Sé que he amenazado con volver a publicar acá pero qué
puedo decir, he estado ocupado. Antes de que empecemos con esta entrada, vamos
a poner el ambiente.
Como cualquier
nacido en la segunda mitad de los 80’, tengo un enorme puesto en mi corazón
para las Tortugas Ninja. Eran lo mejor que le había pasado al planeta tierra si
habías vivido en él por menos de ocho años, tenían la mejor comiquita y la
daban todos los días, eso número uno. Dos, salvo por el primer juego de Nintendo,
tenían los mejores videojuegos (no había nada mejor que poner Turtles in Time y pasarlo con un pana).
Tres, tenían los mejores juguetes. Si eras de los pocos afortunados en tener
uno, eras el pran de primaria. Cuatro, las películas eran de esas que veías el
domingo en la noche y el lunes eras un maestro del kung fu en el recreo.
Quinto, pizza.
Pero como le pasa a todo en esta tierra, la
sobreexposición y el pobre control de calidad trajo terribles consecuencias. La
tercera película es una de las peores cosas que me han pasado y la comiquita
dio paso en nuestras tierras a los días de gloria de Televén, con Spider-Man, Dragon Ball y Los Caballeros
del Zodíaco. A finales de los 90’ hubo el amago de un revival, uniéndolos a
los Power Rangers con una nueva tortuga, femenina, llamada Venus de Milo. Entre
menos hablemos de eso, mejor.
Claro, nosotros también crecimos. Tocábamos lamentables
versiones de Blink 182 cuando las tortugas luchaban por una nueva serie animada
y estudiábamos los discos de Marilyn Manson cuando salía un nuevo juego, que
nunca alcanzaría las cotas de gloria de la vieja escuela. Las dimos por
muertas. Una de esas cosas de la infancia que ahí quedaron.
Bueno, a lo mejor no lo sabes (o a lo mejor sí), pero esa
franquicia empezó como un cómic underground. Kevin Eastman y Peter Laird se
lanzaron su cómic independiente como un chiste contado con cara seria. Si tú
lees el primer episodio (mucha gente llama “números” a los cómics, yo los llamo
“episodios” porque es lo que son) de esa serie en blanco y negro, es como que
si estuvieras leyendo Daredevil o Batman de Frank Miller. Leonardo en una
azotea neoyorquina, súper oscuro, súper gótico, súper noir, hablando del
combate que viene, tenso y moody, pero quien cuenta todo es una tortuga gigante.
El tono de esos cómics es similar al de la primera película (que se valió de
esos tomos como inspiración), aunque bastante más violento.
La revolución vino con Playmates, la compañía que hizo
los juguetes. Para promocionar los juguetes, produjeron una comiquita que tuvo
que repetirse tres veces para calar en la audiencia y antes de seguir hablando
de eso, tomémonos un momento para admirar el genio de Pat Fraley, que hacía la
voz de Krang. Ve:
Eastman cuenta que en 1987, pasaban el 90% dibujando el cómic
y el 10% haciendo negocios y ll año siguiente era a la inversa. Laird siempre
ha sido más reservado así que no tenemos mucho de su perspectiva, pero su
compinche cuenta que en el tope de ese imperio, tenían que reunirse con
abogados y empresarios y atender los temas más estúpidos y molestos del
planeta, mientras todo el mundo se acercaba buscando una tajada del pastel. “Lo
que realmente extrañaba era dibujar. Era por eso que empezamos, porque
queríamos hacer un cómic”. Y vaya que los cómics continuaron, pero los
resultados eran tan inconstantes que sólo el más fan de los fans podía
soportarlos. Y eran los 90’, así que imagínate la calidad de las historias.
Bueno, hace pocos años la gloriosa IDW (quien sea que
edita ahí tiene excelente gusto) compró los derechos, obtuvo el beneplácito de
Laird y la colaboración de Eastman y se lanzaron un cómic de una franquicia
muerta. Algo que amo del medio, una de las cosas más ricas del mundo, es cuando
consigo una serie, leo un episodio y me entretiene, leo el siguiente y la cosa crece
hasta que no me puedo despegar y estoy instalado todo el tiempo leyéndola. No
pasa mucho, pero a la fecha de esta redacción voy entrando al octavo volumen y
te puedo decir que es una de las mejores series que he leído en diez años. Es
como leí por ahí, “¿Qué tan buena es? Está al nivel de X-Men en los 80’”.
Si lo piensas, el concepto de las Tortugas Ninja es la
cosa más absurda de este lado de Arcadia. Trata de vender esto: Son cuatro
tortugas bípedas y antropomorfas. Pelean karate, son expertas ninjas, las
entrenó una rata, que también es su papá, y les encanta la pizza. Los malos
principales son un cerebro en un robot y un ralla-quesos con patas.
Bueno, el genio de IDW es que se sentaron a ver cómo
tomaban todos los elementos de esa disparatada mitología y los convertían en
una cosa coherente con la que tú o yo pudiéramos identificarnos. Agarraron al
cómic original, a la comiquita, a las películas, a los juegos y se pusieron,
“¿Cómo podemos unir todo esto y que quede bien?” Entonces las tortugas empiezan
todas con bandanas rojas, que es como se veían en el cómic original (por eso el cartucho de Nintendo se ve así) y vemos por qué toman bandanas de color. Vemos
por qué Rafael tiene ese problema de actitud y de dónde salió Casey Jones.
Abril O’Neil empieza como asistente de Baxter Stockman, como en el cómic
original, y progresa lentamente a su rol de reportera. El conflicto entre
Hamato Yoshi (Splinter) y Oroku Saki (Destructor) lo plantean como una épica
que empezó en el Japón feudal con una rivalidad de poder. ¿Te acuerdas de los
neutrinos? Es la parte más estúpida de la comiquita, ni siquiera la voy a
describir. Y uno de los mejores cumplidos que le puedo hacer a esta serie es
ese: Te presenta a los neutrinos de un modo en que dices “Okey, te lo compro”.
Una mezcla de fantasía con ciencia ficción sabrosísima.
El punto en que me di cuenta de que algo estaba pasando
fue con el primer volumen, cuando las tres tortugas y Splinter buscan a Rafael,
que se separó del grupo al momento de nacer. Para el final de ese arco, te
descubres con el corazón chiquito y los ojos húmedos. El tema principal de la
serie es la familia y cómo incluye a la gente que porta tu sangre y a los que
están ahí en las buenas y en las malas. Un momento surreal ese, cuando te
detienes a pensar “Estoy conmovido por una serie de animales parlantes”.
El acercamiento es el mismo de Eastman y Laird: Agarra
este concepto estúpido y tómatelo en serio. Leonardo, que sigue canalizando a
Daredevil, es un líder que siente al peso del mundo sobre los hombros, que debe
proyectar un exterior fuerte cuando guarda muchas dudas por dentro. Rafael,
impulsivo y rabioso, siempre funcionó como el Wolverine del grupo. Acá tiene
que aprender a los trancazos que ser tan emocional es una debilidad y que la
furia sin disciplina es un castigo. Miguelángel sigue siendo el más gracioso y
juvenil del equipo, pero acá supera su tema de “comic relief” para ser el
corazón, aquel con el que más fácil nos identificamos. Es el que ve las cosas con
claridad aunque las tiña de humor; cuando Miguelángel habla en serio, you know
shit got real. Dejé a Donatello de último porque me parece el cambio más
drástico. Hasta ahora, Donnie era la que a nadie le gustaba porque era usado
como un artilugio de la trama, un vulgar “plot device”: ¿Hace falta viajar a la
Dimensión X? Donatello inventa un portal. ¿Un robot está destruyendo la ciudad?
Donatello inventa otro. Siempre era “¿Qué puede hacer Donatello para que la
trama avance?”
Acá se ha vuelto mi favorito: Intelectual, la tortuga menos inclinada a la
violencia, 100% geek con amor a Calabozos
y Dragones, es el Scully del grupo. Hay un momento empezando la serie en
que Splinter dice que ellos son las reencarnaciones de héroes japoneses y
Donatello lo para, “No, ya va. Mutaciones, me lo creo. ¿Reencarnación? Lo
lamento, no hay pruebas de que eso exista”.
Dicen que una historia sólo es tan buena como sus
villanos y los malos de Teenage Mutant
Ninja Turtles, por IDW Publishing, son detestables. Baxter Stockman
es un imbécil malicioso capaz de pisotear a quien sea con tal de ganar la
partida; Krang es presentado (¿presentada?) como un dictador vicioso, siempre
dos pasos más allá de sus enemigos (y te explican de dónde sale ese robot que
usa). El peor, sin duda, es Shredder, Destructor. Cada tres episodios, estás “Pana,
¿hasta cuándo este malditooooooo?”, pero por otra parte no quieres le pasa nada
porque el personaje le mete veneno a la historia. Oroku Saki es lo más cercano
en la serie a un samurái histórico real. Ambicioso, disciplinado, rencoroso,
eficiente, honorable muy a su manera. Odio a Shredder, pero lo respeto, jaja.
Los personajes nuevos te resultan poco interesantes
cuando empiezas porque uno quiere leer es de lo que uno conoce, pero te puedo
decir que Old Hob, que parecía un villano nulo al principio, evoluciona en un
personaje que se ha vuelto de mis favoritos; Alopex igual, “Oh, otro animal
antropomorfo que pelea” y de repente le dedican un episodio sólo para ella y es
uno de los mejores episodios de la serie. Te recomiendo eso, busca no sólo los
capítulos de la serie regular, sino los paralelos, porque sacan miniseries con
un capítulo sólo para Splinter, uno sólo para Krang, uno sólo para Abril y así.
Es esa meta de todo escritor: Superar la incredulidad inicial y contarte una
historia que te llegue al corazón. Que acá usen animales les da 200 puntos
extra por esfuerzo.
Entonces, familia como tema principal. Es como “Valiente”, la película de Disney, pero
para chamos. Splinter trata de ser un buen padre, criando a una familia con las
tortugas, Abril, Casey Jones (cuya historia personal is going to make you his
bitch), fundamentado en la amistad, la compasión y la paciencia, mientras
Shredder tiene una concepción distinta: También crea una familia en el Clan del
Pie, con Karai, Alopex, pero es celoso; Te va a proteger, va a sacar la
cara por ti y va a matar por ti, pero te recuerda al Dios del Viejo Testamento:
Tu padre, tu familia soy yo o no es nadie. Uno podría esperar que “Ah, como este
es el malo su meta es ser malo porque sí, se paró una mañana y pensó en la
maldad del día”, pero en el episodio de Alopex, descubres que hay honor entre
los ladrones. “Yo le debo mucho a ese hombre” se dice la zorra de invierno. “Si
él no me hubiese rescatado, dado el mutágeno y convertido en lo que soy, seguiría
ahí, en el laboratorio con esos horrendos humanos y sus jeringas”. Y entonces,
holy fuck, resulta que el malo tiene gente que lo quiere por motivos
comprensibles. Eso, señores, es saber escribir.
Por cierto que cuando Bebop y Rocoso hacen entrada, es el
toque de comedia perfecto que le faltaba al estofado. Voy a dejar que tú lo
leas, pero la razón de por qué Rocoso elige ser un rinoceronte es épica e
hípica. Chistes ingeniosos que, por eso, dan risa.
AMO EL ARTE DE ESTA SERIE. Siempre es bueno, siempre,
desde que arranca, pero cuando empieza el arco “City Fall” (volumen 5 o 6)… (ese arco, por cierto, es una de las
historias más criminales que he leído, un capítulo terminas gritando “Noooo, no
puede seeeer” y al siguiente quedas “Maricooooo, qué bolas esta vainaaaaa, ya
bastaaaa”), Mateus Santolouco agarra las riendas y se ha convertido en uno de
mis ilustradores favoritos. Durante mucho tiempo se vio al arte del cómic como
un elemento separado del texto y pocos rompieron ese molde. De un tiempo para
acá, impulsado más que todo por Marvel, los ingredientes se han mezclado
resultando algo que sólo funciona así en cómic, explota las fortalezas del medio. Hay una parte en que el Clan del
Pie ataca a un clan rival y rompen unas ventanas para entrar al cuartel
general. Mateus escribió el “CRASH” con los cristales rotos volando en el aire.
Ese es sólo un ejemplo, cosas que enorgullecerían a Gibbons y a Sienkiewicz. Vas
a pasar la página y te quedarás un rato viendo sólo la maquetación de la hoja.
Incluído: Arte original de Kevin Eastman, para elevar el pedrigree.
No sé qué más puedo decir para venderte la serie. Es de
lo mejor que se está publicando ahorita. ¿Cómo un personaje tan popular como
Batman se une en una serie a las Tortugas? Ah, porque el cómic de las Tortugas
es del lomito de la actualidad, esto ni siquiera es para fans de las Tortugas,
esto es para fans de los cómics buenos. Turtle power, chamo, al fin alguien les
hace justicia.
BONUS FEATURE
Mi
casting para la película ideal
Partiría de esta serie de IDW como inspiración para el
guion y sugeriría para los roles a:
Anna
Kendrick como April O’Neil,
Es una actriz y luce como el personaje. Son dos puntos en
los que le gana a Megan Fox (¿en serio, Michael Bay? ¿Megan Fox?).
Nicholas Hoult como Casey Jones,
Este bro puede hacer lo que sea. Su Casey Jones es un
tiro al piso.
Cary
Hiroyuki Tagawa como Shredder,
Ve
Showdown in Little Tokyo o Mortal Kombat. El tipo es Shredder sin intentarlo. Ahorita está más
viejito, pero su papel en The Man In The
High Castle demuestra que está activo y que, plot twist, el tipo sabe
actuar.
Neil
deGrasse Tyson como Baxter Stockman,
Si Neil fuese un imbécil, sería Baxter Stockman. He
already looks the part y parece alguien que podría tripearse la idea de actuar
así sea para una sola película.
Kat Dennings como Irma Langinstein,
El chiste de Irma es que vive buscando novio y no
consigue, que es algo que nunca te podrías creer de un ser humano precioso como
Kat Dennings, pero con los toques adecuados, podemos darle la pinta correcta.
Chiaki Kuriyama como Karai,
Había pensado en Rinko Kikuchi pero ya está muy
sobreexpuesta y nuestras pantallas merecen más Kuriyama hotness. La pega
principal de este casting es que, que yo sepa, ella no habla inglés y cuando
los actores japoneses hablan inglés fonéticamente, se nota, hace ruido. Lo bueno
es que un papel como Karai permite que hable japonés el 85% del tiempo y no pasa
nada. Y baja el presupuesto.
Adrien Brody como Vernon Fenwick,
Si esta fuese una propuesta real, esta sería la
elección que el estudio encerraría en un círculo rojo porque: a) Adrien Brody
es una estrella ganadora del Oscar; b) No vas a usar una estrella para un papel
secundario con menos de treinta minutos en el metraje total; c) El presupuesto
se dispararía; d) Desde un punto argumental, tienes a Vernon o Irma, pero no a
los dos, cumplen labores de reparto muy parecidas.
Entonces esto sería hacer campamento afuera de la
mansión Brody con el libreto en la mano para convencerlo a que haga un papel
secundario en una película de las Tortugas Ninja, pero estamos soñando ahorita
y soñar es gratis.
Toshishiro Obata como Toshiro,
Es un cameo, un personaje menor que entrena a los
ninjas del Pie, pero es un actor de culto que estuvo en las dos primeras
películas, entonces dale play, pues.
¿Cómo justifico ese poco de actores famosos chupándose
el presupuesto? Porque para los demás papeles apelaría al corazón geek: Actores
de voz famosos.
Pat Fraley como Krang,
Porque por supuesto que sí.
Laura Bailey como Alopex,
¿Sabes la Demon Hunter de Diablo 3? Esa es Laura
Bailey.
James Hong como Splinter,
Usar al actor de David Lo Pan como un personaje tan
honorable sería ir en contra de casting, pero confío en los músculos
histriónicos de Hong. Había pensado en Takeshi Kitano, que presenta un reto
similar al de Kuriyama (y Takeshi es un actor serio, no sé si acepte algo así),
pero Hong tiene mi corazón y fanatismo geek.
Kevin Conroy como Leonardo,
¿Batman? Sí. Dale un toque más juvenil y estás listo,
es el personaje.
Paul Mercier como Rafael,
El Leon Kennedy de Resident Evil 4, ya tiene la
actitud, sólo hay que darle un guion que funcione.
Quinton Flynn como Donatelo,
Raiden en Metal
Gear Solid 2. Si alguien puede hacer voces de chamo bien, es este tipo.
¿Dónde queda Miguelángel? Fue el papel que aún no
descifro, ¡sugiéreme algo!
Años atrás tenía la idea que este era un universo juvenil y poco serio, pero cada vez mas me voy dando cuenta de lo equivocado que estaba.
ResponderEliminarHace años lo era, pero la inversión y la atención lo ha hecho agarrar forma.
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