Sobre Dahmer vamos a hablar los domingos, es un excelente tema para un día
de paz y tranquilidad y armonía. Antes de que entremos en materia déjame
decirte mis fuentes, para que sepas que no estoy inventando cosas a lo loco y
para que tú mism@ te lances tu investigación, si te apetece. Mis fuentes
principales son:
BIBLIOGRÁFICAS:
· My Friend Dahmer, novela gráfica de Derf Backderf;
·
Grilling
Dahmer, por Patrick Kennedy y Robyn Maharaj;
·
The
Shrine of Jeffrey Dahmer, por Brian Masters;
·
A
Father’s Story, por Lionel Dahmer;
·
The
Jeffrey Dahmer Case: A Psychiatric and Forensic Study of a Serial Killer, por Jeffrey
Jentzen, George Palermo, L. Thomas Johnson, Khang-Cheng Ho & K. Alan
Stormo.
DOCUMENTALES:
·
Entrevista
con Stone Phillips;
·
Entrevista
con Inside Edition;
·
The
Jeffrey Dahmer Files (documental);
·
Mind
of a Monster: Jeffrey Dahmer (documental).
Otra cosa: Aunque voy a evadir
algunos detalles desagradables porque este no ese tipo de blogs, sí hay cosas
que son imposibles de evadir. Es decir que estos
posts van a ser pesaditos, horrorosos y potencialmente desagradables. Abstente
si sabes que este tipo de cosas te afectan.
Vamos, pues.
CAPÍTULO UNO
“Episodio Uno”
Cuando esta serie arranca,
hay algo de contexto que es importante. Ahí tú ves que Jeff está jalando birra
y anda con un cuchillo ensangrentado y el apartamento no luce muy bien. Bueno,
para este momento en la historia, 22 de Julio de 1992, Jeffrey Dahmer está
perdido completamente en su psicosis. Esto es una fase que sucede con
frecuencia en los asesinos en serie, y suele ser cuando los capturan; hay
autores que le asignan una variedad de nombres, yo me voy con la “blood-lust
phase”, que es cuando la personalidad del delincuente se ha fragmentado tanto
que es esclavo de su compulsión, es literalmente lo único en lo que piensa y a lo
que le dedica sus 24 horas.
Cuando Jeff tomó la
elección de que ya no iba a controlar sus impulsos e iba a perseguir víctimas
activamente, él se cuidaba mucho de preservar su apariencia de normalidad—que
ya veremos que incluso con esto tenía dificultades. Ya estaba trabajando en la
Fábrica de Chocolates Ambrosia y su rutina era trabajar de lunes a viernes, y
el sábado perseguir víctimas. Now
brace yourself because this is when we get ugly: El viernes, Jeff iba a los
clubes a ver qué conseguía. Esa noche se llevaba a una víctima a
casa y la retenía con vida, sedada, lo más posible, que era hasta la temprana o
mitad de la mañana del sábado. Ahí estrangulaba a la persona (con las manos
primero y después con una correa), y se quedaba con el cuerpo hasta el domingo,
que es cuando la evisceraba, un proceso que él dijo que le tomaba unas dos
horas. El lunes iba al trabajo y pasaba toda la semana pensando en lo que hizo,
y en lo que iba a hacer.
Bueno, ya para ese último
año, esos últimos seis meses, Jeff había perdido control total. Tenía
diferentes pedazos de cadáveres en diversas partes del apartamento, llegó a
bañarse con un cadáver en la bañera, al que tenía en hielo y él se bañaba con
agua fría hasta que ya dejó de bañarse, y tenía por lo menos tres semanas
consumiendo carne humana exclusivamente. Él muy de vez en cuando pedía el día
libre en el trabajo antes, y ahora pedía días libres con tanta frecuencia que
se volvió infame por eso, y eventualmente lo botaron del trabajo. Ahí también
estaba a punto de perder ese apartamento; todo el mundo que vivió cerca de
Jeffrey Dahmer, notaba la pestecita, pero él siempre daba una de las tantas
excusas que tú ves en la serie. Bueno, resulta que esto tiene años pasando y ha
llegado a un punto en que—dada la multitud de cadáveres y piezas que Jeffrey
tiene en el apartamento—la peste es permanente e insoportable, se siente desde
el pasillo y llega a otros pisos. El conserje de los Apartamentos Oxford llegó
a pararse en el apartamento de arriba, el 313, y la vaina olía como si fuese
ahí.
Es por esto que el
conserje, que siempre se llevó bien con Jeffrey, ya había perdido la paciencia
y le pidió que por favor desalojara a fin de mes—en esa última semana, le
cambió la letra y le dijo que fin de mes era muy difícil y que desalojara lo
antes posible.
Como tú entenderás, esto
planteaba una serie de complicaciones importantes porque Jeff tenía, en
palabras de uno de los forenses que se involucraría en el caso, “un museo en
ese apartamento”. Ante la posibilidad cierta de quedar en la indigencia,
Jeffrey recurrió, como siempre, a su abuela, que se comunicó con la Salvation
Army y pidió que tuvieran un lugar apartado para su nieto, que podía llegar de
un momento a otro y sin advertencia.
Jeffrey estaba, por
supuesto, estresado porque tenía un pocotón de cosas que no quería perder y
estaba claro que su contacto con la realidad estaba fracturado. Pero esto no le impidió seguir loqueando. Unas 48
horas antes del 22 de Julio, Jeffrey había matado a su última víctima fatal,
Joseph Bradehoft, y ya lo había despedazado a él y a la víctima anterior,
Oliver Lacy, y el comportamiento de Jeffrey ese día es interesante si te
interesa el tema de la compulsión y cuánto autocontrol él tenía en ese momento
(tema fundamental a la hora del juicio).
Joseph Bradehoft |
Jeff sale del apartamento
alrededor del mediodía y se va a sus puntos habituales, particularmente un
centro comercial que quedaba relativamente cerca. Ahí le propuso a varias
personas que fueran con él a cambio de $50 fáciles. Mind you, para este momento
Jeff no tenía un centavo. Un compañero del trabajo se cruza con él en una
parada de autobús y nota que a Jeffrey se lo llevó el diablo, y pocos momentos
después se lo consigue otra vez en esa misma parada, pero estaba hablando con
un hombre.
En esto pasa todo el día hasta que se cruza con Tracy
Edwards, con quien ya se había conseguido dos veces antes, haciéndole la
propuesta famosita. En esta ocasión, que no fue en un club gay, Tracy sí estaba
con dos amigos y el tema de dinero fácil por unas fotos le sonó bien. Es notable,
también, que Jeffrey era capaz de aparentar cierta normalidad durante estos
momentos y era capaz de pensar con malicia, factores que serían importantes
para fiscalía después.
Alguien más que andaba con
Tracy era su hermano gemelo, Terrence, quien al oír del plan se opuso
firmemente. En un momento, Terrence entra a un local a buscar a alguien con
quien andaba y cuando sale, ya Jeffrey y Tracy no estaban. El grupo fue a un
hotel donde Jeffrey dijo que iban a estar (dando, efectivamente, una dirección
incorrecta), y después de esperar por un par de horas, concluyen que Tracy está
en problemas.
Todo lo que la serie
muestra que pasó en el apartamento es bastante preciso. Tracy Edwards pasó unas
dos horas con Jeffrey Dahmer, manipulándolo para que no se volviera demasiado loco y cuando escapa, ojo aquí,
lo hace completamente desnudo y con las esposas colgando de una muñeca.
Ahora, el deseo de Tracy
cuando lo para la policía es que le quiten las esposas y ya. Vivía a distancia
de a pie de donde estaban, y él sabía que si esto escalaba, la gente se podía
enterar que él era gay, which was a massive no-no (y de hecho Tracy mantuvo
durante años que no era gay y que fue con Jeffrey porque “era un tipo amistoso”).
De ese mundo estamos
hablando, y esto es importante: En 1991, en una área metropolitana, si un
maldito bicho loco te atacaba en una aventura gay, tú preferías barrer la cosa
bajo la alfombra antes de que eso trascendiera, porque tendrías que enfrentar
consecuencias de importancia.
Otra cosa loca es que a la
policía le parecía bien barrer el asunto bajo la alfombra también, y sólo se
acercan al apartamento 213 cuando las llaves que ellos tenían para las esposas
no calzan en lo que Tracy tenía en la muñeca. Todo lo que sucede a continuación
es tal cual como se ve en la serie.
O sea que si por
casualidad las esposas se hubiesen abierto, Jeffrey Dahmer habría escapado una
vez más.
Tracy Edwards |
Hay dos imprecisiones
importantes: Cuando Jeffrey es arrestado y lo sacan, como decimos en Venezuela,
“con los ganchos puestos”, todo el mundo pensaba que él había sido la víctima de un altercado, no el victimario. Apestoso
y todo lo que tú quieras, pero Jeff no era un tipo amenazante. Lo otro es que
Lionel, el papá, se entera porque cuando ya están los forenses ahí revisando
todo, Lionel llama por teléfono—no lo llaman a él. Atiende un oficial de
policía y Lionel le explica que ha estado tratando de comunicarse con su hijo
por un tiempo y que si todo estaba bien. El policía le dice que, oye, vale, “Bien”
así como “bieeeen” no, no están bien las cosas. Pero Jeff está vivo e ileso, “Alguien
lo va a llamar dentro de unas horas para darle más detalles”.
CAPÍTULO DOS
“Por Favor, No Te Vayas”
Pat Kennedy |
La entrevista inicial con
Jeffrey Dahmer la hace el detective Patrick Kennedy, que es el tipo de pelo
castaño y bigotes que sale en la serie. Pat Kennedy lamentablemente ya no está
con nosotros, pero es necesario decir que ese man era un tipazo y un excelente policía. Él describe en su libro que su
acercamiento a los interrogatorios era siempre empático y siempre con la idea
de hacerle ver al delincuente que él estaba ahí para ayudar y para aliviar la
carga, cosas que fueron súper efectivas en este caso.
Al principio, Jeffrey
estaba evasivo y no es sino hasta que él pregunta si su papá se tenía que
enterar de esto, que todo colapsa y él decide confesar.
“Bueno, Jeffrey, yo pienso
que sí se va a enterar”, le dijo Pat, “porque ahorita están los forenses en tu
casa y parece que hay muchas cosas importantes que encontraron ahí”.
Ante esto, Jeffrey pela
bien los ojos y le dice “My house? You mean they’re in my house right now?”
Y ahí es que se produce la
letanía, que empieza con el homicidio de Steven Hicks en Ohio, en 1978. Pat
Kennedy dice que cuando él empieza a hablar con Jeffrey, él quería saber sobre
la cabeza que estaba en el refri, y nadie le había dicho más nada de ninguna
otra víctima. Jeffrey arranca a conversar de otra cosa que pasó hace más de
diez años, y de ahí pasa a otro caso y habla de violaciones y descuartizamientos
(todavía no hablaba de necrofilia y canibalismo) y en eso pasan como dos horas.
Pat pausa para buscar más café y en el pasillo se consigue con un colega.
“Bicho, ¿qué te contó el
loco ese?”
“Psss, puras vainas locas,
fantasías. Que mató a un poco de gente y la picó y qué sé yo, cuentos chinos”.
“No, no”, el otro
detective agarra a Pat de los brazos. “Es verdad. Consiguieron un poco de
cuerpos en el apartamento, ¿nadie te dijo nada? Hay más de una víctima en esto”.
Y ante eso Pat quedó boquiabierto
y dice que ahí sí agarró su libreta, su buena jarra de café, y entró otra vez
al cuarto bajo otro enfoque, tomándoselo todo en serio.
Lo que la serie muestra
sobre la infancia de Jeff es acertado. Nadie sabe exactamente cuál era el
problema con la madre, Joyce Dahmer. Depresión posparto lo explica pero sólo
hasta cierto punto, y hay incidentes que no tienen ninguna explicación. ¿Es
posible que las pastillas que ella estaba tomando hayan influido en el feto? No
lo sabemos. También se ha especulado que Jeffrey pudo ser asperger o
neurodivergente que, de nuevo, puede explicar algunas cosas pero no todas y
esto es algo que nunca sabremos. Hay que decir, y esto es clave, que la gente
neurodivergente no es agresiva—si acaso, son más propensos a ser víctimas que
victimarios. Así que cuidado con esa teoría.
Lo que sí resulta claro es
parte del diagnóstico al que llegó todo el mundo que lo analizó, y sobre lo que
hablaremos en otro post.
Todo lo del maniquí es
real. Esto fue en la fase de “niño bueno” de Jeffrey Dahmer, que sabemos que de
bueno no tenía nada because you don’t go around raping people when you mean to
be good. Otra cosa que Jeff estaba haciendo en este período era el tema de ir a
cementerios y funerales, pero de eso hablaremos más adelante también.
Konerak Sinthasomphone |
Y aquí llegamos a la
famosa historia de Konerak Sinthasomphone. Esto no se produce como en la serie,
afuera de una liquor store, sino en un centro comercial. Jeffrey le ofrece a
Konerak comprarle unos zapatos y darle plata por unas fotografías, y no está
claro si el chamo de 14 años sabía con quién estaba tratando, siendo Jeffrey el
violador de su hermano Somsack. Sí sabemos que Jeffrey no sabía sobre esa
relación entre víctimas, cómo él mismo le admitió a la policía después, y “Si
hubiese sabido eso, no lo habría abordado”. No sé si tú le creerás.
Todo lo que sucede luego
en la serie es acertado.
Nicole Childress |
Cuando Konerak huye del
apartamento, quien se da cuenta no es la famosa vecina y esto no pasa afuera
del edificio; el chamo camina como media cuadra y está haciendo más o menos
escándalo, y ahí es cuando una joven de
17 años vecina de la zona, Nicole Childress, se da cuenta de que un chamo
obviamente menor que ella anda por ahí desnudo. Cuando se le acercan, notan que
Konerak está sangrando por el recto (cosa que ella todavía sostiene hoy y que la
policía niega) y llaman a la policía y es durante la llamada al 911, no
después, que se presenta un sujeto bien parecido, rubio pero desaliñado.
Konerak lo reconoce y trata de alejarse de él, pero Jeffrey pone su mejor cara
cuando llega la policía y hasta los bomberos llegan para ver que el chamín está
bien.
Facts:
La policía sí se creyó que
Konerak era mayor de edad. Sí se creyeron que estaba rascadísimo y que los dos
eran pareja. Jeffrey era educado y bastante en control (después admitiría que
cuando vio a la policía, se puso sobrio de golpe). La policía sí los acompañó
al apartamento y sí los dejaron solos, a pesar del olor, y sin revisar bien el
inmueble. Todo eso es verídico.
La llamada que vemos al final del episodio la hace la tía de Nicole Childress, convencidas todas de que este era un menor de edad. Cuando Konerak desaparece y sale su foto en la prensa, llamaron a la policía pero nadie les prestó atención.
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