domingo, 10 de febrero de 2019

Björk & Doing the Dirty Deed




Una de las mejores cosas de la música es que puedes pasarte el resto de la vida descubriendo vainas kul. Las propuestas son infinitas, descubriste el Parallel Lines de Blondie y eso te llevó al Eat to the Beat, y no puedes quedarte a oír toda la discografía porque conseguiste, no sé, a Coil. Y pasas dos meses oyendo nada más Coil. Y algo te agarra de Donna Summer, o de Clarence Carter. Los géneros no importa, importa es que la música te llegue; por eso nunca he entendido a la fanaticada del metal, que pasan toda la vida oyendo sólo metal y lo toman como una causa. Es un público realmente bastante conservador.

Total que ahora estoy en fase Björk; sí le había parado, pero ahora le di de verdad una oportunidad y ahora entiendo por qué tiene casi cuarenta años de carrera. Post arranca tan bien, que recuerdo estar en la primera canción (featured above) y pensar “Espero que la segunda canción sea buena, o todo el disco se va a ir al diablo”. Great, great album.

Por otra parte, he estado súper, súper ocupado con lo que les conté la vez anterior. En Venezuela se respira hoy una vibra de preparación para el día después. Todo el mundo habla de lo que se va a construir, y esa es una cuenta que para mí no está del todo clara; el slogan es verdad, vamos bien… pero faltan los golpes críticos para que el dragón muera. Está casi muerto, pero como dijo Ángel Alayón en la Cátedra del Pop que expusimos, “Casi muerto, no es muerto”.

Hemos estado en sobremarcha en Caracas Chronicles. El mismo día en que White Dog se juramentó, tuvimos una reunión y uno de nuestros jefes, Raúl Stolk, nos dijo así mismito, “Este es our moment to shine”. Bajo su dirección, y del resto de la directiva, siento que el equipo ha hecho una labor de verdad arrechísima. La entrevista que conseguimos con Julio Borges se ha movido burda, Gabriela Mesones está haciendo un tipo de reportería que de verdad me quito el sombrero ante cómo escribe esa mujer y lo que está dispuesta a hacer para conseguir la historia; Nina Rancel es otra pana que, chamo, that girl fucking shines. No sólo actúa y canta súper bien, sino que escribe, y te digo, la chama se enferma con fiebre, y va a las reuniones de trabajo y tú tienes que decirle “Sooo, ya, caballo, calma; tienes fiebre, enfócate en recuperarte”; Y de David Parra, bueno, ¿qué se puede decir de ese chamo que ya no se haya dicho? A veces siento que parte de su prosa se pierde un poco en la traducción, y es una pena, porque a veces siento que tienes que leerlo como él lo dice textual para que sientas el punch, he’s so good that I wish you could all read him verbatim.

Estoy muy orgulloso de lo que hemos logrado. No te niego que ha sido agotador y que a veces te acuestas tan cansado que tienes sueño, y no te puedes dormir. Pero siento mucha satisfacción cuando veo lo que nuestro equipo está haciendo. CC para mí ha sido como que una escuela profesional y humana. Emi Duarte, Gustavo Hernández, el doctor Gabaldón y su chica, Astrid Cantor (who has a fucking genius brain), Anabella Abadi, Luis Carlos Díaz y la encantadora Naky Soto, Daniel Cadena, José González Vargas, Daniel Urdaneta, ahorita publicamos a un chamo llamado Luis Paredes que también es un talento en erupción; puedo pasar todo este post hablándote de nuestra gente y de lo bien que se siente colaborar con panas así. Nunca me deja de llamar la atención, en la música y aquí en el periodismo y la literatura: la gente que anda jurando que son la última coca-cola y que el mundo gira alrededor de ellos, son todos unos chigüires. La gente que de verdad tiene bragging rights, resulta que son panísimas, humildes, colaboradores… acá pasa eso. Son unos kilúos y son gente como uno.

Quiero recomendarte textos, y siento que son demasiados, así que, de corazón, pásate por nuestro site. Hay textos míos, pero también de panas como Osío Cabrices y Camille Rodríguez, así que ellos sacan la cara por el equipo, jaja.

I’m very proud of our team, Jesus Christ. And I truly hope chavismo crashes down before we draw the dictatorship’s attention.

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