martes, 3 de enero de 2012

Stalker vs Predator


(Aquí vamos a hacer como Guns N' Roses: dos discos de una. Para otra perspectiva de esto, chequeen el post de Ros Kovac -en inglés-, escrito en paralelo, como companion piece)


Hace unas tres semanas recibí un mensaje privado a mi bandeja de entrada de Facebook. La autora era alguien que me agregó recientemente, contándome que leyó mi historia Epílogo en un diario de Puerto Cabello. Me agradecía por haber escrito algo así, que la ayudó en un momento determinado y le dio fuerzas para continuar.

Es quizá el mejor cumplido que he recibido en cuanto a mi carrera, en particular porque no lo estaba buscando. Cuando escribí esa historia, sólo quería ayudarme a mí. Puesto que es uno de mis textos más conocidos, voy a tomar esta oportunidad para decir que lo que me llevó a redactarlo era la necesidad de soltar estos pensamientos que habían acudido a mí y se negaban a marcharse. No era un buen momento y no voy a expandir más información al respecto, pero tenía que liberar aquellos pensamientos o se manifestarían de algún otro modo (probablemente más destructivo, si nos guiamos por la teoría psicoanalítica freudiana). Al grano: después de terminar la historia, la encerré y la mantuve privada. Luego se la mostré a un puñado de amigos bajo la condición de que no me hablaran de ella nunca. Y pasados varios meses, decidí que ya que lo había escrito, lo mejor era sacarle algo bueno, así que la puse en circulación y paró en Letralia.

Lo último que estaba pensando era que alguien se identificara con mi texto y sacara fuerzas de esa melancolía. El acercamiento de esta persona fue bien recibido, además, porque fue uno de esos extraños casos en los que alguien se te acerca con respeto, sin malintensidad (so, gracias de nuevo, LR). Porque en la interwebs, viejito, hay gente hardcore.

Muchos suelen pensar que si tuvieran un poquito de exposición en sus disciplinas, todo sería genial y serían felices y la gente los querría por ser un único y especial copito de nieve. He hablado de esto antes: cuando eres pequeño, te dicen que sueñes con fuerza, que todo se te puede cumplir, que puedes ser lo que quieras en tu vida. En la vida real, hay gente maldita. Así como personas que nunca he visto me han expresado un magnífico apoyo (incluyendo a John Manuel Silva, que es uno de los duros ahorita –seriously, go check his stuff), hay otros personajes que te quieren ver caer. Personas que nunca he visto opinando sobre lo triste que es mi vida y por qué debería tirar la toalla. No me conocen, no han compartido más de cinco minutos conmigo y dicen que soy un rastrero manipulador egoísta que todo lo que ha conseguido es porque se ha encamado con tal o cual editora y que una cuadrilla de groupies no significa nada (Noelia DePaoli —no una groupie— repartió insultos por mí en alguna ocasión, because she rocks). Supongo que es normal, pues: te expones y te salen críticos, uno no puede gustarle a todo el mundo. Aunque al principio (me acuerdo, de hecho, de la primera vez que alguien que no conocía me criticó –y me hizo pedazos), es algo que duele y cuesta entender, terminas formándote una coraza. Igual si tu texto es bueno, tendrás más gente que te apoya que la que te destruye. Si es malo y todos concuerdan, aprende, aguanta como un hombre y ruega que tu carrera se pueda recuperar. Si estás en el negocio de “quiero ser reconocido como artista”, te van a atacar por cualquier motivo. No le puedes hacer nada y lo único peor es ponerte tú a gritarle a cada carajo que cree que tu historia es un bodrio. Recuerda: hay gente que cree que Salvando al Soldado Ryan es mala.

Y luego está la otra especie merodeando por la red: los stalkers.

“Stalking (acechar) es un término comúnmente usado para referirse a atención obsesiva e indeseada por un individuo o grupo hacia otra persona. Comportamientos de stalking están relacionados al acoso y la intimidación y pueden incluir seguir a la persona o monitorearla por internet. La palabra stalking es usada, a veces con distintos significados, en la psicología y la psiquiatría y en algunas jurisdicciones es un término para una ofensa criminal”

Mi experiencia me demuestra que un stalker es una persona del sexo opuesto que se va infiltrando pelo a pelo en tu vida y termina obsesionándose, al punto de creer conocerte muy bien, cuando nunca te ha visto en persona ni de lejos. Hace cosas por ti sin que tú las pidas, te llama a las doce de la noche en tu cumpleaños, te regala vainas she sends overseas, te escribe mensajes de texto sin motivo y sin sustancia y, ultimadamente, se enamora no de ti, sino de la persona que cree que eres. Aquí es cuando el cuento se pone crudo. Si estás empezando a experimentar a una stalker, te adelanto que vas a recibir mensajes de texto relatándote las perfectas historias de amor que ustedes vivirán juntos, a veces alcanzando extremos de historias elaboradas en las que es preocupante, freak y aberrante leer cómo el tipo que se supone que eres tú reacciona a gestos “sexys” de una forma en la que tú nunca reaccionarías afuera de la cabeza de esa persona. Va a hacerse amiga de tus amigos y les hablará con la misma confianza que tú tienes con ellos (provocando que esos amigos se te acerquen a comentarte la vaina y no con felicidad). En un caso memorable, una amiga (que, supongo, esta online predator vio como una amenaza), me preguntó quién era Fulanita.

“Una caraja que conocí en Internet” contesté, “¿por qué?”

“Oh, boy” dijo ella, cerrando los ojos de la arrechera, “no sabes lo que me dijo por mensaje privado”.

“Oh-oh” dije, presintiéndolo. “¿Qué pasó?”

“Me sacó conversación y me dijo que no había rollo si tú no me contabas tus cosas, porque ‘es obvio que ella es más amiga tuya que yo’”.

“No me jodas”.

“I swear to fucking god. ¿Quién se ha creído esa carajita que es?”

Y ahí entra la parte que te molesta directamente a ti.

“…Disculpa, de pana, por eso, voy a hablar con ella”.

Porque vas a terminar disculpándote por cosas que no hiciste tú.

Ahora, ya va. No te voy a caer a cova a estas alturas del partido. Tener a una persona que te dedica esa devoción sin que tú tengas que hacer absolutamente nada a cambio se siente bien. Naturaleza humana, ¿por qué tú crees que la gente se hace adicta a la fama? Es nice que haya alguien dispuesta a satisfacer hasta la última nimiedad que te pase por la cabeza, que si percibe que la tratas medio mal (y requiere que hagas algo directamente ofensivo para que eso pase, o lo racionaliza), lo único que tienes que hacer es “lo siento” y ya, aquí no ha pasado nada. Es esa clase de vainas que pone a tu cabeza a dar tumbos extraños, lo que lleva a los famositos (léase, “no son famosos, pero creen que sí”) a creerse de verdad que son la última coca-cola del desierto (y si eres escritor para ser famoso, te equivocaste pero duro de carrera). Pero por muy tentador que sea ese prospecto, piensa bien en los contra. Las últimas cuatro novias que he tenido han recibido, todas, mensajes anónimos que les dicen mariqueritas de carajita desde “no seas gafa, Victor no te quiere, pregúntale quién es fulanita” hasta “qué bicha tan re-perra eres en la vida” (ese nunca se me va a olvidar). Y no estoy hablando de mensajitos por Facebook desde cuentas falsas. Estoy hablando de mensajes de texto al celular, bro. Es Glenn Close en Atracción Fatal, te volteas y ahí está el conejo asándose en la olla. Y es estúpido, porque vamos a suponer que, ajá, sí: me sabotearon la relación y terminé con mi novia, okey. ¿Qué lleva a una psycho a pensar que la próxima novia puede ser ella? Es un gesto auténticamente hijo de puta, apunta a hacer sentir mal por el mero hecho de hacer mal. Y son mensajes tan estúpidos que el último de hecho provocó que mi chica y yo nos uniéramos más, so, yeah, that really worked out, Annie Wilkes.

No todas las stalkers son así, ojo. Las más frecuentes (en proporción de 2 a 1) son las que se averiguan tu msn, te agregan y te sacan conversación (pasa también en el chat de facebook, con menor intensidad). Cuando se dan cuenta de que no contestas o respondes sólo en monosílabos, dejan el pegue o te salen con una grosería del tipo “pero bueno, ¿será que hoy sí se puede hablar contigo, mijo?”. Y ya, todo el mundo sigue con su vida.

Te hace reflexionar sobre cómo deben pasarla los famosos. Cuando alguien habla de “ser artistas”, automáticamente se imaginan en la alfombra roja, saludando a las cámaras, nunca se imaginan en la portada de una revista que te llama “idiota del año”, o buscando cuál es la mejor forma de evadir la atención. Gente que nunca has visto preguntándote detalles de tu vida privada. Sin mencionar la velocidad con la que esa clase de atención te convierte en un sangrón insufrible.

Es un balance delicado, porque lo último que quieres es ser grosero con alguien que cree en lo que haces, te apoya y te pregunta cuándo vas a escribir más porque está pendiente (y cuando uno se consigue con un idiota, siempre te acuerdas de que te trató mal). Pero no todo el mundo allá afuera tiene la mejor idea de lo que es “devoción”; a pesar de que esta persona sí estuvo ahí en momentos en los que yo necesitaba de alguien, me prestó su oído y atención en momentos en los que yo no estaba bien (incluyendo, casualmente, ese en el que redacté Epílogo), vi a la larga que es la clase de personas que provoca un incendio, se va, alguien da la voz de alarma, ella es la primera que llega, apaga el fuego y espera ahora una recompensa. Como Cuasimodo, son "nobles" no para verte bien, sino para ver cómo pueden estar más cerca de ti, no importa quién se joda en el camino.

Cuando apoyas a alguien no porque te da alegría sino esperando algo a cambio, estás siendo manipulador. Traes dobles intenciones. Nice try, but I can see through the act.


O tripéate tus stalkers psycho y cómprate una pistola. Chacun ses gouts.

2 comentarios:

  1. Yo realmente tengo poca paciencia para lidiar con ellas. Puede ocurrir en el mismo sexo, por cierto, llegué a tener unas cuantas, recuerda que está de moda ser gay o bi. Recuerdo claramente cuando abrí mi cuenta de formspring (o como se llame), en donde te pueden hacer preguntas anónimas, a las pocas semanas recibí "would you date a girl? maybe a younger girl?" and awkward stuff like that. Así terminó mi aventura en formspring y cerré esa mierda. Lo peor es que yo sabía quien podía ser.

    Y yo no creo en nada gratis, absolutamente nada que venga de un completo extraño. Hasta las promotoras que te dan comida en el super, tienen una intención, venderte el producto. Tiene que pasar como un año de amistad y jodedera, para que mi alarma paranoica se apague.

    Ya sean regalitos, fotos seisis, o demasiados cumplidos y atención. Esa es la forma en que "te compran", así funcionan los manipuladores. Un verdadero amigo te dice: "verga chamo, la estas cagando hardcore". No: "todo va a estar bien, no es tu culpa, estoy aquí para oírte forevah and evah"

    Y con la cuestion de internet, en nuestro caso estamos sacando proyectos online, "serious stuff", más vale estar prevenido, para que los creeps y el serious stuff, no terminen mezclados.

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  2. Puede ocurrir con personas del mismo sexo, claro, pero no lo he experimentado, so I can't really relate like I do with hetero-stalking.

    We guys fall for that shit. Some girl comes with a beer you didn't ask for? She's now on your top 5 favourite persons. Pero con el tiempo y la mala experiencia, aprendes a estar atento, a no revelar vainas de ti en redes sociales. Y te das cuenta cuando alguien te agrega en una red social por buena nota y te habla de tanto en tanto nice y cuando alguien te agrega y te manda mensajes privados y te saca conversación y se queja de que "no me paras" cuando, pues, no le paras.

    True story.

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