lunes, 25 de septiembre de 2017

Sympathy for the Creature 3: Slasher-Fest




Empezando este domingo, nuestro festival de reviews de halloween anual, Sympathy for the Creature, en su tercera entrega, esta vez dedicada al cine slasher.

Todas las de Freddy, las de Jason, las de Michael Myers y varias slashers que son menos conocidas, pero elementales. Todo octubre, una diaria, pendiente.

Por si acaso, click a la imagen para leer Creature en su primera edición…



Y click en la imagen para la segunda:




martes, 19 de septiembre de 2017

¿Cómo Empezar a Leer X-Men?


Preparando este post, trascendió la noticia del deceso de Len Wein, tan elemental en el desarrollo de nuestros queridos mutantes (y el cómic moderno). Vaya el aprecio de todos sus fans, a donde quiera que esté.

Puede que cuando hablo de cómics, te parece que hablo burda sobre los X-Men, pero en realidad he postergado el tema. Eso va a cambiar desde hoy y no podemos entrar en materia sin tocar el inicio, el dónde empezar a leer la saga.


Pues bien, el problema de X-Men es que, aunado a todos los rollos de los cómics tradicionales, se volvieron LA serie más popular en publicación a finales de los 70’. Eso llevó a sopotocientos títulos paralelos, cuentos, recuentos y cambios de equipo. El line-up más famoso es el de los 70’, co-diseñado por Len Wein y popularizado por Chris Claremont, pero el equipo original, el de Lee y Kirby, no fue muy notorio por torpeza narrativa.

¿Quiénes son los cinco clásicos?

1)   Jean Grey (por aquellos años era llamada “Marvel Girl”);
2)   Beast (Hank McCoy, que era un tipo bulky acrobático, no el peludo azul que conocemos);
3)   Angel (Warren Worthington III, quizá el más nulo, su arco era “Warren es rico y superhéroe”; pronto hablaremos de eso en detalle);
4)   Cyclops (Scott Summers, el George Harrison de los cómics);
5)   y Iceman (Bobby Drake, que era como el equivalente a Peter Parker y Johnny Storm; comic relief).

Si te fijas, eran los Cuatro Fantásticos, mas un tipo con alas que rescata gente. Y esa falta de personalidad les perjudicó, porque no tenían a Galactus y a Doctor Doom y tal. Claro que Magneto rondaba por ahí y la metáfora central (la discriminación) estuvo desde el principio, pero argumentalmente se agotó. Era otro equipo de superhéroes y ya.

Los X-Men fueron parte del último coletazo creativo del dúo, y Stan ha dicho muchas veces que cuando los inventó ya no se le ocurría nada nuevo (por eso los personajes nacieron con poderes, para no tener que buscarles “historia de origen”). Si empiezas a leer desde el primer episodio, vas a conseguir una serie torpe, narrada varias veces en especies de remake.

Y están muy bien logrados, empezando con:

1) X-Men: Children of the Atom


Lo primero que vas a notar de esta serie limitada es que trasladó al contexto original de 60’ a los años 90’, y se nota pero demasiado.

La serie es importante para entender el porvenir del Profesor X, por qué es tan importante para él formar al instituto y cómo es capaz de lograrlo sin que el gobierno se meta mucho. Es él quien protagoniza, junto a un tipo del FBI, si mal no recuerdo, y pues va ensamblando al grupo, a pesar de sus particulares pegas.
Porque es lo primero que debes saber de ese line-up: Salvo por Beast y Iceman, no se caían bien entre ellos. Se ven forzados a unirse por el bien común, una origin story bastante típica en una novela gráfica que no va a volverte fan pero cumple la misión. Su defecto más notable, sin embargo, es su poca sutileza.

Porque el malo de la historia es Hitler. No literalmente, pero se ve igualito, se viste igual, es un líder político carismático que organiza mítines igualitos a los nazis, con una organización paramilitar igualita a las SA. En ese sentido, sientes que Children of the Atom te pega con un ladrillo, “¿VES LA METÁFORA? ¿TE DISTE CUENTA DE LO INTELIGENTE QUE SOMOS?” In narrative, less is more y ese sobre-esfuerzo pone al cuento lento, pastoso. Imagínate American History X, versión mutantes.

No todo es negativo; las caracterizaciones salvan la patria. Hank McCoy es, a diferencia de lo que uno puede esperar, un amante de los deportes, popular en la escuela, y tiene mucho qué perder si se sabe de su verdad genética. De ese grupo original, he’s the one who is the most together. Warren está haciendo de superhéroe con resultados mixtos, Iceman está aterrado en la cochera de su casa (cuando Charles llega a ayudarlo, parece más bien un rescate), Jean no hace mucho… and then there’s Scott.

Soy medio infame entre mis conocidos porque me encanta Cyclops, que es un personaje que todo el mundo odia. Es como el helado de vainilla: Básico y aburrido, entre tantos otros personajes con personalidades y defectos interesantes. Siempre que alguien quiere hacer algo badass, sale Scott Summers a decir que no, que hay que hacer lo que dice el Profesor y blah, blah. Pero cuando ves de dónde viene, retratado aquí, quizá empieces a entender por qué le admiro y me identifico tanto con él.

Una vez le leí a un fan de Cyclops que “I don’t identify with Scott because of his strength and coldness, I identify with him for the ways in which he sucks”. Scott no era el Justin Timberlake del colegio. Era el paria. Su papá biológico lo abandonó pal’ coño y su padre adoptivo era un patán maldito que lo explotaba en beneficio propio. No podía quitarse los lentes o el resto del mundo sufriría y esto lo diferencia, de entrada, del resto del equipo —todos lucen normales, hasta Warren puede esconder las alas. Para ese Cyclops de los primeros años, no perder las gafas rojas was a huge fucking deal. No era el presidente de la clase, sino el flaquito retraído que leía a Sun Tzu en clases de educación física y que, cuando conoce a Jean, gusta de ella de inmediato, pero no se le ocurre jamás que ella puede gustar de él.

He was a freak and a weirdo, como nosotros que éramos feos y marginados. Aunque hay gente que se queda awkward toda la vida, muchos luchamos para elevarnos por encima de esas limitaciones y convertirnos en lo que los retos piden de nosotros. We struggle the fuck out to take control of our lives and fucking be strong even when we know we are, we’ve been, and we will always be freaks. AND THAT IS WHAT X-MEN IS ALL ABOUT.

En fin. ¿Qué tan importante es Children of the Atom? Léelo. Peca de frontal y a veces se nota que los autores están tratando demasiado de lucir inteligentes. Pero si superas esa barrera de entrada, vale la pena.

Ahora, no es esa la serie la que me volvió fan de la franquicia. La que lo logró, y es una de mis novelas gráficas favoritas es…

2) X-Men: Season One


A mediados de los 2000, Marvel se lanzó un recuento de sus series famosas y X-Men fue la más lograda. El cambio principal, y esto sería revolucionario en esa narrativa, es que el protagonista… es Jean Grey.

Fíjate, cuando la serie empezó, y durante más de una década, Jean no tuvo personalidad. Al igual que Sue Storm y prácticamente todas las mujeres en cómics de la era, era “token female character”, un personaje que es mujer como excusa y concepto, damisela en apuros y, pues, propia de cosas que sólo las mujeres supuestamente hacen.

Acá, es Jean nuestro personaje central y nos es muy fácil simpatizar con ella. Sabe que tiene un talento anormal y está clara de que esta educación en el Instituto Xavier es medio paramilitar, pero su deseo principal es el de encontrarse y aceptarse, que es algo por lo que todos los adolescentes pasan. Uno de los motivos de por qué Kitty Pryde fue tan popular en los 80’ es porque parecía un adolescente normal, que es algo que Jean nunca pareció (ni los demás X-Men, supuestamente son chamos, pero todos lucen como de 38). Ella fue “la chica de Scott”, hasta que pasó a Fénix y entonces toda su personalidad se basó en el Fénix (fue tan absurdo que en un momento de House of M, más de 20 años después, Psylocke gritaría “Must everything be about that stupid bird?”).

Hoy Jean es alguien, y eso empieza en Season One.

Los elementos básicos del mito están ahí: Magneto aparece con su mensaje radical y abundan los romances con el auto-desprecio. El éxito principal de esta novela son sus caracterizaciones Hay un punto en el que el grupo va a un carnaval a pasar el rato y se consiguen con Blob y otros mutantes que pasarán a la Hermandad de Magneto. Y lo que te refleja el enfrentamiento es cuánto se odian los malos a sí mismos.

Nadie pidió nacer diferente. Para muchos, como Jean o Bobby, es fácil de esconder, pero para gente como Blob, ser mutante significa llamar la atención, el odio y la burla de los imbéciles. Y cuando han abusado mentalmente de ti, es más fácil abrazar ideologías radicales.

Uno de mis momentos favoritos ocurre cuando Jean se consigue a Warren en el patio de la Mansión. Ella gusta de él (es el chamo típico del que se enamoran todas las adolescentes del planeta tierra), pero él estaba en una cita con una muchacha normal y Jean asume que no está interesado en ella.
“¿Cómo te fue?” le pregunta.
“Genial” dice Warren. “Comimos y paseamos y fuimos a su casa. Tiene una alberca y me mostró el bote de sus papás y fue muy romántico. Nos besamos, ella se empezó a desnudar y yo… también. Y vio mis alas y le encanté y nos fuimos a volar con ella entre mis brazos”.
Jean alza una ceja.
“¿En serio?”
“No. Me dio demasiado miedo que me viera las alas. Inventé una excusa y maté la vibra y me tuve que venir para acá. La tenía ya en pantys y no me atreví a mostrarle quién soy”.

Y el rostro de vergüenza de Warren, damn.

Porque esa es la otra, el arte de esta novela es excelente. A veces replica cosas de la serie de los 60’, que no funciona muy bien, pero el 90% de las veces es un puto acierto y ese uniforme clásico, de amarillo con negro, nunca ha lucido mejor.

Si tienes que leer una sola novela para empezar X-Men, que sea esta.

Como acotación te recomiendo que, al terminar esas dos, busques una serie llamada X-Men: First Class. No se parece en nada a la película homónima, y tiene un tono mucho más ligero que lo que estamos acostumbrados a leer en este melodrama, pero “actualiza” algunas historias de Lee y Kirby y te ayuda a que consolides esas personalidades del grupo inicial. Es algo como “las aventuras de X-Men”, pero se deja leer.

Además, it has fantastic cover art:


3) Giant-Size X-Men, No. 1.


Este es el tomo que cambió todo no sólo para los mutantes, sino para el panorama de los cómics en general. Es aquí donde nacen propiamente los X-Men.

Los X-Men originales desaparecen en una isla rara y el Profesor X debe formar otro grupo para rescatarlos. Ese otro grupo encarna perfectamente al concepto de la franquicia. ¿Recuerdas lo que dije sobre Scott siendo el único evidentemente freak? En este equipo tenemos a lo que se volvería un dream team:

-         Nightcrawler;
-         Storm;
-         Wolverine;
-         Colossus;
-         Banshee;
-         Sunfire;
-         Y Thunderbird.

Era un equipo internacional donde todo el mundo se ve diferente y tienen personalidades bien marcadas. Chris Claremont tomaría a ese grupo, plus Cyclops y Jean, y los desarrollaría en lo que son los arcos clásicos de la serie, incluyendo a la historia más importante de los 70’, The Dark Phoenix Saga.

Esta es una historia que muestra su edad; hay trappings clásicos de los cómics en su época y no te lo recomiendo como inicio de cajón por eso mismo: Puede parecerte aburrido si no le has agarrado el ritmo al cómic clásico. Pero ahí están personajes que se han hecho amar en una historia que atrapa, al menos hasta su resolución extravagante. Y de aquí puedes arrancar a leer el resto de X-Men por Claremont, así, en cursiva, porque es lectura obligada para todo el que se interese en el arte secuencial.

Cuando lo termines, te recomiendo que lo sigas con un arco llamado Deadly Genesis, que es una historia homenaje-precuela hecha en los 2000, donde ves, primero, cómo esa historia de Giant-Size llegó a darse y, segundo, por qué los fans de la saga consideramos que Charles Xavier es medio bastardo y enfermo.



Y, habiendo leído eso, vamos con LA novela gráfica de X-Men:

4) X-Men: God Loves, Man Kills.


Originalmente concebida como una historia paralela, GLMK ocurrió tras años de Claremont al bate y de un refinamiento brutal en su narrativa. Para este punto conoce a los personajes como si fuesen él mismo y está dispuesto a arriesgarse e ir a rincones francamente oscuros.

La historia te puede sonar familiar, porque es la base de la segunda película: El Reverendo William Stryker (un militar en el cine) tiene una carismática campaña en la que los mutantes son retratados como abominaciones, afrontas vivientes a Dios, generando una ola de violencia y odio racial en el mundo. El Profesor X trata de razonar con él a su forma clásica y digamos que no le va bien, así que queda en manos de los jóvenes mutantes el enfrentar al furibundo racista, rescatar a sus amigos y a su padre adoptivo. Cuentan con un inverosímil aliado: Max Eisenhardt, el terrorista mejor conocido como Magneto.

Para que tengas idea de qué tan darkS es esta historia, abre con el asesinato de dos niños mutantes, posteriormente crucificados. Un crimen de odio en toda regla. Y esta historia es lo que hace a Magneto un tipo interesante en formas en que el Doctor Doom o el Joker, no son: Es malo, pero puedes identificarte con él. Viendo a los cadáveres, Max está harto de la pasividad, sus heridas históricas lo obligan a impedir un holocausto ya en desarrollo y es burda de convincente. Cuando eres diferente, hay gente que te va a odiar sin motivo, que nunca te van a dar una oportunidad y por mucho que pongas la otra mejilla, a veces hay que tomar una acción radical. Sí, Magneto es malo, pero si lo ves desde cierto punto de vista, es el bueno. Motherfucker makes some pretty valid points y cuando tienes a un grupo paramilitar opresor entregado a pisotearte y negarte tus derechos de entrada, no puedes ser Gandhi todo el tiempo.

No te lo niego, GLMK es una historia fea que explora temas oscuros, y cuando la termines te vas a querer bañar. Pero la discriminación no es un tema bonito, cuando tienes a organizaciones como el KKK, partidos neo-nazis y el concepto moderno de “limpieza étnica”. Uno no puede acercarte al tema hoy con ligereza, “le caemos a golpes al malo y todo está resuelto”. Esta es una novela gráfica para adultos y no sólo te hará sentir: te hará pensar.

Y cerramos con una serie espectacular:

5) All-New X-Men.


Como una de las muchas renovaciones de Marvel en su línea editorial, se publicó la forma más fresca que los mutantes han tenido en más de una década. Un nuevo equipo de X-Men… conformado por los cinco originales. Literalmente.

La cosa va así: Por temas que no te voy a explicar ahorita, Charles Xavier está muerto a manos de Cyclops, que, desilusionado tras décadas de lucha, se ha convertido en un criminal proscrito y radical. El tipo, acompañado de Emma Frost, Magneto y Magik, ataca prisiones donde hay mutantes y se enfrenta a los Avengers que tratan de detenerle. No pierde la oportunidad para decir, ante las cámaras, que “Llevo toda la vida por el camino de la paz y no cambió nada, así que vamos a forzar la paz. Si eres un mutante, no tienes que esconderte ni avergonzarte de lo que eres. Únete a nosotros. Te entrenaremos, educaremos y mostraremos que no tienes por qué temerle al mundo”.

Es algo así como el discurso de Magneto, pero mucho más refinado. And he sort of looks like Speed Racer’s brother.

Beast, espantado por la senda que Scott tomó, por el éxito que ha tenido y por las últimas etapas de su mutación degenerativa (por eso es que ha cambiado tanto de apariencia, su mutación es constante y progresivamente salvaje), trae del pasado al equipo original. Está convencido de que ver a quiénes eran, en su inocencia e idealismo, hará al moderno radical entrar en razón.

La versión que se trae del pasado es la de Season One, y el viaje en el tiempo está muy, muy bien manejado. Jean de repente descubre que, en el futuro, se convertirá en un apocalipsis con patas, Iceman descubre que su mutación también es degenerativa, Angel se shockea por el destino horrendo que tuvo su contraparte y Cyclops duda severamente no sólo de que se convertirá en alguien tan diferente a él, sino de su propia capacidad para detenerlo.

Y se cruzan con el equipo moderno y es fan service como debe ser (el momento en que Wolverine se detiene, huele y queda “oh my god. It’s Jean”). Kitty Pryde, que solía ser la adolescente del grupo es ahora la adulto que lleva al Instituto X, y en ese contexto, Jean explora sus capacidades psíquicas y decide que no tiene problema en ser la líder. El desarrollo de Jean es fucking maravilloso, mejor Kitty adolescente que la propia Kitty (Bendis is a genius writing teenagers) y hay tanto que quiero spoilearte que debo emplazarte a que te muevas y la leas ya. Hay un punto en que mucha gente está criseada y Angel quiere volver a los 60’ (“Para ustedes, esta era es maravillosa, pero para mí, es horrorosa. Everybody tells you ‘he does this, and she does that’, but my future is so terrible that nobody dares telling me”) y todo el mundo de repente se calma y se sientan. Y Kitty ve a Jean y es ella la que los ha “relajado” psíquicamente.

“Los voy a calmar y a callar todas las veces que sean necesarias”, dice, trayéndole a todos los mutantes del presente un flashback post-traumático del Fénix. Y eso sólo lleva a máaas problemas y drama y es genial.

Tienes mucho qué leer, pero te garantizo que esto es alta calidad.


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lunes, 18 de septiembre de 2017

Sobre la Nueva Versión de It


Tenía un post listo para hoy lunes, pero ayer vi la nueva versión de It y no quería dejar pasar la oportunidad.

Me gustó mucho; es diferente al libro, aunque más certera que la versión con Tim Curry. Tiene mucho corazón y ahí es donde triunfa, en el tema central.

Hay cosas que le faltan que son elementales a la mitología del libro; Derry, el pueblo en que todo ocurre, está entrelazado con la presencia de “Eso” y mucho del terror en el libro ocurre por la atmósfera, la vibra, una sombra permanente en el pueblo. Stephen logra que sientas una opresión muy parecida a la de vivir en Caracas: Cosas raras pasan todo el tiempo, la gente se muere, la gente desaparece, hay algo constantemente al acecho, y todo el mundo actúa como si nada.

El pueblo es maligno.

El libro es mucho más atrevido, también. Va mucho más lejos, es mucho más oscuro. En la película hay referencias a varios niños desaparecidos y, en la novela, ves en detalle cada una de sus historias (además de que abre con una escena espectacular, ojalá salga en la siguiente peli cómo los adultos se enteran que Eso volvió). Uno de los personajes de la película, Patrick Hockstetter, es muy diferente. Tiene un capítulo sólo para él y te aseguro que no lo vas a olvidar. Los críticos idiotas del libro se están quejando de que hay una escena con los niños que no sale en la película y que es toda escandalosa (si lo leíste, sabes de cuál estoy hablando); ese debate te demuestra que hay social justice warriors que critican sin saber de qué hablan —¿y leer un libro de más de mil páginas? No hay tiempo para eso cuando Instagram es más importante.

La mentada escena es un detallito, pero el capítulo de Patrick es una noche sin luna y sin estrellas. De todo lo que le he leído a Stephen, quizá es lo más oscuro.

En conclusión, la película es muy buena, pero nada puede superar al nivel de detalle que consigues en las sopotocientas páginas del material fuente. Y Steve en sus libros es normalmente bueno, pero en sus libros largos brilla. E It es uno de los más largos.


Una sola crítica: El cine de terror está plagado de ejemplos que demuestran que no hay que acompañar a las escenas de miedo con ruidos fuertes. Un ruido de golpe, el llamado “jump scare”, te agita porque te pega de repente, pero no se queda contigo como un terror bien inducido sí. Esta peli tiene demasiados jump-scares y puede aprender de obras maestras cuyas escenas más escalofriantes son prácticamente silenciosas.


Nos vemos mañana.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

BLONDIE - Just Go Away

Parallel Lines es un disco perfecto.

Todo lo que he estado subiendo con el tag Radio Sympathy ha sido puro Blondie, pero this is my party and I cry if I want to.

New wave doesn’t get better than this, guys.