Como de costumbre, he estado desaparecido de estos lares; tengo un post
escrito sobre The Walking Dead y por qué se diferencia tanto del cómic y sólo
me falta editarlo, pero capaz nunca lo haga porque no me gusta tanto cómo
quedó.
Lo otro que ha pasado es que mi banda está finalmente tocando en locales
y entrando en la movida y ha sido muy cool. Ya había tocado ante gente, pero
nunca en lugares with an actual backstage donde te invitan comida y bebidas y
te preguntan cuánto cobra el grupo. Si me hubiesen dicho hace tres años que iba
a estar en una banda con Ingrid Dreissig, I would have choked on anxiety, y a
veces me siento como CJ Ramone entrando a Blondie o a Garbage. Este sábado tenemos
toque con Agente Extraño. Un honor medio surreal compartir tarima con esos
panas.
Y total que entre Chronicles,
la banda, la ficción que escribo que algún día puede convertirse en un libro si
los astros se alinean y tratar de tener una vida social más o menos decente, no
tengo mucho tiempo libre.
AND THAT SHIT ENDS NOW. LET’S GEEK OUT WITH OUR COCKS
OUT.
Shazam. ¿Quién es, por qué se llamaba “Captain Marvel” sin ser un héroe
de Marvel y por qué se parece tanto a Superman?
Bien, la pregunta nace por la película que viene:
Para entender de qué va este tema, tenemos que hablar primero de cómo
funciona la industria del cómic. De nuevo te refiero a este post, que es como la serie núcleo de este blog. Los
cómics son divididos históricamente en “eras” que no están estrictamente
definidas. En términos generales, todo empieza con la Era Dorada y ese primer
capítulo de Action Comics en donde Superman aparece levantando un carro. Con la
publicación del personaje, se abre la era del superhéroe, un subgénero del arte
secuencial a medio camino entre la ciencia ficción y la fantasía, obligado a
convivir con otros géneros, como los vaqueros, los cómics de guerra, de
aventuras en la selva, de mafiosos, de romance y así. Lo clave de la Era Dorada
es que las reglas no estaban escritas y
la industria se iba descubriendo sobre la marcha. Por eso es que es tan
estúpido comparar al Batman de la Era Dorada con el moderno: son dos personajes
totalmente diferentes que se regían por reglas distintas. Dado que los cómics
eran vistos como entretenimiento para los idiotas que no pueden lidiar con
novelas en prosa, los autores contaban con libertad casi plena. Batman
tiroteaba a mafiosos, el Capitán America le partía la cara a Hitler y Superman
era un sociópata. Normal.
Eso cambia con la aparición de Frederick Wertham y su infame libro, Seduction of the Innocent.
Médico psiquiatra que participó, por cierto, en el equipo de defensa de
Albert Fish (un pederasta caníbal que se comió a una niñita y le mandó una
carta a los papás explicando el proceso), Wertham concluyó que todo lo que
estaba pasando en los años 50’, con el nacimiento de la cultura adolescente, el
rock and roll, los carros rápidos y el vandalismo, se debía a que esos jóvenes
se criaron leyendo cómics, historias inmorales donde Batman compartía la cama
con un muchacho mucho menor en práctica vida de pareja, y donde se
descuartizaba a la gente.
Porque el titán del medio no era DC (mucho menos la inexistente Marvel),
sino EC Comics, del genial Bill Gaines. Originalmente publicando historias
educativas y religiosas (!), EC (que empezó simbolizando “Educational Comics” y
terminó siendo “Entertaining Comics”) se apoderó del mercado con historias de
suspenso, crimen y terror. La influencia de esta empresa no puede ser
subestimada: tenían narrativas mucho más sofisticadas que lo que se publicaba
en la era y sus historias de terror, retratadas en Tales From the Crypt, The Vault of Horror y The Haunt of Fear, son tan influyentes que HBO sacó una serie (Cuentos de la Cripta) en los 90. Prohibido confundirla con el otro Cuentos de la Cripta.
Una historia clásica de EC funciona como un chiste: alguien bien maldito
lleva una vida de pecado y el destino, con agrio sentido del humor, le ajusta
las tuercas. Hay un capítulo cuyo nombre se me escapa, donde un pelotero pendenciero
se llena los tacos de los zapatos con veneno para, al barrerse en primera base,
envenenar al jugador del equipo contrario (que, en efecto, se muere). Bueno, el
equipo contrario captura al tipo, lo descuartizan y terminan jugando béisbol
con sus tripas. Tú ves todo eso en la página, en colores fríos que recuerdan a Night of the Living Dead (de
hecho, Romero dijo que para Night y Dawn of the Dead, intentaba
emular el tono gráfico de esos cómics).
Bueno, la vaina llevó a una cacería de brujas y audiencias ante el
senado de los Estados Unidos, que concluyó que las historias eran,
efectivamente, inmorales, y así nació el Comics Code Authority, la censura de
la industria. Las reglas del Code imponían estupideces tipo “Ningún arma de
fuego realista puede salir en las páginas, no puede haber historias de zombis
ni vampiros ni sangre, el malo nunca puede salir ganando” y tal. En otras
palabras, todo lo que EC estaba haciendo se acabó de un día para otro
(iniciando la Era de Plata), y gigantescos talentos del medio (Joe Orlando,
Jack Kamen, Wally Wood) se quedaron en la calle.
Y el principal promotor del Code fue su principal beneficiario: DC
Comics.
DC (llamada entonces “National Comics”), se convirtió en el titán de
ventas comprando a la competencia, o sacándolos del negocio con triquiñuelas
legales. Y eso es exactamente lo que pasó
con Shazam.
Fíjate: el exitazo que representó la publicación de Superman implicó un
feeding frenzy donde todo el mundo se copiaba de todo el mundo, sin mayores
repercusiones. Batman, por ejemplo, empezó como un fusil de The Shadow con el
Zorro, y de ahí evolucionó bajo la pluma de Bill Finger, para convertirse, poco
a poco, en una criatura original.
El personaje que hoy conocemos como Shazam arrancó como “Captain Marvel”,
de Fawcett Comics, una respuesta casi inmediata a Superman. Los conceptos son idénticos:
ambos lucen igual (parecen hermanos), tienen poderes muy parecidos y sus
elencos son súper parecidos (see what I did there?). Supes es Clark Kent y
Marvel es Billy Batson, realmente la misma metáfora: la persona que menos te
esperas tiene todo el poder en la palma de la mano.
O sea, esta es la portada de la primera historia de Superman…
Y esta es la primera historia de Captain Marvel:
Pero así como Batman evolucionó, Captain Marvel también se fue
convirtiendo en otra cosa. Las historias se fueron volviendo más extravagantes,
más sofisticadas y mientras Superman, el hombre más poderoso del mundo, luchaba
contra mafiosos, Captain Marvel peleaba contra dictadores galácticos, robándose
la audiencia del pionero héroe americano. Para mediados de los años cuarenta,
Captain Marvel se publicaba dos veces a
la semana, que es una vaina que ni siquiera hoy es feasible. Mucho se ha
especulado sobre por qué, si los dos eran prácticamente el mismo personaje, uno
era más popular que el otro. Se lo atribuyo a la identificación del lector;
mientras Clark era un periodista nulo, Billy era un chamo que se emocionaba por
las aventuras que vivía su alter-ego y a veces le hablaba directamente al
lector, como Deadpool haría cincuenta años después. El personaje originalmente
se iba a llamar “Captain Billy” y queda bien descrito con las palabras del
editor en jefe de Fawcett: “Le pedí a mi equipo que me crearan a un personaje
idéntico a Superman, pero en vez de ser un reportero, que sea un niño”. Boom.
¿Qué hizo National Comics?
Demandó a Fawcett por violación a los derechos de autor (más de diez
años después de la “violación”) y contrató a Otto Binder, escritor de Captain
Marvel, para que aplicara en Superman lo que ya venía haciendo. Superman se
reinventó y, sólo por si acaso, National compró al personaje de Captain Marvel.
O sea, DC demandó a otra empresa por fusilarse a su personaje, y
contrató luego al escritor del fusil para que volviera al producto original una
cosa más parecida al fusil.
¿Me sigues?
Ahora, la sentencia a favor de National tiene un detallazo: Captain
Marvel como tal no es una violación de la propiedad intelectual, sino algunos elementos del personaje.
Por ejemplo, ¿la pinta y los poderes? Violación. ¿El nombre y el concepto?
Original.
Esto es clave para entender todo lo que vino después, porque aquí entra
Marvel Comics en el panorama, and shit’s about to get a lot more fucking
confusing.
Ve: Cuando Marvel ya había creado su roster clásico de personajes, se
dieron cuenta de que el nombre de “Captain Marvel” estaba disponible, porque
Fawcett aún lo tenía pero nunca hizo nada con él. Stan Lee, siendo quien es,
pensó que era una excelente idea el vender a un personaje con el nombre de la
compañía, que además cuenta con un legado más o menos similar al del Capitán
América y La Antorcha Humana. Así, en 1968, Marvel Comics lanza a Captain
Marvel ante los ojos de DC, que no podía hacer nada porque, aparte del nombre,
este Captain Marvel no se parecía en nada al otro Captain Marvel.
Déjame repetir: El Captain Marvel que saca Marvel Comics, es un personaje completamente diferente al
de Fawcett, lo que es burda de cómico cuando consideras que pocos años más
tarde, DC trata de relanzar al Captain Marvel original y no puede porque Marvel Comics tiene ahora los
derechos del nombre.
Por eso es que el personaje de Fawcett se llama ahora “Shazam” (siglas
de Salomón, Hércules, Atlas, Zeus, Aquiles y Mercurio), un
tipo que nació bajo una poderosa influencia de Superman, terminó influyendo a
su inspiración y ahora se parece tanto a Supes que vive bajo su sombra —porque
si Superman ocupa ahora el espacio labrado por Shazam, ¿qué haces con la copia?
Para añadirle más confusión al cuento, DC Comics tiene tres personajes que son
virtualmente clones: Superman, Shazam y Black Adam. En caso de que nunca lo
hayas visto, this is Black Adam:
La parte del nombre entre Marvel y DC se resolvió en los 70’, pero en el
2008 Midway Games publicó el videojuego Mortal
Kombat vs DC Universe, y en el roster de DC tienes a Shazam no bajo ese
nombre, sino como Captain Marvel, lo que quiere decir que DC Comics sacó un
producto en donde un personaje tiene el nombre de un personaje de Marvel Comics,
que antes pertenecía a Fawcett Comics y que DC pensaba que tenía, pero
realmente no era así y lo metieron en el juego, y nadie se dio cuenta. Todavía
el personaje en ese juego tiene un nombre bajo el que no se publica. After everything we’ve just said, perhaps you think
I’m done.
That would be a mistake on your part: Carol Danvers empezó como heredera
del Captain Marvel nuevo, que es un personaje que nunca pegó y que solamente se
publicaba para tener el nombre en rotación y no arriesgarse a perder esos
derechos de publicación. Danvers, que iba como superhéroe bajo el nombre de
“Ms. Marvel”, tuvo una carrera que incluye a Los Avengers y partes importantes
en prácticamente todos los eventos de la editorial, hasta que alguien dentro de
la empresa se dio cuenta (en el 2012) de que nadie relevante estaba utilizando
el nombre de Captain Marvel y por ahí tenemos a Carol Danvers ascendiendo en
relevancia, tras décadas de publicación. ¿Qué hacemos?
WE PUBLISH CAPTAIN FUCKING MARVEL:
O sea: la Captain Marvel que vas a ver en el cine de la mano de Marvel
Studios es un personaje totalmente diferente al primer Captain Marvel de
Marvel, que nada tiene que ver con el primer Captain Marvel, publicado en 1939.
Y si Carol Danvers es ahora Captain Marvel, ¿quién es Ms. Marvel?
Kamala Khan, una fan de Carol con más similitudes a Billy Batson que el
Captain Marvel de Marvel tiene con el Captain Marvel de DC.
Todavía falta: de aquel litigio en los 50’ que nunca se resolvió bien
deviene un personaje llamado Marvelman, que es la misma güevonada que es
Shazam, que tampoco pegó y fue rescatado en los 80’ por Alan Moore, en un
titulazo llamado “Miracleman”, cuyos derechos luego pasaron a Neil Gaiman y él se
los vendió a Todd McFarlane, y eso fue otro litigio de décadas donde Todd trató
de publicar Miracleman, descubrió que no pudo y durante el juicio, los dos, Neil y Todd se enteraron de que los
derechos eran sólo del nombre.
Paralelo a todo esto, en el 2009, Boom! Studios publica Irredeemable, de Mark Waid, que es otro
giro a ese concepto de Superman/Captain Marvel con nexos directos a Supes. El
personaje central de Irredeemable,
Plutonian, es un derivado directo tanto de Supes como de Shazam, sin que esto
sea violación a derechos de autor supongo que porque es Mark Waid y, pues, así
es como funcionan los cómics.
Y bueno, ese es el cuento. Chao.
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