dio tanto de qué hablar como el mismo Holocausto Caníbal, por una escena en que, SPOILERS, el psycho se jarta a un feto arrancado de su madre. Yuk.

Los italianos siempre han sido sinónimo de shockear con sus películas, en esa época tan esplendida donde reinaron con sus mondo, horror, giallos, poliziesco eurocrimen, y demás subgéneros que accidentalmente crearon y aprovecharon. Mientras Norteamérica se adueñaba de su agringado giallo (las slashers), los italianos cocinaron slasher a la putanesca.

La historia va sobre Mikos Karamanlis, un sujeto que, naufragando con su familia, optó por beber agua del mar. Así tendría químicos ese océano que Mikos enloqueció, y mató y comió a su esposa e hijo. Llega a las costas de una isla griega y hace estragos, convirtiéndose en la amenaza para los lugareños cual, leyenda de pueblo. Por supuesto que aquí llegan unos jóvenes ignorantes para ser masacrados entre catacumbas, cadáveres y gore por la bestia antropófaga, tan imparable y voraz que se comerá sus propias tripas si es necesario.

No sé si fue a propósito o en homenaje, pero existen guiños de Tiburón, La Masacre de Texas y Carrie. Pero es que en este festival de carne a la parrilla es grato ver esa clase de sorpresas. Hay algo de Scooby Doo también, cuando empiezan a encajar las piezas del rompecabezas.

Y hablando de eso, quien se fundió la cabeza con la historia no fue sino George Eastman, un corpulento actor italiano recurrente en las películas de la época, típica cara de malo y psicópata, El Danny Trejo de los 70’. Aquí no solo es el antropófago, sino también el guionista de la película, acreditado como Luigi Montefiori, su nombre real.

La película fue un éxito, para sorpresa de todos, incluyendo el propio D’Amato. Al año siguiente, se vuelve a reunir con Eastman para otro slasher, esta vez llamado Absurd, difícil de ver como otra cosa que no sea una secuela de Antropophagus, o quizá una suerte de remake, como ocurrió con The Evil Dead y Evil Dead II. Lo cierto es que en Absurd el asesino se llama Mikos Stenopolis (muy original, muchachos) (NOTA DEL EDITOR: Eso me recuerda a cuando censuraron “quelacreo.com” aquí, en Venezuela, y los bichos abrieron “quemalandreo.com”), interpretado y escrito nuevamente por Eastman, esta fusilando a Halloween, con la diferencia de que este Mikos tiene el don de recuperarse tal cual Wolverine, por un experimento validado por la iglesia.


Sólo en Italia, gente.


Antropophagus es un pilar del horror visceral, una película de culto que ha influenciado a directores e impactado a sus espectadores. Cuando la vi, no puedo negar que me impresionó muchísimo el manejo de la brutalidad, fue como ver al primo griego de Jason Voorhees dando lo mejor de sí.

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