Hoy terminé el primer manuscrito de mi novela.
No es la primera novela que escribo (esta sería la cuarta), pero sí es la
primera que cumple con todos los cánones de una obra comercial en su género—tiene
extensión de novela, trama ubicable en el mercado y está escrita en inglés. Es un libro que parece libro, aunque como
todo primer borrador, es desastroso; Los temas al inicio del libro y la personalidad
de los protagonistas están más difusos que al final. La extensión es demasiado larga también. Un libro de
ciencia ficción moderno, para un debutante, debería estar entre las cien mil y
las ciento diez mil palabras, y la mía tiene ciento veinticuatro mil.
Pero todo esto está bien porque la labor del primer borrador es existir,
sacarte la historia que llevas en el cerebro a un lugar donde exista en
concreto y donde tú puedas corregirla.
O sea que no es que el libro está escrito y “Pa’ amazon!”
Este es el inicio de un proceso donde todo va a velocidad de caracol. El
plan de batalla es, primero, dejar a ese borrador descansar y retomarlo dentro
de mes y medio a dos meses, para empezar la corrección. Primero me gustaría
añadir cosas al principio, de lo que tendré cosas qué cortar después, y
borradores habrá todos los que sean necesarios para que sea un libro a la
altura de cualquiera que compras en la librería.
Cuando el libro ya esté tal cual como yo quiero, será hora de mostrarlo a
unos cuantos “beta readers”, a ver qué les parece y, tras evaluar esos
comentarios me tocará pagarle a un editor para que le meta mano porque por muy
editor que uno sea, nunca podrás corregir tu propia obra como lo hacen ojos
ajenos.
Y cuando eso esté listo, será hora del querying, que es ponerlo en rotación en el
mercado de agentes, a ver qué tal va.
Si un agente cree que hay vida, tratará de venderlo a alguna editorial, que
podrá aceptarlo o no. Si lo aceptan, pues veremos.
Por mucho tiempo le he comentado a todo el que me escuche los beneficios
del mercado independiente moderno, pero ahora, con borrador listo, me gustaría
probar el método tradicional de publicación, al menos para decir que lo hice, y
ver qué tal va. Es menester decir que lo normal es que tú le envíes tu
manuscrito a cien agentes y lo rechacen 95. Algunos pedirán leer
el resto (tú envías un sample con los primeros dos o tres capítulos) y ahí te
pedirán representarte o no. Así que esto hay que hacerlo manteniendo las
expectativas bajas, jaja.
Pero incluso si nadie lo agarra, me gustaría sacarlo así sea independiente
(que es lo que todo el mundo conoce como “¡Móntalo en Amazon!”), aprovechándome
de beneficios que no tendría en el mercado tradicional—contratar a un ilustrador calidarks para la portada, y me gustaría sacarlo
tanto en inglés como en español, con ciertas cositas adicionales que permite
tener el control creativo total de la obra.
Claro, si toca sacarlo independiente, el camino es otro…
Sé que todo esto suena muy aburrido a menos que seas un nerd total del proceso editorial, un laberinto que muchas veces ni el que es aficionado a la escritura conoce, o tiene interés de conocer. Lo que todo esto significa es que este es un maratón, no una carrera, y que el primer capítulo de ese maratón está listo.
Conforme el proceso avance ya les iré contando de qué va y detalles más
específicos, pero es que ahorita tengo preocupaciones “técnicas” que considero
más relevantes. La novela es narrada en primera persona y en tiempo presente,
por cuatro personajes que provienen de distintos trasfondos, y ahorita es muy
importante para mí que esos cuatro suenen distintos entre sí y que tú empieces
un capítulo con uno y sepas quién es sin tener yo que señalar de quién es esa
voz. Cosas que se pueden lograr, pero que ameritan trabajo.
Confieso que he convivido por tanto tiempo con esa trama y esos personajes
que estoy más bien ansioso de empezar otro proyecto sobre otra cosa. Tengo tres
temas en la mente ahorita, dos de los cuales me llaman como para volverse el
siguiente libro. Si me sigues en instagram, sabes que uno de ellos es una
novela histórica ambientada en el Japón feudal, que me llama bastantísimo la
atención (that’s the first advice for you to write a novel: Be obsessed with
the subject), al punto que esta mañana estaba leyendo en profundidad sobre los
regimientos de ashigaru y cómo funcionaban. Las novelas históricas en la
actualidad han tenido un resurgimiento, pero no me preocupa mucho que un agente
la agarre o no, ahorita lo que me interesa es narrar, echar el cuento.
Escribir.
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