viernes, 2 de marzo de 2012

Una Serie de Observaciones Desafortunadas (Sobre la Edición)



Esta historia está basada en hechos reales.


Lo vio antes de que Jorge lo viera a él. Desvió su rumbo y no se dio cuenta de que era demasiado tarde hasta que tenía Jorge casi enfrente. Suspiró.

"Epa, vale, ¿cómo estás?"

"Hey. ¿Qué hubo?" respondió Anderson.

"Bien, pana, paseandito por el cafetín. ¿Leíste la vaina?"

"Uhmmm, yeap" un leve asentimiento. "Lo leí"

Jorge le puso una mano en el hombro y, parándosele al lado, lo invitó con su lenguaje corporal a caminar con él.

"Te invito un café" ofreció.

"No bebo café"

"Un refresco, pues"

"Me bebo un té"

"Okey" sonrió Jorge.

Cumplidos los procesos previos al acto social de la conversación, se sentaron ambos hombres en una de las mesas de aluminio, con la luz del tungsteno brillando blanca, reflejando en trémulo esplendor. Jorge bebió un corto sorbo del vasito plástico que contenía a su café. Pareció tragar con dolor. Le sonrió a Anderson.

"Cuéntame qué te pareció" dijo.

Anderson tomó también. Contempló al tema con brevedad y, sin mirar al otro hombre al rostro, preguntó:

"¿Por qué te interesa saber mi opinión?"

"Porque sé que te interesan los libros y que te gusta escribir. Me pareciste un buen crítico"

"Lo que quiero decir es" se inclinó sobre la mesa y esta vez sí vio a Jorge a los ojos, "Mostrar un manuscrito es una cosa privada. Uno no le muestra sus borradores a cualquiera. Es la fundación de la historia antes de que esté pulida y acomodada. Todos los defectos del texto relucen en ese borrador. Señala tus debilidades de escritor"

Una pausa para beber del vaso de té. Su postura le pareció patética, como un juez que había sido obligado a esa posición por las normas de cortesía.

"Y nosotros no nos conocemos muy bien, Jorge. Me preguntaba, '¿Por qué yo?' ¿Por qué no, por ejemplo, tu esposa?"

"Ella ya lo leyó"

"¿Sí?"

Jorge asintió.

"Algunas partes le parecieron muy sangrientas, pero le gustó. Me dijo que cerca del final, no pudo leer. Le daba mucho miedo. Por cierto que ese libro no es un borrador. Está publicado"

"Eso es interesante. ¿Con quién publicaste?"

Anderson predijo la respuesta con éxito.

"Por mi cuenta" contestó Jorge. "Y por formato electrónico. Está disponible por muchos medios, en inglés y en español. Te la mostré porque como sé que te gusta el terror, y me han gustado tus historias, creí que te gustaría mi libro"

"Ya. Bueno, chamo, es un honor. Gracias, de verdad"

"Tranquilo, vale" con otra sonrisa, Jorge se inclinó sobre la mesa a darle un par de palmadas al muchacho en el dorso de la mano. "Es increíble lo mucho que cuesta conseguirse a otra persona que le apasione la lectura, ¿sabes? Cuando vi que te llamaba la atención, se me ocurrió, 'Coye, a lo mejor este chamo sí gusta de mi libro'"

Anderson asintió. Cruzó las piernas.

"Gracias" repitió. "Pero... yo realmente no soy crítico literario, Jor..."

"Adelante, dime lo que piensas. Ya he recibido varias críticas. Es como dice Stephen King, 'Uno no puede gustarle a todo el público, pero al menos se puede gustar a un sector del público'. Él es una de mis inspiraciones. He leído que te gusta, por eso te mostré el libro también"

La habitación se fue drenando de colaboradores, los que, después de desayunar, iban al inicio de sus labores oficinistas. Anderson revisó su celular y vio que el ojo rojo que anunciaba a los pins titilaba. Presionó el botón central. Un pin de su hermano, que no leyó. Devolvió el teléfono al bolsillo de su camisa.

"¿Y qué te han dicho?" preguntó.

"Pues que la historia es muy buena. El estilo es directo, no redondea en... ¿cómo te explico? No da vueltas con palabras muy elaboradas. Va directo al punto. Y los capítulos dejan al lector deseando más" un traguito de café. "Que es muy gráfico, que las escenas son fuertes. Pero que es un suspenso constante, mucha tensión. Eso me ha gustado mucho. Tengo a unos cuantos lectores que no pueden esperar la segunda parte"

"Ya veo. Qué bueno. No necesitas mi opinión, entonces"

Con otra sonrisa y un gesto de la mano (a modo de "pase adelante"), Jorge insistió:

"Pero quiero escucharla"

Un suspiro, puntuado por las conversaciones de fondo en las otras mesas.

"Bueno, Jorge. El libro es malo"


La perturbación no apareció en la sonrisa del autor, sino en sus ojos. Un breve temblor casi imperceptible.

"¿Te parece?" preguntó.

"Yeah. It's bad. It's really, really bad. Crazy bad. Es impresionante, en todo el mal sentido"

"Bueno, no tienes por qué hacer tanto énfasis en que no te gustó"

"No es que no me haya gustado nada más, es que está mal escrito. El libro se llama 'El Engendro del Mal', Jorge, ¿cuán cliché te parece eso? ¿Por qué no titularla 'Ríos de Sangre' o... 'Satanás: El Orígen'?"

Jorge no contestó. Se cubrió la boca con una mano. Pasó un puñado de segundos para que Anderson pudiera organizar su crítica en algo sincero, sin ser innecesariamente incisivo.

"Supe que algo estaba muy mal desde el prólogo. Sólo por cómo el libro empezó y ya sabia que iba a ser un desastre. Arrancas con algo así como 'El primer día en el que el terrible meteorito cayó a sembrar el pánico y el terror y propagó una serie de horrorosos eventos que no serían olvidados ni por la más joven de las mentes en la localidad de Nueva Germania, un pueblo pequeño pero fructífero en el que los niños todavía pasean en bicicleta'. ¿Cuántas veces necesitas decir que es 'terrorífico' y el 'horror' y que 'da mucho miedo'? Me recuerda a los cuentos infantiles que te indican cuándo te debes asustar. Y por el amor de dios, hay cualquier cantidad de párrafos en los que no aparece ni un punto. Línea tras línea de texto. Nadie te editó esa historia, ¿verdad?"

El rostro que contestó seguía oculto tras la fachada de su mano.

"La revisé yo mismo"

"Pues está muy mal revisada. Por eso pensé que nadie la había editado, la edición es nula. Otra cosa: describes a los personajes con lujos y detalles. ¿Para qué? Indicas incluso cómo los personajes van vestidos. ¿Qué importa cómo van vestidos? Si es importante, dilo, pero si no, no hace falta, esas cosas puedes mencionarlas referencialmente. Deja que el lector se imagine a los personajes como quiera. ¿Nadie te había dicho esto?"

"De hecho me han dicho lo contrario"

"Bueno, pues están muy errados. Otra cosa: las escenas gratuitas de sexo. No las entendí, no entendí el propósito"

"¿No entendiste las escenas de sexo?" esta vez, había un tono de hostilidad. Era confrontativo. "¿Cómo no puedes entenderlas?"

"Me explico: no entiendo qué función cumplen en la historia. Ajá, dos personajes tiraron. ¿Y? ¿Sabes que existe un premio internacional para las malas escenas de sexo en la literatura? Me pareció tan... de poco gusto. Como la escena de sexo obligatoria en las películas de terror de bajo presupuesto. Me pareció que estaban ahí para cumplir un fan service"

"¿Qué estás tratando de decirme?"

"Te estoy dando mi opinión. No sabes usar el punto y coma y no sabes usar guiones ni atribuciones de diálogo. Estamos hablando de asuntos gramaticales fundamentales. Es como irte a la guerra con un rifle sin balas. Hay gente a la que una mala gramática no le importa mucho mientras el texto sea comprensible, pero habla mal de ti como escritor. Me choca a la vista. Y no hay manera de que una editorial te acepte un texto en estas condiciones. Imposible. Por eso me pareció que era un manuscrito. Si la publicas tú mismo, okey, pero un revisor te devuelve esto casi de inmediato. Mira" Anderson se pasó una mano por el rostro, "no te estoy diciendo esto para tumbarte los ánimos..."

"¿En serio? No parece"

Y Anderson lo leyó en la voz del otro, "estás celoso de que yo escribí un libro y tú no".

"Te lo digo porque si nadie te lo dice, no podrás mejorar. Y de verdad que hay mucho, mucho qué arreglar. Que hayas terminado el libro es un logro. No mucha gente lo consigue. Es un ejercicio en perseverancia admirable. Mis respetos por eso. Pero... le falta. Bastante. Lo encontré muy difícil de leer porque el lenguaje sí es fluído, pero es un desastre técnico. Los personajes dicen cosas innecesarias, el diálogo es torpe. Podrías leerlo, pero sería como comerte un filete crudo, chamo. No es muy original la historia, tampoco"

"No me digas"

"Dicen que en el mundo hay sólo diez historias y que todo depende de cómo las cuentes. Pero esto que vi acá era más de lo mismo. O sea que no es una historia original y técnicamente no tiene nada de resaltante. Posesión demoníaca: el tema más... ¿me estoy explicando?"

Jorge se bebió el resto del café. Se levantó.

"Me recordó a textos adolescentes" continuó Anderson. "Historias hechas al nivel más amateur posible"

"Vete a la mierda" dijo Jorge.

Abandonó el comedor en una marcha decidida de despecho, una marcha que Anderson había interpretado alguna vez varios años atrás. Él crítico se preguntó, mirando al espacio ante la mesa que había quedado vacío, si algo de lo que le había dicho al hombre de cincuenta y seis años serviría para mejorar su prosa y su técnica, o lo llevaría a abandonar el sueño, como eventualmente tantos hacen. Era una pregunta que permanecería sin respuesta.

Se bebió el resto del té, lavó el vaso y se fue a su cubículo.


4 comentarios:

  1. Muy buen cuento, aunque tengo la sensacion que hay un toque de verdad en el. Lo que no se es de que lado de la mesa estabas jajaja; aunque supongo por la honestidad brutal, que ocupabas el lugar de Anderson.

    Cuando comence a leerlo, pense que seria un articulo sobre la edicion, como un ensayo, no me esperaba un cuento. La agradable sorpresa fue que el cuento trasmite lo mismo que si hubieses escrito un ensayo.

    Una oosa que temia, cuando veia acercarse el momento de Anderson de contestar, era leer en la critica practicas, errores o cosas de tecnica que yo mismo presento en mis propios escritos. Afortunadamente no fue ese el caso, y aunque sea por un segundo me senti orgulloso de mi mismo jajajajaja.

    El personaje Jorge me recordo un poco a ese aspirante anual de American Idol, que desafina y cuando se lo dicen se niega a aceptar la realidad, tomando una actitud ofensiva a quien lo critica. Una persona con muy poca, o nula, capacidad de autocritica.

    Yo mismo he tenido problemas, pero no hace falta mas que un par de lecturas para entender que algo no funciona y algo debe hacerse para arreglarlo, como supongo te ha ocurrido a ti en alguna ocasion.

    Kevin

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  2. Jaajajaajaj, no habia leido lo de inspirado en hechos reales

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  3. Standing ovation para este post.


    Que bien escribes, caraj.

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  4. @K: Sabes que ese es un temor bastante legítimo. Porque lo que da miedo de ver a esos aspirantes en American Idol es la convicción que cargan. They truly believe they're Michael Crawford. Es esa noción de "Ok, sé que puedo escribir... pero ¿qué tal si no soy tan bueno o tan talentoso como creo ser?"
    Es algo que nos acompañará a todos por siempre. Y es bueno, porque al menos te motiva a mejorar.

    Si revisas mi muro de Failbook right about now, verás una pista sobre la identidad de una de las partes.

    @Nina: Viniendo de la diva del blog, I take that as a really good thing, lady :)

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