El otro día conversaba con alguien y le comentaba que “¿Recuerdas cuando
era más chamo, que todos me criticaban porque siempre iba pa’ arriba y pa’
abajo con un libro?”
“Claro que me acuerdo”.
“Bueno. Hoy esa afición nos da de comer”.
Lo dije una vez, y lo repito: lean. Lean de toda vaina, pero lean, because books will take you places. Bueno,
libros y disciplina, esa es la otra parte de la ecuación, si eres disciplinado,
tienes más de la mitad del juego ganado.
Con respecto al
apocalipsis nacional, I’m still holding up. El otro día escribí un texto sobre cómo ver tantas películas de zombis me preparó para este desastre y cómo la
principal reserva que uno tiene que cuidar es la emocional (el texto me lo laureó Ibsen Martinez, y mi fanboy interno tuvo un infartico -usualmente no digo nada cuando pasan esas cosas porque it feels a lot like that gif of the dog licking its own dick, pero ahorita ando en una de auto-refuerzo espiritual, que explica este post en sí). En ese aspecto,
I’m holding out strong; cuando se paraliza todo porque no hay electricidad, me
pongo a leer, que es lo mismo que hago cuando hay luz. Entonces puedo conservar
el zen un poco. These fucker won’t break me.
Y sobre la canción que
sale más arriba, bueno, la vida da vueltas locas, el mío.
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