martes, 6 de marzo de 2012

"Gloria y Fortuna", según Brian Michael Bendis

Para que esto tenga sentido, tengo que explicarte un poco sobre cómo funciona la confección de guiones en Hollywood: un escritor es ubicado por un productor para que redacte el guión de acuerdo a parámetros establecidos (los guiones originales, los que no nacen de esta forma, son proporcionalmente raros). Terminado el guión, el productor, director y estudio tienen la potestad de alterarlo como les dé la gana -pueden incluso sustituir al escritor en cualquier momento de la producción, como de hecho sucede mucho. Terminado ese proceso fundamental del arte cinematográfico, el autor del guión es relegado a las palabras pequeñas del póster, muy por debajo de actores con sólo dos expresiones, productores con talento mercantil (pero no artístico) y... prácticamente todo el mundo. Como dice Raymond Chandler, "colaboré de cerca con la adaptación de uno de mis libros y al final no me llamaron para ni una rueda de prensa".

En esta entrada, la experiencia de Brian Michael Bendis, guionista de Marvel, durante su experiencia californiana, cuando aún era un artista independiente y un estudio popular lo contactó para adaptar su novela gráfica Torso (arrechísima, por cierto) a la pantalla grande. What follows, dear reader, is the stuff on nightmares:



"Así que estoy sentado en esta habitación llena de puros tipos que se ven como si pudieran ser un hermano Coen. Sabes que son escritores porque son las únicas personas en Los Angeles que no tienen un bronceado, un afeitado o un motivo para vivir. Sólo sudorosos, desaliñados, tipos con pelo enrrollado en chaquetas deportivas y barba de dos días... se sientan ahí y contemplan al negocio, maldiciendo a cualquier persona en el mundo a la que le esté yendo mejor que a ellos. Se aferran a sus maletines de escritor obligatorios. Y todos apestan a nicotina, cafeína y desesperación. Porque si no venden lo que sea que esté dentro de ese maletincito, les va a tocar volver a la tienda de alfombras, a KFC o a donde sea que trabajen. Están ya listos y preparados para la gran caída. 
Esta es la vida de un escritor de Hollywood. Si no venden lo que sea que traigan en sus sacos, será otro mes de comer a base de estampillas y donaciones al banco de sangre. Y pensé en lo alocado que es. Dicen que anualmente se registran 40.000 guiones en el Comité de Escritores. Al año, se hacen entre 200 y 250 películas mainstream y la mitad de esas películas proviene de fuentes ya existentes. Así que de las 40.000 personas que van corriendo por la ciudad con sus guioncitos en sus saquitos, sólo unos 100 podrán vender su trabajo. Es como la lotería. Sólo que con el bonus del rechazo y la humillación".


El negocio editorial ya no suena tan malo, ¿eh?
Para ver toda la historia, lee Fortune and Glory, de Bendis.

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