domingo, 25 de septiembre de 2022

Dahmer: Episodio 1 & 2


Sobre Dahmer vamos a hablar los domingos, es un excelente tema para un día de paz y tranquilidad y armonía. Antes de que entremos en materia déjame decirte mis fuentes, para que sepas que no estoy inventando cosas a lo loco y para que tú mism@ te lances tu investigación, si te apetece. Mis fuentes principales son:

 

BIBLIOGRÁFICAS:

·       My Friend Dahmer, novela gráfica de Derf Backderf;

·       Grilling Dahmer, por Patrick Kennedy y Robyn Maharaj;

·       The Shrine of Jeffrey Dahmer, por Brian Masters;

·       A Father’s Story, por Lionel Dahmer;

·       The Jeffrey Dahmer Case: A Psychiatric and Forensic Study of a Serial Killer, por Jeffrey Jentzen, George Palermo, L. Thomas Johnson, Khang-Cheng Ho & K. Alan Stormo.

 

DOCUMENTALES:

·       Entrevista con Stone Phillips;

·       Entrevista con Inside Edition;

·       The Jeffrey Dahmer Files (documental);

·       Mind of a Monster: Jeffrey Dahmer (documental).

 

Otra cosa: Aunque voy a evadir algunos detalles desagradables porque este no ese tipo de blogs, sí hay cosas que son imposibles de evadir. Es decir que estos posts van a ser pesaditos, horrorosos y potencialmente desagradables. Abstente si sabes que este tipo de cosas te afectan.

 

Vamos, pues.

 

CAPÍTULO UNO

“Episodio Uno”

 

"El mero hecho de cazar emocionante. No saber a quén conocería, qué tan atractivo sería. La diversión que tendríamos. El homicidio era el medio para un fin, yo sólo quería a alguien que estuviera bajo mi control. No me arrepiento, eso es lo raro".


Cuando esta serie arranca, hay algo de contexto que es importante. Ahí tú ves que Jeff está jalando birra y anda con un cuchillo ensangrentado y el apartamento no luce muy bien. Bueno, para este momento en la historia, 22 de Julio de 1992, Jeffrey Dahmer está perdido completamente en su psicosis. Esto es una fase que sucede con frecuencia en los asesinos en serie, y suele ser cuando los capturan; hay autores que le asignan una variedad de nombres, yo me voy con la “blood-lust phase”, que es cuando la personalidad del delincuente se ha fragmentado tanto que es esclavo de su compulsión, es literalmente lo único en lo que piensa y a lo que le dedica sus 24 horas.

 

Cuando Jeff tomó la elección de que ya no iba a controlar sus impulsos e iba a perseguir víctimas activamente, él se cuidaba mucho de preservar su apariencia de normalidad—que ya veremos que incluso con esto tenía dificultades. Ya estaba trabajando en la Fábrica de Chocolates Ambrosia y su rutina era trabajar de lunes a viernes, y el sábado perseguir víctimas. Now brace yourself because this is when we get ugly: El viernes, Jeff iba a los clubes a ver qué conseguía. Esa noche se llevaba a una víctima a casa y la retenía con vida, sedada, lo más posible, que era hasta la temprana o mitad de la mañana del sábado. Ahí estrangulaba a la persona (con las manos primero y después con una correa), y se quedaba con el cuerpo hasta el domingo, que es cuando la evisceraba, un proceso que él dijo que le tomaba unas dos horas. El lunes iba al trabajo y pasaba toda la semana pensando en lo que hizo, y en lo que iba a hacer.

 

Bueno, ya para ese último año, esos últimos seis meses, Jeff había perdido control total. Tenía diferentes pedazos de cadáveres en diversas partes del apartamento, llegó a bañarse con un cadáver en la bañera, al que tenía en hielo y él se bañaba con agua fría hasta que ya dejó de bañarse, y tenía por lo menos tres semanas consumiendo carne humana exclusivamente. Él muy de vez en cuando pedía el día libre en el trabajo antes, y ahora pedía días libres con tanta frecuencia que se volvió infame por eso, y eventualmente lo botaron del trabajo. Ahí también estaba a punto de perder ese apartamento; todo el mundo que vivió cerca de Jeffrey Dahmer, notaba la pestecita, pero él siempre daba una de las tantas excusas que tú ves en la serie. Bueno, resulta que esto tiene años pasando y ha llegado a un punto en que—dada la multitud de cadáveres y piezas que Jeffrey tiene en el apartamento—la peste es permanente e insoportable, se siente desde el pasillo y llega a otros pisos. El conserje de los Apartamentos Oxford llegó a pararse en el apartamento de arriba, el 313, y la vaina olía como si fuese ahí.

 

Es por esto que el conserje, que siempre se llevó bien con Jeffrey, ya había perdido la paciencia y le pidió que por favor desalojara a fin de mes—en esa última semana, le cambió la letra y le dijo que fin de mes era muy difícil y que desalojara lo antes posible.

 

Como tú entenderás, esto planteaba una serie de complicaciones importantes porque Jeff tenía, en palabras de uno de los forenses que se involucraría en el caso, “un museo en ese apartamento”. Ante la posibilidad cierta de quedar en la indigencia, Jeffrey recurrió, como siempre, a su abuela, que se comunicó con la Salvation Army y pidió que tuvieran un lugar apartado para su nieto, que podía llegar de un momento a otro y sin advertencia.

 

Jeffrey estaba, por supuesto, estresado porque tenía un pocotón de cosas que no quería perder y estaba claro que su contacto con la realidad estaba fracturado. Pero esto no le impidió seguir loqueando. Unas 48 horas antes del 22 de Julio, Jeffrey había matado a su última víctima fatal, Joseph Bradehoft, y ya lo había despedazado a él y a la víctima anterior, Oliver Lacy, y el comportamiento de Jeffrey ese día es interesante si te interesa el tema de la compulsión y cuánto autocontrol él tenía en ese momento (tema fundamental a la hora del juicio).

 

Joseph Bradehoft

Jeff sale del apartamento alrededor del mediodía y se va a sus puntos habituales, particularmente un centro comercial que quedaba relativamente cerca. Ahí le propuso a varias personas que fueran con él a cambio de $50 fáciles. Mind you, para este momento Jeff no tenía un centavo. Un compañero del trabajo se cruza con él en una parada de autobús y nota que a Jeffrey se lo llevó el diablo, y pocos momentos después se lo consigue otra vez en esa misma parada, pero estaba hablando con un hombre.

 

En esto pasa todo el día hasta que se cruza con Tracy Edwards, con quien ya se había conseguido dos veces antes, haciéndole la propuesta famosita. En esta ocasión, que no fue en un club gay, Tracy sí estaba con dos amigos y el tema de dinero fácil por unas fotos le sonó bien. Es notable, también, que Jeffrey era capaz de aparentar cierta normalidad durante estos momentos y era capaz de pensar con malicia, factores que serían importantes para fiscalía después.

 

Alguien más que andaba con Tracy era su hermano gemelo, Terrence, quien al oír del plan se opuso firmemente. En un momento, Terrence entra a un local a buscar a alguien con quien andaba y cuando sale, ya Jeffrey y Tracy no estaban. El grupo fue a un hotel donde Jeffrey dijo que iban a estar (dando, efectivamente, una dirección incorrecta), y después de esperar por un par de horas, concluyen que Tracy está en problemas.

 

Todo lo que la serie muestra que pasó en el apartamento es bastante preciso. Tracy Edwards pasó unas dos horas con Jeffrey Dahmer, manipulándolo para que no se volviera demasiado loco y cuando escapa, ojo aquí, lo hace completamente desnudo y con las esposas colgando de una muñeca.

 

Ahora, el deseo de Tracy cuando lo para la policía es que le quiten las esposas y ya. Vivía a distancia de a pie de donde estaban, y él sabía que si esto escalaba, la gente se podía enterar que él era gay, which was a massive no-no (y de hecho Tracy mantuvo durante años que no era gay y que fue con Jeffrey porque “era un tipo amistoso”).

 

De ese mundo estamos hablando, y esto es importante: En 1991, en una área metropolitana, si un maldito bicho loco te atacaba en una aventura gay, tú preferías barrer la cosa bajo la alfombra antes de que eso trascendiera, porque tendrías que enfrentar consecuencias de importancia.

 

Otra cosa loca es que a la policía le parecía bien barrer el asunto bajo la alfombra también, y sólo se acercan al apartamento 213 cuando las llaves que ellos tenían para las esposas no calzan en lo que Tracy tenía en la muñeca. Todo lo que sucede a continuación es tal cual como se ve en la serie.

 

O sea que si por casualidad las esposas se hubiesen abierto, Jeffrey Dahmer habría escapado una vez más.

 

Tracy Edwards

Hay dos imprecisiones importantes: Cuando Jeffrey es arrestado y lo sacan, como decimos en Venezuela, “con los ganchos puestos”, todo el mundo pensaba que él había sido la víctima de un altercado, no el victimario. Apestoso y todo lo que tú quieras, pero Jeff no era un tipo amenazante. Lo otro es que Lionel, el papá, se entera porque cuando ya están los forenses ahí revisando todo, Lionel llama por teléfono—no lo llaman a él. Atiende un oficial de policía y Lionel le explica que ha estado tratando de comunicarse con su hijo por un tiempo y que si todo estaba bien. El policía le dice que, oye, vale, “Bien” así como “bieeeen” no, no están bien las cosas. Pero Jeff está vivo e ileso, “Alguien lo va a llamar dentro de unas horas para darle más detalles”.

 

CAPÍTULO DOS

“Por Favor, No Te Vayas”

 

Pat Kennedy

La entrevista inicial con Jeffrey Dahmer la hace el detective Patrick Kennedy, que es el tipo de pelo castaño y bigotes que sale en la serie. Pat Kennedy lamentablemente ya no está con nosotros, pero es necesario decir que ese man era un tipazo y un excelente policía. Él describe en su libro que su acercamiento a los interrogatorios era siempre empático y siempre con la idea de hacerle ver al delincuente que él estaba ahí para ayudar y para aliviar la carga, cosas que fueron súper efectivas en este caso.

 

Al principio, Jeffrey estaba evasivo y no es sino hasta que él pregunta si su papá se tenía que enterar de esto, que todo colapsa y él decide confesar.

 

“Bueno, Jeffrey, yo pienso que sí se va a enterar”, le dijo Pat, “porque ahorita están los forenses en tu casa y parece que hay muchas cosas importantes que encontraron ahí”.

 

Ante esto, Jeffrey pela bien los ojos y le dice “My house? You mean they’re in my house right now?”

 

Y ahí es que se produce la letanía, que empieza con el homicidio de Steven Hicks en Ohio, en 1978. Pat Kennedy dice que cuando él empieza a hablar con Jeffrey, él quería saber sobre la cabeza que estaba en el refri, y nadie le había dicho más nada de ninguna otra víctima. Jeffrey arranca a conversar de otra cosa que pasó hace más de diez años, y de ahí pasa a otro caso y habla de violaciones y descuartizamientos (todavía no hablaba de necrofilia y canibalismo) y en eso pasan como dos horas. Pat pausa para buscar más café y en el pasillo se consigue con un colega.

 

“Bicho, ¿qué te contó el loco ese?”

 

“Psss, puras vainas locas, fantasías. Que mató a un poco de gente y la picó y qué sé yo, cuentos chinos”.

 

“No, no”, el otro detective agarra a Pat de los brazos. “Es verdad. Consiguieron un poco de cuerpos en el apartamento, ¿nadie te dijo nada? Hay más de una víctima en esto”.

 

Y ante eso Pat quedó boquiabierto y dice que ahí sí agarró su libreta, su buena jarra de café, y entró otra vez al cuarto bajo otro enfoque, tomándoselo todo en serio.

 

Lo que la serie muestra sobre la infancia de Jeff es acertado. Nadie sabe exactamente cuál era el problema con la madre, Joyce Dahmer. Depresión posparto lo explica pero sólo hasta cierto punto, y hay incidentes que no tienen ninguna explicación. ¿Es posible que las pastillas que ella estaba tomando hayan influido en el feto? No lo sabemos. También se ha especulado que Jeffrey pudo ser asperger o neurodivergente que, de nuevo, puede explicar algunas cosas pero no todas y esto es algo que nunca sabremos. Hay que decir, y esto es clave, que la gente neurodivergente no es agresiva—si acaso, son más propensos a ser víctimas que victimarios. Así que cuidado con esa teoría.

 

Lo que sí resulta claro es parte del diagnóstico al que llegó todo el mundo que lo analizó, y sobre lo que hablaremos en otro post.

 

Todo lo del maniquí es real. Esto fue en la fase de “niño bueno” de Jeffrey Dahmer, que sabemos que de bueno no tenía nada because you don’t go around raping people when you mean to be good. Otra cosa que Jeff estaba haciendo en este período era el tema de ir a cementerios y funerales, pero de eso hablaremos más adelante también.

 

Konerak Sinthasomphone

Y aquí llegamos a la famosa historia de Konerak Sinthasomphone. Esto no se produce como en la serie, afuera de una liquor store, sino en un centro comercial. Jeffrey le ofrece a Konerak comprarle unos zapatos y darle plata por unas fotografías, y no está claro si el chamo de 14 años sabía con quién estaba tratando, siendo Jeffrey el violador de su hermano Somsack. Sí sabemos que Jeffrey no sabía sobre esa relación entre víctimas, cómo él mismo le admitió a la policía después, y “Si hubiese sabido eso, no lo habría abordado”. No sé si tú le creerás.

 

Todo lo que sucede luego en la serie es acertado.

 

Nicole Childress

Cuando Konerak huye del apartamento, quien se da cuenta no es la famosa vecina y esto no pasa afuera del edificio; el chamo camina como media cuadra y está haciendo más o menos escándalo,  y ahí es cuando una joven de 17 años vecina de la zona, Nicole Childress, se da cuenta de que un chamo obviamente menor que ella anda por ahí desnudo. Cuando se le acercan, notan que Konerak está sangrando por el recto (cosa que ella todavía sostiene hoy y que la policía niega) y llaman a la policía y es durante la llamada al 911, no después, que se presenta un sujeto bien parecido, rubio pero desaliñado. Konerak lo reconoce y trata de alejarse de él, pero Jeffrey pone su mejor cara cuando llega la policía y hasta los bomberos llegan para ver que el chamín está bien.

 

Facts:

La policía sí se creyó que Konerak era mayor de edad. Sí se creyeron que estaba rascadísimo y que los dos eran pareja. Jeffrey era educado y bastante en control (después admitiría que cuando vio a la policía, se puso sobrio de golpe). La policía sí los acompañó al apartamento y sí los dejaron solos, a pesar del olor, y sin revisar bien el inmueble. Todo eso es verídico.

 

La llamada que vemos al final del episodio la hace la tía de Nicole Childress, convencidas todas de que este era un menor de edad. Cuando Konerak desaparece y sale su foto en la prensa, llamaron a la policía pero nadie les prestó atención.

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