Este
es un tributo para los chicos buenos. Los panas que llegan siempre de
último, los que nunca pasan de ser amigos, los que toleran horas de
discursos sobre cuán bastardos son los hombres, mientras que con su
paciencia son prueba de lo contrario. Esto está dedicado a todos esos
altos panas que siempre prestan su hombro para que esa chama de ensueños
llore y se abstienen de la tentación de dar un abrazo, los panas que
les abren las puertas a las amigas y que otorgan su apoyo y se sientan
pacientemente afuera de las tiendas de ropa mientras ella se prueba
prenda tras prenda. Esto es en honor de esos hermanos de batallas que
reiteran sin resistencia lo lindas/hermosas/inteligentes/graciosas/sexys
que son las chicas especiales porque comprenden que la mayoría de las
chicas necesitan de vez en cuando esa clase de apoyo. Esto es en honor
de esos panas con mentes abiertas, actitudes despreocupadas y
preocupaciones honestas. Esto es en honor de esos carajos que respetan
todas las facetas de una niña, desde su privacidad, hasta sus
inclinaciones religiosas y su estilo de vestimenta.
Esto es para los panas que acompañan a sus amigas borrachas y alegres después de las fiestas para cuidarlas y no para aprovecharse de ellas, para esos tipos que van como acompañantes de su hermosa amiga no como acompañante real, sino para servirle a ella de repelente de la demás atención masculina, para esos panas que saben que la chica está ansiosa por que le hagan un cumplido, pero lo da igual. Los panas que juegan siguiendo las reglas de un juego que favorece a los tramposos. Los panas que tienen material de novios, pero por algún motivo inexplicable terminan siempre como amigos. Los carajos buenos que son ignorados, subestimados, no valorados, para todos los tipos que fueron engañados, manipulados y abandonados injustamente. Esto es para tí.
Esto es por esa vez que ella te dejó cuarenta y dos mensajes de texto en tu celular y, cuando la llamaste todo nervioso y contento, se pasó tres horas analizando con doloroso detalle las dos últimas oraciones que su novio le dijo mientras almorzaban. Y, aunque en verdad piensas que su novio es un burdo imbécil que no le contribuye en nada a su crecimiento personal -y ni siquiera la comprende, el hijo de puta-, le aseguras que todo está bien y que no tiene de qué preocuparse. Esto es por aquella vez que ella te interrumpió la más grande matanza que has orquestado en GTA: San Andreas con una llamada telefónica sobre un rumor que la involucra románticamente a ella y al carajo más subnormal y atorrante del planeta. Y aunque tú piensas que es un poco inmaduro y realmente el otro pana te es indiferente, pausas el juego por dos horas para dilucidar con ella qué puede ser verdad y qué no. Esto también va por esa vez que ella no estaba saliendo con nadie en particular y, después de mucho repetirte que entre tú y ella no estaba pasando nada "serio", salió contigo a una fiesta donde no conocías a nadie, la música era vomitiva y te coqueteó abiertamente toda la noche, justificando cada fragmento de provocación con un "¡menos mal que somos amigos!"
Y aunque sabías desde un principio que no serías más que un sweater simbólico para su ego, fuiste igual. Porque no supiste cómo decirle que no.
El tipo bueno no recibe nunca todo el crédito que se merece. Y, quizá más perturbador, el tipo bueno no es, uhm, "retribuído" con tanta frecuencia como debería. Desearía poder explicar lógicamente esta tendencia, pero no puedo. Por lo que he podido observar, en mi experiencia y en la de mis amigos, sólo puedo concluir que hay carajas que son... sencillamente ilógicas y manipuladoras. Muchas dicen que quieren andar con un buen tipo, pero cuando se les presenta semejante espécimen, dicen cosas irracionales y confusas como "no, él es muy bueno como para salir", "es que no lo veo de esa manera" y la más irritante e irracional de todas, "no, eso arruinaría nuestra amistad." A pesar de esto, continúan lamentándose por la carencia de hombres dignos en el mundo y esperan que sus amigos-demasiado-buenos simpatizen y concuerden en que los hombres son unos imbéciles. Lo siento, panas, pero carajas así están más allá de cualquier explicación posible. No puedo entender dónde la conexión se rompe entre lo que dicen ("ojalá y me encontrara con un tipo bueno") y lo que hacen ("¡Ahora me voy a la cama con este total cretino!"). Lo que sí puedo decir es que ese fenómeno de "los buenos terminan de últimos" no dura para siempre. Definitivamente hay muchas chamas que salen de esa fase y se dan cuenta de que deberían andar con alguien que vale la pena; no dar la presencia del buen tipo por sentado. El problema está en conseguir a esas chamas y, más rudo todavía, conseguir las que estén solteras.
Así que, hasta que aparezcan las antedichas chicas, propongo un brindis a la salud del tipo bueno que todos hemos sido, y más de una vez. Ustedes saben que es así, y sé que están hartos de las injusticias y de tratar de comprender el comportamiento femenino. La verdad es que el mundo necesita tu paciencia afuera de esa tienda de ropa. Abriendo las puertas. Tus palabras de aliento cuando ella llora por otro. Tu tendencia a caer por una cara bonita. Por todas esas vainas absurdas, disparatadas y crueles que has (¡hemos!) tenido que soportar, por todas esas situaciones donde eres el héroe anónimo sin rostro, colegas, les presento mis respetos y mi gratitud. Tienen credibilidad en nuestra sociedad de Búfalos Mojados y las injusticias no duran para siempre.
Esto es para los panas que acompañan a sus amigas borrachas y alegres después de las fiestas para cuidarlas y no para aprovecharse de ellas, para esos tipos que van como acompañantes de su hermosa amiga no como acompañante real, sino para servirle a ella de repelente de la demás atención masculina, para esos panas que saben que la chica está ansiosa por que le hagan un cumplido, pero lo da igual. Los panas que juegan siguiendo las reglas de un juego que favorece a los tramposos. Los panas que tienen material de novios, pero por algún motivo inexplicable terminan siempre como amigos. Los carajos buenos que son ignorados, subestimados, no valorados, para todos los tipos que fueron engañados, manipulados y abandonados injustamente. Esto es para tí.
Esto es por esa vez que ella te dejó cuarenta y dos mensajes de texto en tu celular y, cuando la llamaste todo nervioso y contento, se pasó tres horas analizando con doloroso detalle las dos últimas oraciones que su novio le dijo mientras almorzaban. Y, aunque en verdad piensas que su novio es un burdo imbécil que no le contribuye en nada a su crecimiento personal -y ni siquiera la comprende, el hijo de puta-, le aseguras que todo está bien y que no tiene de qué preocuparse. Esto es por aquella vez que ella te interrumpió la más grande matanza que has orquestado en GTA: San Andreas con una llamada telefónica sobre un rumor que la involucra románticamente a ella y al carajo más subnormal y atorrante del planeta. Y aunque tú piensas que es un poco inmaduro y realmente el otro pana te es indiferente, pausas el juego por dos horas para dilucidar con ella qué puede ser verdad y qué no. Esto también va por esa vez que ella no estaba saliendo con nadie en particular y, después de mucho repetirte que entre tú y ella no estaba pasando nada "serio", salió contigo a una fiesta donde no conocías a nadie, la música era vomitiva y te coqueteó abiertamente toda la noche, justificando cada fragmento de provocación con un "¡menos mal que somos amigos!"
Y aunque sabías desde un principio que no serías más que un sweater simbólico para su ego, fuiste igual. Porque no supiste cómo decirle que no.
El tipo bueno no recibe nunca todo el crédito que se merece. Y, quizá más perturbador, el tipo bueno no es, uhm, "retribuído" con tanta frecuencia como debería. Desearía poder explicar lógicamente esta tendencia, pero no puedo. Por lo que he podido observar, en mi experiencia y en la de mis amigos, sólo puedo concluir que hay carajas que son... sencillamente ilógicas y manipuladoras. Muchas dicen que quieren andar con un buen tipo, pero cuando se les presenta semejante espécimen, dicen cosas irracionales y confusas como "no, él es muy bueno como para salir", "es que no lo veo de esa manera" y la más irritante e irracional de todas, "no, eso arruinaría nuestra amistad." A pesar de esto, continúan lamentándose por la carencia de hombres dignos en el mundo y esperan que sus amigos-demasiado-buenos simpatizen y concuerden en que los hombres son unos imbéciles. Lo siento, panas, pero carajas así están más allá de cualquier explicación posible. No puedo entender dónde la conexión se rompe entre lo que dicen ("ojalá y me encontrara con un tipo bueno") y lo que hacen ("¡Ahora me voy a la cama con este total cretino!"). Lo que sí puedo decir es que ese fenómeno de "los buenos terminan de últimos" no dura para siempre. Definitivamente hay muchas chamas que salen de esa fase y se dan cuenta de que deberían andar con alguien que vale la pena; no dar la presencia del buen tipo por sentado. El problema está en conseguir a esas chamas y, más rudo todavía, conseguir las que estén solteras.
Así que, hasta que aparezcan las antedichas chicas, propongo un brindis a la salud del tipo bueno que todos hemos sido, y más de una vez. Ustedes saben que es así, y sé que están hartos de las injusticias y de tratar de comprender el comportamiento femenino. La verdad es que el mundo necesita tu paciencia afuera de esa tienda de ropa. Abriendo las puertas. Tus palabras de aliento cuando ella llora por otro. Tu tendencia a caer por una cara bonita. Por todas esas vainas absurdas, disparatadas y crueles que has (¡hemos!) tenido que soportar, por todas esas situaciones donde eres el héroe anónimo sin rostro, colegas, les presento mis respetos y mi gratitud. Tienen credibilidad en nuestra sociedad de Búfalos Mojados y las injusticias no duran para siempre.