Título original: Wes Craven’s New Nightmare
Director: Wes Craven
Guion: Wes Craven
Elenco: Heather Langenkamp, Robert
Englund, Miko Hughes, John Saxon
Cinematógrafo: Mark Irwin
País: Estados Unidos
Año: 1994
Víctimas del Asesino: 4
Después de su tremendo éxito de 1984, Wes Craven tuvo
problemas manteniendo la calidad. Su
esfuerzo de 1988, La Serpiente y el
Arcoíris, es una muy interesante película sobre Haití y el vudú, más
fantástica que terrorífica, La Gente
Detrás de las Paredes, 1991, es
macabra e interesante y Shocker, de
1989, fue un lamentable esfuerzo por replicar lo ya alcanzado con Pesadilla.
Wes
Craven’s New Nightmare tampoco es una de las películas más aterradoras de
los 90’, pero sí una de las más inteligentes.
Explorando
un tema que le apasionó toda la vida (la
delgada frontera entre la realidad y la fantasía), era esto lo que Wes procuró
como secuela de su clásico: La actriz Heather
Langenkamp, famosa por interpretar a Nancy Thompson en las A Nightmare on Elm Street, vive en Los
Angeles junto a su esposo y su hijo. Tiene a un acosador, pero no hay mucho de
qué preocuparse, ¿verdad? Pronto ese acosador se va convirtiendo en algo salido
de las pesadillas —y el cine. Heather deberá explorar al fenómeno de Freddy y
la fuerza que la fanaticada le ha dado, para salvar su vida y la de su pequeño
hijo.
“Estoy
soñando con Freddy” le dice Heather a Robert
Englund, tras una aparición en un programa de la tele.
“Oh”
dice Robert. “O sea que estás soñando conmigo”.
“No,
no eres tú. Es… otra persona”.
“¿Más
oscuro? ¿Maligno?”
Y esa parte simboliza perfectamente de qué vamos. De hecho, aunque Robert Englund interpreta al villano,
en los créditos Freddy está interpretado
por “él mismo” (y conocido en el canon
como “La Entidad”).
Porque
Freddy, que siempre fue un arlequín, luce y actúa distinto. A principios de los
90, los dos grandes (Freddy y Jason) tuvieron un cambio de apariencia
importante, pero si bien la de Jason fue meramente cosmética, esta viene con una caracterización incluso
más oscura que la del film original. No
podemos decir que este Krueger es el mismo de las otras películas, y ese es
uno de los propios temas explorados en el film.
No
hay tantas muertes (atención con el terrorífico “Ever play skin the cat?”), no hay chistes, pero sí hay calidad. Gracias a su libreto, New Nightmare se eleva. Esto es sobre el cine de terror, lo que
le hace a los fans, lo que le hace a los actores y por qué entramos en la sala
oscura para que nos asunten. Y volvemos al concepto de los sueños y por qué empoderamos a nuestras fantasías,
hasta que nos afectan en la vida real. Si la franquicia estuviese compuesta
por la primera, la tercera y esta, sería una trilogía dorada rivalizando con la
de George Romero.
Roger
Ebert, que nunca fue el más grande amante del terror, declaró que “nunca he sido un fanático de esta serie,
pero encontré que esta película, con sus inquietantes preguntas sobre los
efectos del cine de terror en aquellos que lo crean, intrigantes”. Cuando
eres fan de Freddy, you’re basically cheering for a child murderer, y esta
película tiene los bríos de enfrentar a ese tema de frente.
Si
la película peca de algo, es que este es un ejercicio mental fantástico, no
particularmente aterrador. La película
funciona como un excelente double feature
junto al libreto de Kevin Williamson, “Stab”, convertido en Scream
por este mismo director, la película
que resucitó al cine de terror en los 90.
Esta no es una historia de Freddy Krueger propiamente
dicha, pero si te gusta el cine en general, no digamos de terror, te debes ver A New Nightmare.
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