Esta mañana tenía Venevisión Plus en la tele y todavía están pasando Cosita Rica, una telenovela de mediados de los 2000, con Marisa Román haciendo dos papeles, Edgar Ramírez ascendiendo a la fama y Roque Valero empezando sus quince minutos. La novela también es famosa por ser obra de Leonardo Padrón, considerado brújula moral e intelectual de Venezuela.
Si alguien te hubiese dicho en el 2002 que Roque Valero sería visto como un galán, habrías reído sangre.
Quiero dejar en claro que no creo en juzgar a los demás por sus gustos. Aunque mucha gente señala a las telenovelas como un producto artístico inferior, la verdad es que todos tenemos gustos que no podemos explicar. We like what we like y eso no necesariamente habla de quiénes somos. Conozco a muchos que aman la salsa y son súper cultos y a muchos metaleros que te matan el alma (peor, porque aparte de idiotas son pretenciosos). Por eso cuando la gente habla de que "No, que Bruce Dickinson sabe hacer un poco de cosas además de ser cantante", es verdad, pero si lo comparas con el Potro Álvarez, ¿no estás apelando al denominador común más bajo? Claro que Twilight y 50 Sombras de Gray son literatura ligera (Steve King lo llamó "porno para doñas"), pero si de cada 5 niñitas que leen la vaina, 2 le agarran el gusto a la lectura y se gradúan a cosas más sofisticadas, habrá valido la pena (que es mi manera de decir que si amas la literatura, nunca verás mal a otro lector)... (a menos que lea que si Mein Kampf o Cuentos del Arañero, verdadero plutonio mental). A mí me gusta la ópera y las películas slasher. ¿Qué conclusión se extrae? Ninguna. Al igual que es injusto juzgarte por lo que te gusta en la cama, nuestros gustos son nuestros. Mientras nadie sufra, anything goes.
Sin haberles dedicado un minuto de mi vida adulta, decidí que era un buen momento para ver de qué va una de las telenovelas más exitosas de los 2000. No esperé Breaking Bad, sabía que iba a ver melodrama y soliloquios inexplicables; es el formato del medio, sin eso es como una película de acción sin violencia. A mediados de los 90', se transmitió una que nunca podré olvidar, "Como Tú, Ninguna". La muchacha pobre (blanca, ojos azules) llega a trabajar a la casa de un millonario. Se enamoran, pero él está comprometido con una serpiente (que está buena, por supuesto) por conveniencia; resulta que el tipo realmente está en la quiebra y ella lo sacará de sus problemas económicos. Hay más: La verdadera mamá de la pobre es una millonaria que está en las últimas de una enfermedad erradicada a principios del siglo XX y nuestra valiente protagonista tiene un hijo del millonario, sufre bajo la serpiente y queda en la calle sin saber que en realidad es rica. Unos indigentes le roban la niña, se mudan todos a Miami because of reasons, al tipo lo atropella un carro y queda ciego. No preguntes. La pobre llega, al fin millonaria, recupera su hija y la serpiente, riéndose de su propia maldad al mejor estilo de Pierre Nodoyuna, se ahoga con un hueso de pollo y se muere. El millonario y la pobre quedan juntos y vivieron felices para siempre. Ah, él recupera la vista somehow.
Acá no es millonaria, sino Miss. No leas ni te instruyas, que mientras seas bonita vas caballo blanco.
Lo que te estoy tratando de decir es que tiene todos los clichés que hicieron de las telenovelas un símbolo kitsch y después de diez años, uno espera cierta evolución. En el capítulo que nos ocupa, el personaje de Roque Valero, Cachito, está robando un banco con un compinche. La cosa sale mal y la policía tirotea a Roque, frente a amigos que por supuesto fueron a ver, porque si no, no es drama. Roque tarda como veinte minutos en morir. Nigga was shot with a shotgun in the chest, pero ahí está, "Yo... yo no quería esto, mi pana" le dice al compinche. "Yo lo... yo lo que quería era... darle una buena vida a, a mi hija... para que... que no sufriera como, como su-sufrí yo... yo me acuerdo que todo empezó en 1874, cuando mi abuelo..." y el tipo habla y habla y estoy seguro de que si en vez de sostenerlo ahí, llorando, lo hubiesen llevado a una clínica, se salva.
Por supuesto que me chocó por las mismas razones que la película que le encantó a tanta gente, La Hora Cero, me sacó la piedra: Está glorificando al malandro. El vigilante del banco incluso lo dice, "Cooooye, mataron al muchacho, ese muchacho no era malo, vaaaaleee" (hey, Leonardo: Sutileza). Cachito no era malo, solamente sometió a un grupo de inocentes a mano armada, buscando tomar lo que no era suyo para beneficio personal. Es la auténtica definición de "criminal". La Hora Cero termina con el pueblo cargando al cuerpo del choro como a un héroe, el mismo choro que mató a un camarógrado momentos antes porque lo vieron feo. En México, la cultura del narco tiene a grupos haciéndole canciones y series biográficas de traficantes serios. No creo que sea característico de nuestras sociedades porque los gringos nutrieron a su cine noir con cuentos de gangsters que hoy son clásicos. Pero me parece tan eminentemente errado retratar al malandro como un héroe incomprendido en un país con semejante tasa de mortalidad. Si el autor de este libreto es brújula moral del país, por eso estamos como estamos.
La seducción de "los sectores populares" es el white guilt venezolano.
Eventualmente, Cachito muere. El deceso está marcado por los lugares comunes de rigor, incluyendo la madre que siente un dolor profundo, un presentimiento porque sabe que "algo le pasó a su muchacho" -pobre técnica narrativa; W.H. Auden entendió en su Musée des Beaux Arts que el problema del sufrimiento humano es que ocurre mientras el mundo sigue girando. Llega el funeral y el pueblo, incluyendo el compinche (shouldn't you be in jail?) sale a despedir al choro. El velorio es muy diferente a los velorios de malandros reales. Acá, la mamá de Cachito (llamada, pilla esto, "Cachita") se lanza un discurso propio de una persona con un nivel de educación mucho más elevado que el de ella, sobre la naturaleza de la violencia. No estoy diciendo que una persona pobre es incapaz de conmovernos con sus reflexiones, estoy diciendo que no usaría esas palabras. O sea, chico, que el personaje está mal escrito, la caracterización es pobre. Lo otro que noté es que Cachita tiene un aire espiritual a Lina Ron y entonces recordé que esta es la misma telenovela que emuló a Hugo Chávez con un personaje llamado "Olegario" nosequé, autócrata en una junta de condominio. De nuevo, sutileza, Leonardo, es como que la protagonista sea rubia y la llames "Barbie": No necesitas deletrear para la audiencia lo que está pasando ni lo que debe sentir.
Queda así.
Tampoco sé por qué se llama Cosita Rica. Puede llamarse "Besos a la Luna" y no cambia nada. ¿Cómo una novela así alcanzó semejante éxito? Les dejo esa pregunta a ustedes, que saben tanto.
Si no has visto telenovelas, o las veías hace años y te alejaste por la pobre calidad, te digo: Están iguales. Después de la escena del funeral no sé qué más pasó, porque empecé a sangrar por la nariz, tuve convulsiones y se me olvidó como me llamo. Esto lo exportaron y alguien en otro país vio la vaina y dijo "¿Esto es lo que les gusta en Venezuela?" Un libreto confeccionado para destruirme, si estás pasando canales y aterrizas en ella, quema el televisor.
Esto me hace reflexionar. Estupendo articulo =D
ResponderEliminarSí, no quiero aventurarme a establecer conclusiones porque desde aquí se ve que esa es una senda de dolor y sufrimiento con cosas que nadie quiere escuchar.
EliminarExtraiga usted, pues, sus propias conclusiones.