¿Saben qué extraño de la música?
La experiencia
de comprar y escuchar un disco.
Hoy todo –música, cine, literatura- es tan accesible,
que ni siquiera tienes que oír el disco entero, puedes descargar la canción que
te gusta y ya está, pasas a lo siguiente.
Antes de que Napster, Emule, Kazaa y et céteras
aparecieran, la única forma que tenías de saber que un disco existía era porque
veías el video en Mtv y te enterabas de que Ultra
no es el único disco de Depeche Mode, que tenían algo llamado “Violator” y ya ahí tenías dos nombres
(canción y disco). No sabías cómo lucía el LP hasta que por casualidad lo veías
en la tienda. And when you took
it in your hands, pull it out of the shelf and held it, it was larger than life. No
sabías si era un disco bueno, ni siquiera si sonaba como lo que conocías del
grupo porque los reviews eran prácticamente inexistentes, el review de un disco
era lo que un pana tuyo te decía. Si te gustaba Iron Maiden porque oíste, no
sé, Seventh Son Of A Seventh Son y
comprabas Killers, no tenías forma de
saber que el sonido es bastante diferente y que el cantante ni siquiera es el
mismo.
Tengo memorias geniales de comprar el Celebrity Skin, caminar con él en la bolsa
hasta mi casa (con la expectativa building up), romper el celofán, abrir la
cajita y ver el disco lila, sacar el folleto y oler la tinta (“To all the people who ever drowned”).
El disco iba al pequeño equipo de sonido, te clavabas los audífonos ahí,
sentado, con el folleto en las manos y sí, oías tus canciones favoritas quince
veces, pero luego oías el resto y oír esas canciones en contexto te hacía verlo
no como una colección de temas, sino como partes de una obra de arte.
Y si el disco era malo, gastaste los siete mil bolos
que te costó tanto ahorrar y tenías que morir callado, escuchabas esa vaina
hasta que aprendías a quererlo. En aquellos años tenía un pana realmente
aventurero, íbamos a las tiendas y veíamos discos (a veces sólo eso era
satisfactorio) y si él veía algo de una banda famosa que jamás había escuchado,
he’d take the gamble y te sorprendería la cantidad de bandas arrechas que
descubrimos gracias a ese maldito.
Eso fue hasta que Limp Bizkit y J-Lo entraron en
escena. Now everything sucks.
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