martes, 25 de septiembre de 2018

Sympathy for the Creature 4



Amo las películas grindhouse.

Durante toda su historia, el cine fue una cosa más o menos estática. En los años 50’ hubo, con el nacimiento de la cultura adolescente, una serie de películas de baja factura dedicadas a atraer a la audiencia no con la historia y los valores de producción, sino con un elemento qué explotar (de ahí viene el verdadero término de este tipo de cine, “exploitation cinema”). Así, un grupo de jovencitos de Jersey saldría de la escuela y esa noche podían reunirse en el autocine (¿te acuerdas del que había aquí en Los Naranjos?) y ver I Was A Teenage Frankenstein, una peli con un maquillaje chimbóide, pero con un monstruo persiguiendo a sexy colegialas por el liceo. Good stuff.

El cine mainstream gringo, en decadencia y superado por apuestas europeas, experimenta a mediados de los 60’, y sobre todo en los 70’, lo que hoy se llama “The New Hollywood”: un grupito de directores, mucho de ellos asentados en San Francisco, con propuestas cinematográficas que, influidas por el pasado, daban un valiente salto al futuro (El Padrino y Star Wars son quizá las más icónicas).

Bien, esa era en que se estaban reescribiendo las reglas sobre lo que podías mostrar en pantalla fue la verdadera era dorada del grindhouse. Digamos que veinte personas (en total) graban una película sobre un monstruo de goma mal hecho que corretea a rubias topless y descuartiza a marihuaneros cachondos, y la sangre le salpica a la cámara y todo sucede sin cortes de edición. Terminada la producción, llevas el film a la Fox y Fox te pega la lata por la cara y te dice que más nunca vas a trabajar en Hollywood. ¿Qué haces para recuperar tu inversión y hacer que la gente vea tu peli?

Recurres a los cines grindhouse.

Un cine grindhouse es un local independiente que no pertenece a ninguna cadena y se sostiene exclusivamente con lo que proyecta —no tiene negocios con ninguna productora y si los dueños no salen a buscar las pelis, no entra el dinero. En su era de gloria, los conseguías uno junto al otro, dando películas todo el santo día. La selección era disparatada: un cine abría a la una de la tarde con Enter the Dragon, de Bruce Lee. Se acaba esa y entra una de las películas más increíbles y únicas ever made, They Call Her One Eye, una cinta híper violenta que incluye porno. Se acaba esa y de repente es Zombie Flesh Eaters. Se acaba esa y ahora dan, no sé, Death Race 2000.

Quentin Tarantino, amante a morir del estilo (todas sus películas son prácticamente exploitation movies bien hechas), dice que la vaina era el lejano oeste. El vivía metido en estos cines y recuerda ver una película de Hollywood, Un Tranvía Llamado Deseo, por decir algo, diez años después de que estrenó por primera vez, la cinta es toda granulosa, le faltan escenas y la vaina está hablada en inglés, pero viene con subtítulos en alemán. Todo eso es señal de cómo los dueños del cine obtuvieron la peli.

Con la llegada del VHS y el “direct to video”, los cines independientes fueron muriendo y ese tipo de cine tomó al video doméstico como su nuevo hogar. Si viviste los 80’ y los 90’, cuando aún existían clubs de video, es imposible que no le tengas cariño a la cosa. Let’s consider a movie like Exterminator 2: La cubierta tiene un arte arrechísimo prometiéndote una aventura de ciencia ficción y las líneas promocionales están ahí para terminar de conquistarte —“In The Exterminator he made the streets of New York safe. All has been quiet… until now” (esto era así por diseño; no recuerdo quién fue el productor que decía que primero tenían un título y un tagline; después veían cómo coño hacían la película). Everything about Exterminator 2 is fucking great, except the movie itself, which sucks so much ass.


O píllate una película como The Living Dead at Manchester Morgue. Sale pocos años después de ese sacudón brutal que fue Night of the Living Dead (que es otra peli grindhouse, por eso es tan atrevida, porque no estaba sujeta a reglas del sistema) y es hecha en Inglaterra. Para que los gringos no sepan que la película tiene otro acento, el tráiler no tiene una sola línea de diálogo (parodiado maravillosamente por Edgar Wright en este tráiler —por cierto que, dime, what the fuck is that movie about?) y el título original era Don’t Open That Window, que me encanta porque en la película no hay una sola escena con una ventana.

Rob Zombie hizo su homenaje con Werewolf Women of the SS y la gloriosa escena de Fu Manchu ejemplifica bien cómo funciona el exploitation: “Tenían un set para una película de nazis” dice Rob, “pero no hay suficiente libreto para grabar 90 minutos. En el set de al lado hay una vaina de kung fu. Listo: mezclas los dos temas y ahora tu película de nazis tiene karatekas”.

No te pierdas este otro homenaje, ni este, ni este, ni este.

Así es el grindhouse. Casi siempre te decepciona, pero cuando da en el blanco (Rolling Thunder, The Toxic Avenger, Once Upon A Time In The West, The Texas Chainsaw Massacre, Death Wish 3), es una clase de cine valiente e increíble que no vas a conseguir en ninguna otra parte, una montaña rusa en llamas y sin baranda de protección.

Lo adoro y es por eso que le vamos a dedicar esta edición de mi “festival” de cine de terror anual para halloween al cine grindhouse.

¿Le “vamos”? Yeap: el año pasado me dio una pálida horrorosa y por eso me fue tan mal con el Sympathy for the Creature, así que para prevenirlo (y porque it’s a lot of fucking work), este año cuento con dos colaboradores de lujo: el señor Mauro “Pupo” Salmaso, un artista por y para el grindhouse y un amante y conocedor del cine de esos que conversas con ellos y sabes que el carajo se ha puñaleado esto, y la brillante Lorena Caraballo, escritora, cinéfila, modelo, brainiac and living awesomeness. Al a fecha de redacción de esta intro, ya ellos hicieron sus reseñas y créeme: calidad.

Así que esto va a ser Sympathy for the Creature 4: 31 días con 31 reviews, a veces por Lore, a veces por Pupo, a veces por mí, trayéndote esas pelis de baja factura que you just have to fucking see.

Empezamos el primero de octubre. No lo peles.



P.D.: Puedes ver los clásicos del terror en el primer y segundo año de Sympathy for the Creature, y el año pasado la cosa fue con el cine slasher.

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