Antes de empezar, quiero hacer un espacio
dirigido a ti, malandro callejero que ha parado por accidente en este blog:
Kindle es un dispositivo de lectura. Un
lector de libros electrónicos. No es un teléfono celular, no es un explorador
de Internet móvil. No tiene televisión, ni gps, ni el horóscopo, ni reproduce
música ni hace un coño de las marginalidades básicas que tu cerebro te sugiere
tan pronto ves un artefacto electrónico nuevo. Sirve nada más para leer. En
otras palabras, te es absolutamente inútil. Sé que desearías que pudiera
reproducir vallenato, para que lo oyeras a todo volúmen cuando vas por el metro
riéndote a todo pulmón con tus amigotes, pero sorry, not happening. Gracias por
tu atención.
People: tengo un Kindle.
Es hermoso. I love it long time, all the time. La
versión que compré es el básico, que no es táctil y no es a color, pero tiene 1
Gb y pico de memoria, lo que equivale a unos 900 y dele de libros. Te explico
que desde que lo compré le he dado duro a bajarme eBooks, le he metido 145
títulos (novelas serias, nada de Peor Que Tú, puras vainas largas y algunas
ilustradas –El Quijote ilustrado se ve demasiado arrec--- you know what, fuck
it, I’ll just show you:
porque si tienes un kindle sin El Ingenioso Hidalgo, la estás medio cagando, hijo.
…y no he llegado ni a un cuarto de la
capacidad del aparatito. Lee PDF’s like nobody’s business y aunque creo que
todos podemos estar de acuerdo en que nada sustituirá a tener a un libro de
verdad en tus manos y abanicarte con las hojas y olerlo (ese aroma a tinta
fresca cuando acaba de salir de la imprenta y el olor delicioso a libro viejo
cuando alcanza los siete años), this is pretty fucking cool. Puedes elegir la
fuente de los libros, el zoom, ir a cualquier página, resaltar partes y hacerle
anotaciones y si eres de los que lee varios libros a la vez (como yo), Kindle
te guarda solito la página por la que vas en cada uno de tus libros. La forma
en la que sale en la pantalla, el “e-ink”, se siente igualito a estar leyendo
algo impreso en papel. La pantalla no brilla bajo luz artificial o solar y no
cansa a la vista por ser letras electrónicas. Es como si estuvieras leyendo una
hoja de papel bajo una delgada cubierta de plástico. Esta no es una frase que
yo diga con frecuencia, pero el maldito es hermoso.
Mi experiencia en libros Kindle hasta ahora
es con PDF’s, no un libro en formato Kindle per sé (uno que podría descargar
gratis en formato Kindle es el que escribió el pana este del post que hice sobre
la edición, pero no voy a perder la virginidad kindlística con eso. I know I'm
filthy, but still). Algunos PDF’s necesitan que les hagas zoom o algunas otras
modificaciones para ser perfectamente legibles, pero de verdad que son casos
tan raros que en mi biblioteca electrónica representan un… 10%, probablemente.
It’s a pussy’s complain, really, porque igualito los puedes leer.
Lo primero que notas cuando abres la cajita
es que no hay manual de instrucciones. Un breve cartoncito en un bolsillo
interno te dice cómo lo prendes y cómo lo cargas. En este sentido, funciona
igualito al iPod: lo cargas en cualquier computadora. Se diferencia del iPod en
que la batería del Kindle dura hasta un mes sin ser recargada. Al ser encendido
por primera vez, Kindle te abre el manual de instrucciones, que va directo al
punto. Y realmente puedes leerlo si eres de los que lee every fucking thing
that’s put in front of your eyes (like me, again), pero si te da ladilla, sales
y lo usas a lo venezolano (sin instrucciones), porque es súper, súper
intuitivo. Funciona así: lo conectas a la pc. El Kindle te dice si lo quieres
usar como USB o para recargarse. Si lo usas como USB, es lo mismo que tuvieras
un pen drive: agarras a tus libros, los arrastras a la carpeta “documents” de tu
lector electrónico y c’est tout. En realidad lo de “documents” es un nombre
variable, porque una de esas cosas que haces tan pronto lo prendes es elegir el
idioma en que quieres que funcione todo. También, puedes cambiarlo cuantas
veces te dé la gana.
Kindle te sugiere encarecidamente (each
time you go out of a book) que registres tu dispositivo en Amazon y para eso
necesitas wi-fi. Registrarlo no es tan intuitivo, pero no es burocracia
bolivariana, es fácil y es bastante rápido. Y la buena noticia es que, una vez
lo registras, puedes comprar libros desde tu Kindle por Amazon a un precio
inferior que sus versiones físicas (y eso es algo con lo que no estoy tan de
acuerdo, pero es otro tema) y te llegan en sesenta segundos (or so I’m told).
Hay que reconocerlo, esos bichos en Amazon de verdad saben cómo vender.
Una de las quejas de este producto –el que
yo tengo-, prácticamente la única queja, es que es únicamente para leer. No
tiene audio (así que nada de audiolibros) y no reproduce videos de ninguna especie.
Si de verdad necesitas chequear Google por cualquier razón en Kindle, cómprate
el FIRE, que viene a color, es táctil y et céteras propios del tablet. Si lo
quieres para leer –que es más o menos la idea de un lector electrónico, me
parece-, entonces esta es la mejor elección para ti. Otra cosa: es súper
delgado. Estamos hablando de que es más delgado que mi celular. Kinda like
this:
comparado con un bolígrafo.
Realmente, hay cosas que uno compra y luego
dice “nah, pero yo esperaba que fuera tal o cual cosa”. Este no es uno de esos
casos. Recomendable 100% y si eres amante de la lectura, este aparato es
para ti. No, no hay nada como tener una copia en físico de tu libro favorito,
pero el encanto de Kindle para un bibliófilo es innegable. Puedes organizar tus
libros por orden de descarga, alfabético por título, por autor, por colecciones
y por varias otras opciones que no he explorado. No nos hemos separado desde
que llegó y si cocinara, me casaría con él.
¿Recuerdas cuando yo decía que tener un
gato mejora tu calidad de vida?
Agrégale "Kindle" a la oración,
bro.
trivia: encuentre el Imajica, de Clive Barker, en esta imágen y entérese de que es una de las influencias de Luca Aleggio.
EDIT: Ya tengo un libro en .mobi (formato Kindle): R.U.R. de Karel Capek. Feelsgoodman.jpg
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