Quiero tomar esta
oportunidad para decirles que, por algo así como un mes, el ritmo de
publicaciones acá va a bajar, porque estoy preparando una serie de posts (ya
haré un anuncio más fancy, aunque lectores viejos de Sympathy quizá sepan de
qué se trata). Sí voy a subir alguito por acá, pero estoy más enfocado en
terminar la tarea.
Mientras tanto, Patti
Smith. Siempre he pensado que si la hubiese conocido en ese NYC de finales de
los 70’, ella habría sido la típica pana que miras desde la otra esquina de
CBGBs, intimidado por her awesomeness, inteligencia y talento, sin saber si
quieres besarle los labios o el cerebro. Tras meses de cruzar miradas, al fin "te
la encuentras" en la barra, pidiendo una cerveza, y es que si:
TÚ: Hi.
PATTI: Hey.
TÚ: Hmmm. Patti, right? I, uh, I like your poems. “The power to dream, to rule, to wrestle the world from fools”. Very clever.
PATTI: … …Yeah. Thanks.
TÚ: Okay.
PATTI: …
TÚ: …
PATTI: …I, I’m gonna go over there.
TÚ: Sure. Are you, like, playing tonight?
PATTI: No.
TÚ: Okay. Alright, well, I’ll be on the lookout, hehe.
PATTI: I’m gonna go over there.
TÚ: Yeah. Talk to you later.
(and Patti walks away not answering the promise -or threat- you just did)
La ves irse, pensando para
tus adentros que “Goddamn it, I did it again”, y dos días después estás tomando
con tus panas y les cuentas de cómo hablaste con Patti en la barra el otro día
y definitivamente hubo corazón.
What I’m saying is that if skinny, odd, sickly Patti Smith wanted to
hole up in a tiny New York apartment in 1978, writing by the window and
watching arthouse German flicks that nobody really likes, as the place fills up
with books, I am absolutely game for that.
Anyhow: