domingo, 9 de junio de 2019

Explicando Chernóbil (V)



Para la entrega pasada, haz click aquí.

La mitad de este capítulo ya lo habíamos visto.


Bueno, llegamos al final. ¿El juicio de verdad fue así?

En parte; las exposiciones no las hicieron Legasov ni Shcherbina, aunque todo lo referente a ellos está bien retratado.

What the fuck does that  means?

La salud de Shcherbina sí se vio afectada de manera significativa. De hecho, durante la liquidación, tuvo que hacer pausas para recuperarse en un hospital.

El cuento de Legasov es incluso más interesante.

Después de que la liquidación “terminó” en su aspecto más urgente, en diciembre del 86’ (y las comillas son porque hubo trabajos que siguieron hasta los 90’), Legasov pensaba que he was getting what was coming to him. El carajo sí fue a Viena a dar un discurso sobre el accidente que supuestamente era sincero, y todos los medios y científicos de la comunidad internacional se sorprendieron gratamente con “esa muestra de sinceridad soviética”, hasta que uno de ellos llamó la atención sobre el reporte escrito: varias cifras no tenían sentido.

Efectivamente, la KGB había eliminado hojas del documento. Legasov lo sabía y, cuando todos se dan cuenta, ya estaba de vuelta en Moscú. La jugada de Viena se vio como un éxito de relaciones públicas.

¿O sea que el carajo todavía era comunista?

Por supuesto, eso que dicen de él, y que vimos en la entrega de hace unos días, es así mismo: él era parte del sistema. Había vivido toda su vida bajo el régimen soviético y supo florecer en él.

Los problemas vinieron por el glasnost.

Habla bien.

“Glasnost” es la política de apertura de Gorbachev, particularmente en lo referente a libertad de expresión. En una nación que nunca había experimentado libertad de prensa, ahora había gente criticando ampliamente al gobierno en los medios. No como lo haríamos en occidente (ni como lo hacíamos en Venezuela antes de que Chávez tomara el poder), pero sí se decían cosas y el Estado lo permitía.

Viendo aquello, y quizá acosado por la culpa, Legasov empezó a escribir artículos sobre la verdad del accidente.

¿Cuál verdad?

Que los tres ahí sentados, en el juicio, eran chivos expiatorios. Que si tú quieres buscar al verdadero culpable, tendrías que irte a quienes diseñaron a un sistema paternalista donde se supone que el Estado sabe qué es lo mejor para los ciudadanos y contradecir a las políticas oficiales equivale a contradecir al pueblo. Es ese problema de secretismo y orgullo lo que condujo a problemas técnicos que eran conocidos, pero nadie le metió mano porque el Partido no se equivoca. Siempre es sabotaje, injerencia extranjera, nunca es culpa de los funcionarios nacionales.

Esto radica en el corazón del Marxismo: se supone que el Partido es el agente de la voluntad del pueblo, y el pueblo no se equivoca.

Pero el pueblo no hizo esto.

No; esa es la excusa ideológica. Si tú quieres responsables, ¿a quiénes arrestas, a todos los chivos del Instituto Kurchatov, que sabían de esto y se hicieron los locos? ¿A la Academia de Ciencias de la Unión, que trató de barrer el problema bajo la alfombra? ¿Al propio Gorbachev, que se esmeró en seguir como si nada, ya sabiendo los efectos del desastre? Era mucho más fácil echarle la culpa a tres pendejos.

Viktor Bryukhanov estaba entregado a su destino. Era un tipo que conocía bien la burocracia comunista (por eso llegó tan lejos, tan joven) y sabía que nada de lo que hiciera lo iba a ayudar. De hecho, tratar de defenderse podía empeorarlo todo. Cuando le preguntaron durante el juicio quién creía él que era responsable de lo que pasó, Bryukhanov dijo “El gerente de la planta. Todo lo que pasa es conocimiento y responsabilidad del gerente”.

Suicida.

No tenía de otra. Después de salir de la cárcel, se consiguió otro puesto gerencial y ahí fue dándole, lejos del ojo público.

El cuento de Fomin es más loco aún: estando preso, rompió los cristales de sus lentes y trató de cortarse las venas con ellos.

Sólo un comunista saldría con semejante esfuerzo mediocre por suicidarse.

Me recuerda lo que dijo Stalin cuando supo que su hijo trató de suicidarse y falló. “Ni eso puede hacer bien”.

Jajaja, maldito Stalin.

Ese es un personaje para otro día.

La cordura de Fomin siempre fue frágil y, efectivamente, al salir de prisión, volvió a trabajar en ingeniería nuclear porque, fuck our lives. Durante el juicio lloró y pidió clemencia. ¿Ese tipo soberbio que vimos en el primer capítulo? No volvería a serlo el resto de su vida.

De los tres, es cierto que Dyatlov fue el más respondón y es verdad que dijo que, mientras todo pasaba, él estaba en el baño.

¿Por qué no reconocer su parte?

Era su naturaleza. Se pasó el resto de su vida tratando de defenderse y reivindicar su imagen.

Espero que sin éxito.

Esperas correctamente.

¿Legasov sí paró en un cuartico donde le cantaron las cuarenta y lo asesinaron social y profesionalmente?

No creo que haya sido así como sale en la serie, pero el Estado sí se esmeró en pisotearlo. Cuando dije que “he expected what was coming to him” quise decir que este carajo esperaba ascender más en la cadena, esperaba ser director del Instituto Kurchatov, esperaba que sus colegas reconocieran su contribución en salvar a Europa.

Pero en vez de ascender, lo fueron hundiendo. Cuando el Estado vio el tono de sus conferencias y sus artículos, resulta que más nadie quería escucharlo. En un momento en que se supone que hay más apertura, a él lo censuraron en todo sentido. Trató de fundar su propio instituto científico, y no consiguió una sola mano amiga, recibiendo una negativa rotunda del Estado el 26 de abril de 1988, dos años exactos después del accidente en Chernóbil. Ese día visitó a su hija y en la noche, cometió el último (y exitoso) de sus intentos de suicidio.

¿Trató varias veces?

Estaba muy deprimido, tanto por lo que vio como por el castigo moral que le cayó. Su muerte sí tuvo el efecto de apertura sobre el accidente que él buscaba.

¿Ya pa’ qué?

Sí fue importante porque la vaina sacudió al mundo: bro, velo otra vez contexto. Este es el carajo que representó al gobierno en Viena, el tipo que dirigió la liquidación del peor accidente nuclear en la historia. Si él decía que los putos reactores soviéticos estaban dañados de fábrica, you better believe him. Hay algo brillante que sale en la serie, cuando le preguntan por qué las barras de control tienen una punta que potencia la reactividad, y él responde “Por la misma razón que todo lo demás es una mamarrachada: es más barato”.

En efecto, todos los reactores de ese tipo sufrieron modificaciones para hacerlos más seguros, o fueron retirados definitivamente. Es lo único bueno que podemos decir del accidente: le hizo ver al mundo lo delicado de este juego.

Eso, y que jodió a la Unión Soviética.

Of course. Chernóbil fue una puñalada en el costado del que no se recuperaron, sobre todo económicamente.

La conclusión se la quiero dejar a Higginbotham, que lo expresa en su libro mucho mejor que cualquiera. Traduzco:

“Para los últimos gobernantes de la URSS, las fuerzas destructivas más fuertes liberadas por la explosión del Reactor Número Cuatro no fueron radiológicas sino políticas y económicas. La nube de radiación que se fugó por Europa, volviendo a la catástrofe una cosa imposible de esconder, forzó a la apertura de Gorbachev en las gargantas de hasta el más conservador político del politburó. El secretario general entendió que hasta la burocracia nuclear estaba atacada de secretismo, incompetencia y estancamiento, las mismas cosas que pudrieron a todo el Estado. Tras el accidente, frustrado y furioso, (Gorbachev) confrontó a la necesidad de un cambio más profundo y más perestroika, como la única medida para salvar al experimento Socialista antes de que fuera demasiado tarde.

Pero una vez el Partido relajó sus riendas en el flujo de información, fue imposible recuperarlas. Lo que empezó con reportes abiertos sobre Chernóbil—noticias en Pravda e Izvestia (los periódicos de la Unión, NdelT), siguió con documentales en la televisión y testimonios personales en revistas, ampliándose para incluir discusiones abiertas sobre asuntos sociales que durante mucho tiempo estuvieron censurados, incluyendo drogadicción, la epidemia de abortos, la guerra afgana, y los horrores del estalinismo. Lento al principio, pero ganando fuerza, el público soviético fue descubriendo las profundidades de los engaños, no sólo sobre el accidente y sus consecuencias, sino sobre la ideología e identidad que servía de base a la sociedad. El accidente y la incapacidad gubernamental para proteger al pueblo finalmente quebrantaron la ilusión de que la URSS era una potencia global armada con la mejor tecnología del mundo. Y, cuando los esfuerzos oficiales por esconder la verdad se hicieron públicos, hasta el más ferviente ciudadano soviético concluyó que sus líderes eran corruptos y el sueño comunista era una farsa.

Poco después del suicidio de Valery Legasov, Pravda publicó un extracto editado de sus grabaciones sobre Chernóbil, donde se describe la desgraciada ausencia de preparación para la catástrofe y la larga historia de fallos que la causaron. “Después de que visité a Chernóbil, llegué a la conclusión de que el accidente fue la apoteosis inevitable del sistema económico diseñado por la URSS durante décadas”, dice el testamento, publicado como “Es Mi Deber Decirlo”. Para septiembre de 1988, en evidencia de lo rápido que cambiaban las cosas, el politburó aceptó la petición de sus ciudadanos para abandonar la construcción de dos plantas nucleares nuevas, incluso cuando una de ellas, a las afueras de Minsk, estaba casi completa.

Diez meses después, el ingeniero nuclear Grigori Medvedev publicó un exposé sensacional del accidente en Novy Mir. A pesar del glasnost, a Medvedev le tomó dos años publicar el texto, luchando una clandestina guerra con la KGB y una comisión de censura sobre Chernóbil, dirigida por Boris Shcherbina, que temía, con razón, que el recuento de Medvedev revelara sus acciones sobre Prípiat. Una reconstrucción minuto a minuto de los eventos del 26 de abril, basada en sus visitas a los lugares y docenas de entrevistas y testigos, el Chernobyl Notebook de Medvedev fue explosivo. Describe a Viktor Brukhanov como un tonto manipulable, a los mandarines de la industria nuclear soviética como mezquinos e incompetentes y muestra a los retrasos de Shcherbina en evacuar a la desgraciada atomgrad. Una introducción a la historia fue otorgada por el disidente más famoso de la URSS, Andrei Sakharov, recientemente liberado de su exilio por Gorbachev.
(…)

Y mientras se acercaba el tercer aniversario del accidente, Moscow News reportó sobre una granja comunal en la región ucraniana de Zhitomir, 40km al oeste de la zona prohibida, donde se descubrieron puntos activos de estronio 90 y cesio 137. Granjeros de la zona observaron un acentuado acenso en los defectos de los animales, describiendo a cerdos que nacían con cráneos deformes y ojos similares a los de ranas, terneras que nacían sin patas, ojos o cabezas. Un miembro de la Academia de Ciencias de Ucrania, en Kiev, le dijo a la prensa que los descubrimientos eran “aterradores” e insistió en la inmediata evacuación del área. Un representante del Instituto Kurchatov desmeritó la conexión entre las deformidades y el accidente, culpando a los fertilizantes y a los granjeros. En octubre de 1989, el periódico Sovietskaya Rossiya, reportó que cientos de toneladas de cerdo y res contaminadas con cesio radioactivo se mezclaron en secreto dentro de salchichas y se vendieron a compradores inocentes a lo largo de la Unión en 1986. Aunque los trabajadores de la industria culpable recibieron un bono por la exposición que recibieron a la radiación, un reporte siguiente al politburó dijo que la salchicha de Chernóbil era perfectamente apta para consumo y fue procesada “en estricto respeto a las recomendaciones del Ministerio de Salud de la URSS”.

Menuda garantía, ¿eh?


1 comentario:

  1. Hola, soy Theresa Williams. Después de estar en relación con Anderson durante años, él rompió conmigo, hice todo lo posible por recuperarlo, pero todo fue en vano, lo quería tanto por el amor que tengo por él. Le rogué con todo, hice promesas pero él se negó. Le expliqué mi problema a mi amiga y ella me sugirió que prefiriera contactar a un lanzador de hechizos que podría ayudarme a hacerlo, pero soy del tipo que nunca creyó en el hechizo. No tuve más remedio que intentarlo. Envié al lanzador de hechizos, y él me dijo que no había ningún problema de que todo estará bien antes de tres días, que mi ex volverá a recibirme antes de tres días, lanzó el hechizo y, sorprendentemente, en el segundo día, eran alrededor de las 4 de la tarde. Mi ex me llamó, estaba tan sorprendido, respondí a la llamada y todo lo que dijo fue que lamentaba tanto lo que había sucedido que quería que volviera con él, que me quiere tanto. Estaba tan feliz y fui a verlo así fue como empezamos a vivir felices juntos de nuevo. Desde entonces, he prometido a cualquier persona que conozco que tiene un problema de relación. Sería de gran ayuda para esa persona al referirla al único verdadero y poderoso lanzador de hechizos que me ayudó con mi propio problema. Su correo electrónico: {drogunduspellcaster@gmail.com} puede enviarle un correo electrónico si necesita ayuda en su relación o en cualquier otro caso.
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