Hola.
Tenía a este blog como congelado y pensaba que ya había cumplido su ciclo,
pero últimamente me ha estado llamando más y, pues, ¿por qué no? Estaba leyendo
algo recientemente (Batman: A Death in the Family, por si tienes la
curiosidad), y se me ocurrió una idea para un post, que lo más seguro es que
salga en español pero cuyo idioma final sabremos pronto, porque también he
estado pensando en publicar acá directamente en inglés (dado que eso ha pasado
a ser el 100% de mi output). Quizá es muy pronto para eso, though.
Otra
cosa sobre la que he estado pensando es cómo funciona la ansiedad de escritor,
que es algo que he incluso tratado en terapia. George R. R. Martin una vez dijo
“Odio escribir, pero amo haber escrito” y lo entiendo totalmente. Desde que me
he metido de lleno al tema de ser ghostwriter, me he dado cuenta de una
dinámica interesante: cuando escribes algo que va a salir bajo el nombre de una
empresa o de otra persona, la redacción es sencilla. But as soon as you know that shit is coming out under
your name, narration gets “complicated.”
Está en tu cabeza (o bueno, en
la mía), y funciona así: Escribir es fácil cuando estás empezando porque no
tienes nada qué perder. Sólo estás escalando posiciones y ya, llamando la
atención de la gente. Pero con el tiempo, y si la vaina se te da bien, vas a ir
ganando ciertas señales de aprobación. Algunas te van a importar más que otras,
pero un día vas a escribir algo que se publica en equis parte con buena
lectoría, y la recepción va a ser uniformemente positiva. Lo que es más, gente
que admiras te va a decir, “Verga, bien” (que es mi caso con Rafael Osío, que
siempre he dicho que es como un Obi Wan Kenobi de escritores, a super amazing,
nice guy). Por supuesto que cuando esas cosas pasan, te las vacilas; uno es un
ser humano con emociones humanas normales y la sonrisita te llega sola…
…pero así es como nace la
ansiedad. Porque si escribes algo que cayó bien, eres “el carajo que escribió
tal cosa que, mira, quedó depinga”. Ese estatus no lo vas a cagar si no
escribes más nada, ¿me entiendes? Y es así como tu output se reduce
dramáticamente, así es como empiezas a escribir cosas y paras a mitad de camino
y te dices, “Nah, this is a piece of shit.” Es una versión diferente del síndrome de impostor, una
voz que te dice, “Muy bien eso que escribiste y tal, but the next thing you
write better be some inspired Mark Twain shit, or else everyone’s gonna notice
you don’t know what you’re doing and you’re making it up as you go along”.
Es auto-saboteo y es absurdo. Y
síp, lo estoy tratando en terapia y parece que está funcionando. Leí un consejo
genial esta semana, del que voy a pegar un fragmento acá (el post lo puedes
leer aquí); es de Jordan Harper, y dice que te acerques a lo que amas con la
mentalidad de un principiante. Olvídate lo que hayas hecho y olvídate las
expectativas que tú crees que la
gente tiene de tu trabajo:
If you write for money, if you write for the market,
if you write to chase trends, if you write to impress people you don’t like, if
you write while afraid of offense or critique, you are smothering your
beginner’s mind, and your work will suffer. It may refuse to come out at all.
Or it will come out bland and safe and good for easy consumption. And maybe
that’s all you want, or all you allow yourself to think you want. And that’s
your business, but I don’t have much to say to you then.
But listen. You know what you are supposed to do. You’ve always known.
I drew the following triptych when I was in the 3rd
grade. (I know this because one of them was drawn on the back of a science
report. I got a C. My teacher said I didn’t spend enough time on my school
work).
I would ignore this at my own peril. And to my credit,
I mostly haven’t. I’ve stayed pretty true, at least in the broad strokes, to
the joys of crime fiction, to the stories of human choices in a brutal world.
Where it gets the hardest is when you’re sitting down
to write. And it gets harder the longer you do it, the more you’ve laden your
mind with failures and responsibilities and the judgments of other people
both real and imagined. It gets harder and harder to remember the pure clean
joy you felt when you were a beginner making yourself say holy shit look at what I’m doing. That’s why I look at my old short stories with something like
jealousy.
That’s why I look at the spirit board before I write.
That’s why I keep refilling the tank. That’s why I keep re-watching and
rereading the things I love. (Well, that’s not the only reason, but that’s for
another time).
Así que, bueno, nos veremos
pronto por acá, jaja. You'd probably be glad to know that, other than this bump in the road, I've been doing well. I hope against hope that you are, too.