Enumerar las cosas positivas de Game of Thrones (la serie) es un poco
llover sobre mojado porque si estás leyendo esto, es bastante probable que
hayas detectado esos méritos con tu propio juicio. Y para hablar de los
defectos sólo hay que meterse en cualquier foro o buscar cualquier canal de
YouTube, y ahí hay horas y horas de contenido—además que este tema lo tocamos
aquí mismo, la semana pasada.
De lo que no se habla tanto es de los puntos divergentes entre la serie y
los libros. Cuando uno dice que Euron Greyjoy en la serie es un personaje y en
los libros es otro muy diferente, o que en los libros todo el aspecto de Dorne
es mucho más interesante, ¿de qué estamos hablando?
DORNE,
UNBENT, UNBROKEN
Nuestro contacto fundamental con las tierras sureñas de Westeros, viene en
la serie de HBO a través de uno de sus hijos pródigos, el príncipe Oberyn
Martell, mejor conocido como La Víbora Roja, en un palo de actuación por parte
del señor Pedro Pascal. La semana que viene vamos a hablar de por qué Oberyn
era un “príncipe” sin ser hijo de ningún Baratheon o Targaryen; lo pertinente
ahora es que Oberyn tuvo su arco y luego la serie adaptó la conspiración de
Dorne, de tan, pero taaan mala manera que el mismo equipo de producción decidió
terminar esa sub-trama de una forma súper atroz. Las Sand Snakes son quizá lo
peor de esas primeras temporadas, muy bien logradas si haces esa salvedad.
En los libros, esto es harina de otro costal; las Sand Snakes son hijas de
Oberyn Martell y, como su padre, son panas a las que les hierve la sangre
rápido. Para ellas, no es sólo ofensivo que Elia Martell haya muerto de la
manera tan abominable en que murió, y que el mismo asesino de Elia dio muerte
también a su padre. Lo que le saca la piedra gravemente a las Sand Snakes es
que la cabeza de la Casa Martell, el príncipe Doran Martell, anda todo pasivo y
pendejo ahí, tratando de preservar una paz que más que paz es humillación.
Tan pronto llegaron a Sunspear noticias del deceso de Oberyn, empezó lo que
en Venezuela llamamos “ruido de sables”, porque mucha gente quería irse de
frente contra la corona a vengar la última afrenta, lavando sangre con sangre.
Nada de esto puede suceder sin la aprobación de Doran, así que estas panas
empiezan a conspirar.
Ojo, que la cabeza caliente en la serie, Ellaria, la amante de Oberyn,
tiene una actitud totalmente diferente en los libros—diferente y sensata. En
los libros, Elaria le dice expresamente a las Sand Snakes que ella ha visto
demasiada sangre correr por culpa de vengancitas y que gracias a esa mentalidad
sufre la pérdida irreparable de su casi-esposo. Como muchacho no es gente,
estos alegatos le pasan por encima a las jóvenes, y la cabecilla del grupo es la
hermosa hija del príncipe Doran Martell, Arianne, la femme fatal de Westeros.
Arianne es un personaje tan fundamental en toda la trama de Dorne que su
ausencia en la serie de HBO desafía al entendimiento. Astuta, inteligente y muy
humana, Arianne es la mujer que Cersei intenta ser. Ambas usan a su sexualidad
como herramienta, pero mientras que Cersei es incapaz de ocultar su desprecio
por las moscas que caen en su red, Arianne es una experta jugadora del juego de
tronos. ¿Ustedes recuerdan que, en la segunda temporada, Tyrion envió a la
princesa Myrcella a Dorne, como una forma de ponerla a salvo en caso de que
Stannis Baratheon tomara la capital? Bueno, apenas Myrcella llegó a Sunspear,
Arianne se dedicó a seducir a su principal guardián, ser Arys Oakheart.
¿Cómo pa’ qué? Para sacarle provecho a las oportunidades. Cuando el cretino
de Joffrey Baratheon muere asesinado, Arianne decide que pueden seguir las
leyes de Dorne y darle la corona a Myrcella, en vez de a su hermano menor, el
rey Tommen Baratheon—esto quiere decir que va a haber una guerra entre la Casa
Martell y la Casa Lannister (y Tyrell) por ver quién se queda con el reino.
Para Doran, esto es una locura. Doran opina públicamente que Oberyn era dueño de su destino y que lo que pasó,
pasó. Un enfoque muy de “doblarse para no partirse” que no cae bien para nada en los cabezas calientes de
Dorne. Y esa conspiración de Arianne debe ponerse en acción lo más pronto
posible, porque Doran hará lo que sea por sabotearla.
CONSPIRA-INCEPTION
Lo que Arianne y las Sand Snakes no sospechan es que Doran es uno de los
carajos más sangre fría y calculadores de todos los Siete Reinos y que ahí,
bobo como se ve, ha estado planeando la venganza contra la Casa Lannister desde
el momento en que Elia fue asesinada.
Las tácticas y fines de Doran son visionarias y heavy metal: jugando en dos
tableros, Doran tiene la misión de restaurar a los aliados clásicos de la Casa
Martell, la Casa Targaryen. Con esta meta, envió hace rato a su hijo, el
príncipe Quentyn Martell, a que se encuentre con Daenerys y la escolte de
vuelta a Westeros—con sus dragones. Entre la Casa Martell y la Casa Targaryen
hay un pacto secreto, también: Arianne se iba a casar con el hermano mayor de
Daenerys que, como ya no está, queda todo en manos de Daenerys casándose con
Quentyn.
El beta es que Daenerys es una mujer con un espíritu muy fuerte que apenas
ahora se está enterando de que existe un pacto de matrimonio. Ella sabe que le
conviene—¿Pero es este el momento?
La película se complica porque…
A
CHALLENGER HAS APPEARED
Uno de los hermanos supuestamente muertos de Daenerys, Aegon, está vivo.
Esta otra conspiración nace de
Varys, que supuestamente cambió al hijo de Elia Martell, Aegon, por un
chamo campesino normal, que fue asesinado en la caída de King’s Landing. ¿Dónde
estaba entonces el verdadero hijo de Rhaegar Targaryen?
Pues en las ciudades libres, entrenado y criado por Jon Connington, uno de
los caballeros más cercanos a Rhaegar, preparándose desde chiquito para ser
rey.
La existencia de Aegon representa problemas obvios para Daenerys, porque si
este man es realmente quien dice ser, entonces el derecho de sucesión recae en
él, no en Daenerys. Aegon tiene, además, a su ejército personal, la compañía de
mercenarios The Golden Company (que en la serie de HBO cumple el rol
lamentable) y está dispuesto a invadir a Westeros YA y tomar por la fuerza la
corona que le pertenece.
Cuando la Casa Martell se entera de esto, Doran envía a Arianne a que vea
si esa lucha tiene esperanzas. Al cierre del último libro publicado hasta
ahora, Aegon y la Golden Company acaban de llegar a las tierras Baratheon, que
son vecinas de la capital del reino.
EL
DRAGÓN ROJO ES UN DRAGÓN NEGRO
Hay varias cosas que nos hacen pensar a los fans que este muchachito Aegon
no es ningún Targaryen nada, sino una rama rebelde de los Targaryen: la Casa Blackfyre.
Explicar en un post a las Rebeliones Blackfyre sería irnos por lo menos a cien
años al pasado. Es un cuento interesantísimo, pero no te quiero sobrecargar de
información—basta con decir que las señales son súper claras de que este chamo
es la nueva apuesta de una nueva rebelión y que cuando George R. R. Martin dice
que en los libros hay material para hacer doce temporadas, en vez de las ocho
que hizo HBO, pues tiene toda la razón del mundo.
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