Título
original: Friday the 13th part VII: The
New Blood
Director: John Carl
Buechler
Guion: Daryl
Haney
Elenco: Kane
Hodder, Lar Park Lincoln, Kevin Blair
Cinematógrafo: Paul
Elliott
País: Estados
Unidos
Año: 1988
Víctimas del Asesino: 15
Cuando
uno habla del slasher, se considera que
la época dorada estuvo entre 1978, con la salida de Halloween, y 1984, con Silent
Night, Deadly Night, que mató al género. El mismo año en que Jason Lives llegó al cine, Atracción Fatal, de Adrian Lyne, fue el
mayor éxito de suspenso, disparando su legión de imitadores y alcanzando cotas
de popularidad no vistas desde Pesadilla
en la Calle del Infierno.
Viernes
13, que se ajustaba más a la fórmula slasher clásica que las películas de
Freddy, estaba por primera vez en riesgo de extinción. Lucía obvio que un
cambio de ruta era fundamental y a
partir de la séptima parte, subtitulada A
New Blood, las películas tomarían un tono antológico, sin conexión entre
ellas, salvo por el enmascarado despiadado.
Pero
el giro es incluso más radical, porque en esta película, Jason se enfrenta a una chica… telekinética.
Tina,
una chica con destrezas telekinéticas no desarrolladas, vuelve a su hogar de la
infancia, Crystal Lake, donde la abusiva terapia del Dr. Crews la desequilibra y termina reviviendo a Jason. De aquí en adelante, ya sabes
todo lo que pasa.
Al
grano, ¿funciona el giro? Esta es una película que te pide, de entrada, que
creas en la resurrección de un asesino en serie y en las personalidades apenas
esbozadas de sus víctimas. Si sobrepasas esa barrera, no veo por qué una joven
con poderes mentales (pero no de actuación) deba ser un problema. John Carl Buechler proviene de los talleres
de efectos especiales, y ese es el principal fuerte de este film. Jason luce
genial: acumulando las heridas de todas las pelis anteriores, se pasea con
una máscara derruida y una piel necrótica. Muestra las costillas, los huesos,
los gusanos y queda bien, vale.
Y
este Jason tiene otra particularidad, porque
su intérprete, que nunca había repetido entre películas, es Kane Hodder, el
hombre que se “adueñó” del personaje. Ve, a mí particularmente él ni me va
ni me viene, y aunque lo he visto en otras películas, no me parece un tipo
carismático que pueda echarse una franquicia de terror a cuestas como sí lo
hace Robert Englund —claro, Freddy da más material que Jason, pero, como
veremos más adelante, no se trata de las líneas sino de la personalidad que
viene con el maquillaje.
Doy
el brazo a torcer: Cuando actúas con una
máscara y no dices nada, todo tu performance se basa en presencia y expresión
corporal, y la de Kane es bien específica. Tiene una rudeza muy particular
y donde lo veas, lo reconoces. En ese sentido, logra su propósito más personal
que como actor: Hace que asocies algo de Jason, con él.
Esta
película, que mucha gente detesta y tiene como al primo taradito de la familia,
tiene muchas ideas interesantes y Buechler no está despistado detrás de la
cámara. Hay un conflicto intra-party que, si bien no se desarrolla del todo,
nos da a un antagonista bien sucio (el Dr. Crews), distinto a Jason. Hay
detalles de comedia —prueba de que el equipo estaba rodando sin pretensiones— y el asesinato más famoso de toda la
franquicia.
A New Blood
me da nota. ¿Que se parece a las demás? Ese nunca fue un problema. ¿Que poner a
pelear a Jason contra Carrie es absurdo? Léete el review de Friday part 2. ¿Que
el bueno parece salido de una telenovela? Esto es cine pop-corn, no sé qué
esperabas.
Y es diferente dentro del montón, además de que lleva
la mejor introducción de la saga, aquí en su integridad:
Pero
hoy es Viernes 13, así que varios regalos. Primero, el asesinato famoso del que
hablé, pa’ que lo veas hasta que te sangre el cerebro:
Y
el juego de Nintendo de Jason, listo para jugar…
Y el de Freddy, (buen soundtrack) porque ¿por qué no?
James
Rolfe saltó a la fama con sus dos reviews, geniales, que también están aquí, Friday...
Y Pesadilla:
Y
estos malditos juegan tan cómico el juego moderno que lo puedes ver y reírte un
rato:
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