lunes, 28 de agosto de 2023

Un Evil Dead mejor que la nueva Evil Dead que estuvo bien pero este es mejor: Deadstream


Una de las prácticas que tenemos aquí en la casa es ponerle el ojo a lo que esté en la palestra en cuanto a cine de terror, pero sin ver tráiler ni reseñas ni nada de nada, sólo el nombre de la peli y si acaso el afiche.

 

Con eso, nos hemos llevado bastantes culazos que no sé si alguna vez comente en este blog porqué dígame usted, ¿qué se puede escribir sobre Skinamarink? Una película con 15 minutos interesantes y 75 de creepypastas y boludeces que se ven en TikToks “de miedo”. Siendo fan acérrimo del euro y particularmente del horror italiano, me llevo muy bien con películas que parecen poemas donde lo principal es lo estético, pero al menos Lucio Fulci rodaba con un libreto. Que se lo supiera explicar a sus actores es otra cosa, pero tenía a un señor llamado Dardano Sacchetti que salía al final como “libretista”. Skinamarink prácticamente no tiene trama y, por ende, hay muy poca película. De lo peor que he visto.

 

Nos pasó también con Speak no Evil, que estaba recomendadísima por algunas voces en las que generalmente no confío y mardición que debí guiarme por mi instinto. Yo me imagino que hay gringos (y daneses) a los que eso les da miedo, pero acá estuvimos los 90 minutos gritándole a la pantalla, a ver si los personajes usaban la cabeza. Un latino jamás caería en lo que le pasó a esa gente porque a la primera de cambio asumiríamos lo peor—quizá por esto mismo es que no hay latinos en una docena de Viernes 13, sabemos que si un bosque está maldito, allá tú si vas al Crystal Lake a fumar mota y a que te enchurre El Cucui.

 

A Dreadstream también le entramos a ciegas, y esta es una peli que te captura desde que arranca. La historia versa sobre un pelmazo de esos que florecen únicamente en algunas esquinas de internet; en los años 90’ teníamos programas de Laura Bozzo y Jerry Springer para mostrarnos la letrina de la humanidad, y hoy en día tenemos a influencers y YouTubers de diversa índole, gente que hace jueguitos y bromas queriendo llamar la atención. Shawn Ruddy era de los más populares, hasta que una desgracia ocurrió y lo cancelaron. El pana hizo su mea culpa obligatorio, pero no fue suficiente así que para Halloween tiene un plan con el que revivir su “carrera” y audiencia:

 

Shawn va a pasar una noche entera en una casa embrujada, grabando todo sin escapatoria posible, y con la regla de que si ve algo raro, tiene que investigar.

 

La peli no es una grabación descubierta tipo Bruja de Blair o Paranormal Activity; acá todo transcurre tal cual como un livestream en Twitch, incluyendo comentarios de la audiencia y Shawn hablándole a la cámara y dejando registro de todo en primera y tercera persona. El truquito está bien logrado desde todo punto de vista, porque lo que hace parece real y la misma personalidad del tipo se la has visto a un gentío en YouTube.

 

Hay gente que por un like, es capaz de venderle la mamá a unos traficantes de órganos.

 

Egocéntrico, ridículo, attention whore y moralmente indigente, Shawn es arquetípico y si estás esperando que el tipo entre a la casa y consiga espantos de verdad, pues sí, es una trama que no luce demasiado original—hay un capítulo de Cuentos de la Cripta, segunda temporada, si no me equivoco, donde a Morton Downey Jr. le pasa exactamente lo mismo.

 

Pero lo que diferencia a Deadstream de, digamos, 1408 (el excelente cuento de Stephen King), es que, aparte del formato, acá manejan la comedia maravillosamente. La peli pareciera cabalgar a medio camino entre la primera Evil Dead y la segunda, y por eso elegí el poster de la peli que tiene este post, porque a veces pareciera un homenaje a la cabañita diabólica de Sam Raimi. Esto lo digo en el mejor de los sentidos, porque ni lo sobrenatural es un fusil ni Shawn es una copia de Ash; es más bien un personaje con un arco bien definido que brilla gracias al excelente performance de su intérprete (y co-director de la cinta), Joseph Winter.

 

Lo otro es que esta es una comedia terrorífica que funciona porque el libreto de verdad da risa. Escrito por Joseph y su esposa y co-directora Vanessa, acá hay extensísimas referencias a la cultura de internet y al cine de terror; de hecho, esta es una película que solamente funciona por cómo nosotros conocemos a las redes sociales y a los memes. Es un elemento fundamental de la trama y hay un comentario ahí sobre quiénes y por qué gravitan a estos espectáculos de llamar la atención a toda costa, pero el subtexto solamente funciona si no se entromete con la diversión, y los Winter lo saben. Acá vinimos a asustarnos y reírnos, los regaños y el sermoneo guárdalos para después.

 

Estamos en presencia, pues, de un clásico instantáneo en esta excelente era que está viviendo el cine de miedo. No sé con cuánto habrán rodado la peli, pero no creo que haya sido mucho dinero a juzgar por la locación, el diminuto elenco y algunos momentos que se ven demasiado baratos, pero como es una película sin pretensiones, que sabe exactamente qué es, la vaina fluye.

 

Deja de picarle una torta y darle besitos en las patas a una estafa como Skinamarink. Aquí está una peli que usa a la internet como debe ser, tan bien llevada que te lamentas que sea una obra de ficción. Deadstream es de lo que hablamos cuando hablamos de comedia de horror.


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