Título original: ThanksKilling
Año: 2009
Director: Jordan Downey
Libreto: Brad Schulz,
Tony Wilson, Grant Yaffee, Kevin Stewart, Jordan Downey
Elenco: Jordan Downey, Lance Predmore, Natasha
Cordova, Aaron Carlson
Fotografía: Kevin Stewart
Aunque te duela: Una película, para ser buena, no tiene que estar bien
hecha.
Es una discusión que tengo con un amigo muy querido. Él insiste en que una
película que está mal hecha—léase mal actuada, mal editada, con un mal libreto
o valores de producción muy bajos—, es obligatoriamente mala por muchos méritos
que pueda tener en algunos campos. Entran en el mundo del placer culposo, el “es
tan mala que es buena”, que es otra cosa en la que no creo, porque si te gusta
y no estás haciéndole daño a niños, a animalitos o financiando el chavismo, ¿por
qué te tiene que dar culpa? Si te gusta, te gusta.
Quien concibe al cine como un tema de Hollywood y lo que sale en circuitos
de arte más elevado, y tú sabes de qué autores estamos hablando, miran a esos
basureros donde uno se desenvuelve de forma natural y señalan con el dedo, “Esa
The Room es demasiado mala, Oh hi,
Mark!” Como no han visto rostro, creen que Showgirls es lo más bajo que una película puede llegar, que Uwe
Boll es el jefe final de los directores malos, que tú matas a Michael Bay y en
ese mismo momento se muere Tommy Wiseau y Neil Breen, Peter James Iengo y David
Wascavage, gente de la que nunca has oído hablar porque eso ya no es cine de
serie B o serie Z, sino el subsuelo del infierno. También se moriría el
antedicho Boll y el lúser de porquería que dirigió la última Resident Evil.
Pero el problema de The Room no
es la escenita esa de Hi, Mark, ni
que Tommy está confundido sobre las dinámicas de la relación heterosexual; el
problema es que es aburrida. Como a la media hora de película sientes que los
párpados se te cierran solos, la cama de clavos en la que estás empieza a
hacerse cómoda, cabeceas por dos minutos y ya le perdiste el ritmo a la trama y
ya la vaina no te interesa.
Ese justamente es el pecado imperdonable de cualquier película: Ser
aburrida.
Que es como llegamos a ThanksKilling,
una película hecha por $3.500 (yo gasté más haciendo mi boda) por un equipo
de producción que no me sorprendería si son todos las mismas ocho personas pero
cambiándose el nombre para que los créditos se hagan más largos.
Un grupo de universitarios pretende irse a casa para el día de acción de
gracias con los vicios de rigor en películas de terror arquetípicas. No saben
que en esas mismas tierras los indios maldijeron a todos los colonizadores
blancos a ser víctimas durante la fecha de un pavo real endemoniado, sediento
de venganza, con voz de locutor y un aceptable gusto en cuanto a compañeras de
cópula.
Por si la premisa no lo delata, esta película está bien para la joda. Abre
con una “peregrina” topless huyendo del antedicho vengador—se llama Turkie—que,
antes de cegar su vida en honor de los años de genocidio que los pueblos
originarios sufrieron, le dice “Nice tits, bitch!”
La película sigue el ritmo y patrón de una película slasher donde el
asesino es el verdadero protagonista de la historia, comenta la trama y se ríe
contigo, las comparaciones con Chucky y Freddy Krueger son obvias (sobre todo
en el caso de este último, porque las voces y actitud son un poco parecidas). Pero
el muñeco que hace de Turkie está demasiado mal hecho, mano. Yo celebro que
Jordan Downey haya creído en su visión y encargado la confección de ese muñeco
triste de goma y plumas, porque de verdad se ve como algo que comprarías en una
piñatería de cualquier pueblo latino, o en esas rebajas de Halloweentown.
Pero funciona.
La vaina de verdad da risa.
No quiero spoilear ninguno de los otros chistes acá porque eso sería como
decirte dónde vienen los sustos en una película más seria, pero esta gente se
nota que estaba clara de sus limitaciones y no trataban de esconderlo, esta película sabe exactamente qué es y cómo
se va a ver. Cinco personas escribieron el libreto (!) y el metraje se
esfuerza en llegar a los 70 minutos, pero hay muchos momentos donde pasa algo,
tú empiezas a sacudir la cabeza y cinco segundos después te ríes. Y las reglas
del mundo dicen que si te da risa, el chiste es bueno.
En el elenco no conoces a nadie, y quiero celebrar también que
ThanksKilling no cae en esas trampas de baja factura que tú te esperas con
semejante inicio, creo de hecho la inicial es la única escena donde hay
desnudez. Acá ninguno es un actor consumado y en otra película estarías
maldiciendo a la pantalla, pero la inexperiencia del elenco contribuye al
conjunto—es difícil quejarse de la actuación en una película que parece más
bien un proyecto universitario que algo que se hizo para proyectarse en cines. Shia
LaBeouf está al nivel de esta gente y cobrando más, y si él tiene la cachaza de
llamarse actor, estos muchachos acá también merecen el rótulo.
Este mundo tiene ya unos tres años en que cada noviembre empiezan a salir
películas navideñas porque la internet se dio cuenta de que hay un grupito que
son las “películas irreverentes para ver en diciembre”. Acá hablamos ya de la reina bastarda de las fiestas,
y hay otras de muchísima calidad (nadie se acuerda de que Arma Mortal es navideña), pero la lista se ha ido llenando de
Santas asesinos, creo que hay dos o tres de un krampus (sólo rescato a una),
hay de grinchs diabólicos, de Winnie the Pooh diabólico, de duendes de Santa
diabólicos. Se nota mucho la forzadera porque pelis como Gremlins y Batman Returns no
estaban tratando de hacer la vaina a propósito, el setting es casi accidental.
ThanksKilling tiene eso, quizá porque proviene de antes de esta fiebre
latosa. Es una peli sin pretensiones que hace que te preguntes qué estás
haciendo con tu vida, pero que no puedes apartar los ojos porque hay que saber
cómo termina aquello. Si alguna vez quisiste hacer tu propia película y pensaste
que era imposible porque no tienes dinero, piénsalo otra vez. Si crees que para
ser director primero tienes que ir a una escuela de cine, tienes la mente
demasiado cuadrada. Si crees que ninguno de tus amigos actúa bien y eso
saboteará tu proyecto, y que no conoces a nadie que haga efectos especiales, y
música, y vestuario, recuerda que existe una película llamada ThanksKilling
sobre un pavo de goma que mata gente y dice groserías.
Y somos un montón de gente que se la vacila.