jueves, 18 de octubre de 2018

SYMPATHY FOR THE CREATURE 4: El Abominable Dr. Phibes


Título original: The Abominable Dr. Phibes

Director: Robert Fuest

Libreto: William Goldstein, Robert Fuest

Elenco: Vincent Price, Joseph Cotten

Cinematógrafo: Norman Warwick

País: Reino Unido

Año: 1971

Subgénero: Gótico

Tagline: Amor es nunca tener que decir que eres feo.

Review por: Lore;

La década de los 70’ fue el crepúsculo de la Hammer, y la fiebre por las pelis góticas de bajo presupuesto ya estaba bajando en favor de otras temáticas (*coff*Slashers*coff*); pero en los primeros años se estrenaron obras notables que pertenecían a esa escuela y, al mismo tiempo, lograron salirse del molde de los castillos rodeados de niebla y los monstruos seductores. Un ejemplo distintivo fue El abominable Dr Phibes (The Abominable Dr Phibes, 1971) de Robert Fuest, director de arte de la serie Los Vengadores, con el par de señores actores (Vincent Price y Joseph Cotten) como los protagonistas en roles opuestos. 

Ambientada en los años 20’, la película inicia con una secuencia en un escenario art deco (uno de los ganchos de este filme es la estética), con una figura encapuchada tocando una pieza de Meldenssohn en el órgano. Horas más tarde, a kilómetros de esa singular estancia, un caballero inglés dormita en su habitación cuando despierta rodeado de murciélagos. A la mañana siguiente, dos detectives de Scotland Yard recogen su cadáver mutilado para llevarlo a la morgue, uno de ellos mencionando que este caso es el último de varias muertes extrañas ocurridas recientemente, y que debe haber una conexión entre todas ellas.

Por supuesto, más hombres marcan tarjeta en formas grotescas, cortesía de un sujeto mudo que se mueve entre las casas y la misma dama silenciosa que lo conduce de un lado a otro. El detective Trout  (Peter Jeffrey) investiga más a fondo y descubre que, en efecto, las muertes sí tienen un lazo: todas están inspiradas en las plagas bíblicas y las víctimas fueron médicos que trabajaron bajo las órdenes del Dr. Vesalius (interpretado por Joseph Cotten) hace cuatro años, cuando la esposa de un Dr. Phibes falleció en la mesa de operaciones y el hombre en cuestión la siguió a la tumba poco después. Claro está, Anton Phibes no está tan (énfasis en el tan) muerto, y aún quedan nombres por marcar en su lista. 

El crítico Christopher Null describió los métodos del Dr. Phibes como capaces de provocarle envidia a un villano de Bond, y si te pones a ver, ya hubiera querido Ian Fleming crear un villano del calibre de Phibes, que remite al Grand Guignol y casi a los científicos locos del Pulp: aniquila a sus víctimas con métodos teatrales y casi histriónicos; tiene una asistente que le pone la guinda al pastel de cada asesinato; las veces que se le oye habla, lo hace conectando su garganta a un fonógrafo; y usa una máscara para ocultar su verdadera faz. In short, he’s the villain Batman never fought against.

El humor es algo que también es omnipresente en la cinta, sobre todo en las transiciones de escenas. Por ejemplo, cuando Trout pregunta donde vive Vesalius, sale un tren de juguete y un muchacho anuncia la visita a su padre, resulta que es el padre el que juega con los trenes. En otra, Phibes toma su maletín después de desangrar al Dr. Longstreet (interpretado de forma sabrosa por el cómico inglés Terry-Thomas), sale de la habitación, regresa para mirar un cuadro, voltea a ver el cadáver y hace una mueca. Ese tipo de detalles sirven para atenuar la violencia de la trama, si no para hacer la obra más retorcida.

The Abominable Dr. Phibes es la clase de obras cuya influencia se puede ver en otras a través de las décadas: ¿Un vengador desfigurado que se comunica con artefactos musicales? Phantom of the Paradise. ¿Asesinatos en serie con motivos religiosos? Seven. ¿Trampas mortales que involucran llaves o mecanismos? La saga de Saw.

Aunque Price tuvo otras películas similares en su filmografía como Theatre of Blood y los entendidos lo conozcan más por sus adaptaciones de Poe, esta es una a la que vale dedicarle una buena hora y media, tanto si eres un fan devoto del maestro del horror estadounidense, como si deseas conocerlo por primera vez.

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