Director: Lamberto Bava
Libreto: Dario
Argento, Lamberto Bava, Dardano Sacchetti, Franco Ferrini
Elenco: Natasha
Hovey, Urbano Barberini, Michele Soavi, Geretta Giancarlo
Cinematógrafo: Gianlorenzo Battaglia
País: Italia
Año: 1985
Subgénero: Eurohorror, gore
Tagline: El mal se vuelve una orgía de
sangre.
Review por: Pupo;
Hola, Soy Mauro “Pupo” Salmaso, hago cómics, y mis influencias no son otros dibujantes ni otros cómics, sino los demonios que son vistos como zombis.
En los años 80’, los Estados Unidos era el rey con sus producciones de horror. Freddy Krueger era icono y el slasher, que Mario Bava comenzó al evolucionar el giallo con su magnífica Bay of Blood (1971), era el subgénero dominante. Les diré algo que quizá ya saben: los norteamericanos no inventaron nada.
Se cuenta que el gran Mario, muy preocupado por la carrera cinematográfica de su hijo Lamberto, encarriló al muchacho en la senda del asistente de director, en producciones de Dario Argento, Ruggero Deodato y él mismo. Lamberto dirigió, a principios de los 80’, una giallo y una spaghettiaction a la ramboxploitation, nada relevante para su carrera ni para la industria, y cuando Mario fallece, quedó pendiente con la vida esa cuenta de honrar al legado.
“Mejor me arrejunto con mi tío Argento” dijo Lamberto, “él ya tiene mucho renombre, y le propondré la historia mas endemoniada jamás hecha, para que la produzca”.
Y así
fue.
Demoni, o Demons (1985), es una película
italiana filmada en Berlín, para conquistar al público juvenil norteamericano.
Con un contenido claustrofóbico, escenas memorables y mucho heavy metal para divertirnos una noche de viernes con cervezas, es una joya del grindhouse ochentero. Trataré de resumirla: una especie de terminator europeo y sofisticado interpretado, por Michele Soavi (director de la bellísima Dellamorte Dellamore y el slasher italiano Aquarius) reparte unas entradas en el metro para el pre-estreno de una película en un nuevo cine de la ciudad esa misma noche. Por supuesto, todos llegan a la hora justa al cine, que es casi un museo pop (tiene una motocross montada por el maniquí de un Samurái con su Katana en mano y en la otra una máscara, obvio homenaje a La Maschera del Demonio de Mario Bava). Aquí conocemos a los personajes: dos amigas, dos amigos, un pimp con sus dos prostitutas y un ciego. En el cine.
Con un contenido claustrofóbico, escenas memorables y mucho heavy metal para divertirnos una noche de viernes con cervezas, es una joya del grindhouse ochentero. Trataré de resumirla: una especie de terminator europeo y sofisticado interpretado, por Michele Soavi (director de la bellísima Dellamorte Dellamore y el slasher italiano Aquarius) reparte unas entradas en el metro para el pre-estreno de una película en un nuevo cine de la ciudad esa misma noche. Por supuesto, todos llegan a la hora justa al cine, que es casi un museo pop (tiene una motocross montada por el maniquí de un Samurái con su Katana en mano y en la otra una máscara, obvio homenaje a La Maschera del Demonio de Mario Bava). Aquí conocemos a los personajes: dos amigas, dos amigos, un pimp con sus dos prostitutas y un ciego. En el cine.
Una de las prostitutas (interpretada por la
genial Geretta Geretta) siente mucha curiosidad por aquella máscara en la mano
del samurái, la toca y cual filo de un cuchillo, se corta. Rueda
la película, un thriller de unos jóvenes en la tumba de Nostradamus, y Geretta
Geretta desarrolla un caso satánico de acné… literalmente. Arranca el heavy metal.
Gore por doquier, masacre carnicera por parte de unos demonios que transmiten
la maldición como una infección zombie (Repetido en REC) y la interpretación de
Geretta Geretta en el demonio más emblemático de toda la película. ¿Nunca se
han imaginado andar en moto con una Katana mientras suena Fast as a Shark, decapitando zombis?
Si esa última línea no te vendió la película,
revísate el cerebro, anormal.
La adrenalina es desorbitante y se agradece, Demons es una película que se nota que está hecha con amor, una obra que te traslada a la época con música que incluye al genio Claudio Simonetti, de Goblin, quien ya trabajó en Dawn of the Dead y, recientemente, en la canadiense The Editor, tributo a las giallo.
Demons es esa clase de película donde los efectos
especiales se hacían valer por ser artesanales, y no es para menos con Sergio
Stivaletti (Dellamorte Dellamore, Opera) al mando.
A mi modo de ver, la venganza la ganó Lamberto ¿Cuál venganza? Los gringos tomaron el slasher de su padre sin darle crédito, y él tomó la idea de los deadites para crear su abominable obra maestra: DEMONI.
Ahora lo que falta es un Ash vs Demoni.
A mi modo de ver, la venganza la ganó Lamberto ¿Cuál venganza? Los gringos tomaron el slasher de su padre sin darle crédito, y él tomó la idea de los deadites para crear su abominable obra maestra: DEMONI.
Ahora lo que falta es un Ash vs Demoni.
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